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Homenaje a un maestro

En su 80 aniversario, presentó su libro Mis confusiones. Memorias desmemoriadas

Rius, un ejemplo de congruencia sencilla y de fecunda sabiduría

Elena Poniatowska le entregó la imagen que lo acredita como San Ateo, guardían de los casos sin remedio y sin esperanza

Educar a los maestros para cambiar el país, propone el caricaturista

Foto
Eduardo del Río, Rius, recibe la imagen que lo acredita como San Ateo de manos de la actriz y activista social Jesusa Rodríguez. Al acto también asistió Elena PoniatowskaFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Domingo 29 de junio de 2014, p. a10

México tiene un nuevo santo: San Ateo, que no es otro que el caricaturista Eduardo del Río, Rius, quien este sábado presentó su libro Mis confusiones. Memorias desmemoriadas, en el Museo de la Ciudad de México. Fue la actriz y activista social Jesusa Rodríguez quien propuso canonizar a Rius como San Ateo, como el santo de los casos sin remedio y sin esperanza, durante este encuentro con los lectores y seguidores del monero, quien el pasado 20 de junio celebró su cumpleaños número 80, y ayer volvió a festejarlo partiendo un pastel gigante con la escritora mexicana y Premio Cervantes, Elena Poniatowska, quien escuchó la presentación del libro en la primera fila.

Fue la Poni quien entregó a Rius la imagen que lo acredita como el nuevo santo, que por cierto su único milagro es y será que todos los que asistieron a la presentación ganaron la lotería: no la de millones de pesos, sino la Lotería de la Memoria No se olvida, juego de 54 imágenes en el que los dibujos tradicionales fueron sustituidos por la maestra, el barril, la charola, Atenco, el soldado, la rata, y en el que cada vez que los jugadores marquen una carta deberán decir ¡no se olvida!

Mis confusiones, cuyo título es una parodia de Mis Confesiones, de San Agustín, es la autobiografía de Rius y en ella, adelantó el monero en un video que se proyectó como introducción, hago más referencia a mi vida privada, como ser humano, en el que habla de los libros y las revistas en las que ha trabajado, pero también de anécdotas como las de sus encuentros con el Che Guevara, Buñuel, sus viajes y sus maestros.

Cientos de personas se dieron cita para escuchar al caricaturista nacido en Zamora, Michoacán, en 1934, quien llamó a mejorar el sistema educativo en México, educar a los maestros, ser ateos y Mis confusiones “es mucho más, es un libro más bien de dentro para fuera, encontramos varios capítulos de la vida sentimental y coqueta, están todos los temas caros al caricaturista, al descreído, izquierdista, vegetariano. El gran tema de este libro para mí es el México que ve Rius que le ha tocado padecer y gozar hasta donde ha podido”, dijo a su vez el editor Ariel Rosales, quien se ha hecho cargo de los libros de Eduardo del Río desde hace 40 años.

Jesusa agradeció a Rius por sus libros, que hicieron más divertida su vida de estudiante, y subrayó que “hay personas, muy pocas en el mundo, que son ríos que fluyen y van a dar al mar de la sabiduría. Los dos ríos más grandes del país, están aquí: Elena Poniatowska y Eduardo del Río. Ese mar de sabiduría del que sólo podemos ver el infinito horizonte. Rius fluye desde hace 80 primaveras con una piel impermeable a los elogios, nos ha hecho fluir al océano de la risa y el anticlericalismo”.

Su crítica al régimen, añadió, sigue vigente y “él nos ha enseñado lo que era el RIP, la corrupción, la simulación que ahora ha regresado al poder”.

Rius es el ejemplo de congruencia sencilla y sabiduría, el más fecundo e irreverente maestro de muchas generaciones; además, en ese libro se atreve a mostrarnos parte de su vida erótica. Pero más allá de todo lo anterior hay que señalar una cualidad excepcional: su piadosa inclinación a luchar contra la hipocresía, y su misericordiosa contribución al despertar de la inteligencia y, en síntesis, su profundo ateísmo.

Por todo ello lo canonizó como San Ateo, a quien pidió en un rezo “protegernos para no caer en cualquier religión organizada, no nos dejes caer en la tentación de la ignorancia, líbranos de todo PRIAN, amén (amentadas o como sea)”.

Rius entonces habló de su pacto con el diablo, ese que le ha permitido dibujar durante 60 años y de ese encargo de volver ateos a todos los que pueda, y sostuvo que para cambiar el país hay que educar a los maestros y cambiar el sistema educativo.

Los maestros son hasta cierta forma cómplices de la mala educación que se está dando en este país, los más beneficiados son los gobiernos, los poderosos, los banqueros, la Iglesia católica, felices de que la educación se haya convertido en un desastre perfecto, recuperemos a los maestros que son el factor de cambio más importante del país, no los necesitamos en las calles, sino en las aulas.

Hay que educar también a los maestros, y lo que más necesitamos es una revolución sencilla y tranquila de pensamiento. También necesitamos educar a Chuayffet, porque desde Torres Bodet no hemos tenido un secretario de Educación que conozca de educación. No saben nada de educación y Chuayffet no es la excepción.

También es necesario resucitar a la izquierda otra vez. Tenemos que hacer muchas cosas, pero ya no cuenten conmigo, le toca a las nuevas generaciones hacer eso, cambiar un poquito este país.

Al finalizar, él y Elena partieron el pastel; Rius firmó decenas de libros, y se anunció que en julio se realizará una exposición homenaje al caricaturista en el Museo del Estanquillo Colecciones Carlos Monsiváis.