Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 29 de junio de 2014 Num: 1008

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

La seriedad del
cronopio Cortázar

Vilma Fuentes

Chico Buarque entre
El arco y la lira

Jorge Luis Casar

La sociedad del futbol
Josetxo Zaldua

Futbol antídoto
Paula Mónaco Felipe
entrevista con Juan Villoro

Futbol: todos los
juegos el juego

Antonio Valle

El gol, nuevo paraíso
Honorio Robledo

Leer

Columnas:
Galería
Ricardo Guzmán Wolffer
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Prosaismos
Orlando Ortiz
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
@JornadaSemanal
La Jornada Semanal

 

Naief Yehya
[email protected]

El misterio de la reforma
de telecomunicaciones (I DE II)

La fregada cortina de humo

Todos sabíamos que entre el 12 de junio y el 13 de julio la atención del mundo estaría fija en un balón. Podíamos imaginar que ese mes de obsesión y frenesí sería aprovechado por políticos de todos colores para manipular a un público distraído por el fut y el fervor patriótico. De tal manera que cuando el gobierno de Enrique Peña Nieto anunció que las leyes secundarias de la reforma de telecomunicaciones serían aprobadas en plena Copa del Mundo de Brasil, era muy fácil intuir que se fraguaba un despojo más.

Modernidad al estilo priísta

El gobierno de Enrique Peña Nieto prometió modernizar al país mediante dos grandes reformas: una energética y otra  de las telecomunicaciones. Ambas fueron polémicas y generaron movilizaciones civiles así como reacciones intensas y encontradas. Se podía anticipar que la privatización del petróleo provocaría movimientos populares de repudio de gran envergadura; sin embargo, era menos evidente el efecto que tendría la reforma de las telecomunicaciones y en particular de internet, un medio de gran popularidad y absolutamente necesario, pero que sigue siendo relativamente oscuro para la mayoría. La propuesta de ley era compleja; imponía cambios en todos los medios de comunicación y, como cualquier paquete de leyes variopinto, no todo lo que presentaba era negativo, pero era claro que desataría frustración y acciones de rechazo, especialmente en las redes sociales. Inmediatamente después de dar a conocer el paquete de reformas comenzaron a publicarse en los medios y a circular por el ciberespacio denuncias y llamados a detener esa iniciativa. Los inconformes ganaron la batalla, ya que el clamor fue tal que la Presidencia decidió retirar de la ley todos los artículos referentes a internet. Este triunfo de la voluntad popular es definitivamente temporal, pues la Secretaría de Comunicaciones y Transportes ha declarado que las iniciativas de ley fueron retiradas para “ser redactadas de manera más clara” y reintegrarlas posteriormente.

Estas ruinas que ves y escuchas: telecoms a la mexicana

Las telecomunicaciones en México son un desastre y padecen de un retraso considerable, incluso con respecto a otros países ubicados en la que se ha llamado “zona intermedia de desarrollo tecnológico” (en donde se nos sitúa con naciones como Brasil, Chile y Argentina). La televisión está en manos del duopolio Televisa-Televisión Azteca; la radio es dominada por un puñado de mega consorcios; la cuasi totalidad de la telefonía pertenece al hombre más rico del planeta y ofrece un servicio mediocre a precios alarmantes; internet es caro y de ninguna manera cumple con las necesidades elementales de una nación como la nuestra en términos de universalidad, acceso, amplitud de banda y velocidad. Definitivamente la situación necesitaba cambiar.

Un paso p’adelante y muchos p’atrás


Viñeta de Juan Puga

El 11 de marzo de 2013, dentro del marco del acuerdo político entre los partidos, el Pacto por México, el gobierno de Peña Nieto presentó la iniciativa para la reforma de la ley de telecomunicaciones en la cual proponía lo siguiente: fortalecer la competencia económica y tecnológica entre empresas de televisión, radio, telefonía y servicios de datos; asimismo, fortalecer la diversidad en los medios; crear comisiones y tribunales para regular el mercado y proteger al consumidor, garantizar el acceso a servicios de telecomunicaciones de alto nivel y ofrecer cobertura de internet de banda ancha en edificios públicos. Se creó el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), un órgano administrativo autónomo que venía a sustituir a la disfuncional Comisión Federal de Telecomunicaciones en las tareas de regular, promover y vigilar el uso que las empresas concesionarias dan al espectro radioeléctrico, propiedad de la nación. A los pocos meses de su creación, el IFT dictaminó que las empresas de televisión por satélite y otros sistemas de paga podían transmitir los canales de la televisión abierta sin tener necesidad de autorización; que las telefónicas de Carlos Slim debían completar las llamadas realizadas desde las redes de la competencia sin cobrar un centavo, así como eliminar gradualmente los cobros de larga distancia. También el IFT dictaminó que América Móvil y Televisa eran operadores dominantes (con control de más del cincuenta por ciento del mercado) por lo que debían estar sujetos a un trato regulatorio distinto que sus competidores. Ambas empresas declararon que eran víctimas de obligaciones desproporcionadas y semejante trato desincentivaría la inversión.  Parecía que ganaba la justicia pero…

(Continuará)