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Cuando se erigió ya había una cultura de la luz

Disertan sobre la iluminación del Palacio de Bellas Artes
 
Periódico La Jornada
Jueves 3 de julio de 2014, p. a10

El Palacio de Bellas Artes, cuya edificación fue encargada al arquitecto italiano Adamo Boari, se construyó con la tecnología de vanguardia de esa época y la luz artificial tuvo un papel muy importante, afirmaron los diseñadores de iluminación Ricardo Noriega y Santiago Bautista.

Los fundadores de la firma Noriega Iluminadores Arquitectónicos participaron en la conferencia La luz del Palacio: memorias de su iluminación, efectuada la noche del martes como parte de las actividades conmemorativas por el 80 aniversario del máximo recinto cultural del país.

Los especialistas en la cultura de la Luz recordaron que la construcción del Palacio de Bellas Artes se inició en 1904 para remplazar al demolido Teatro Nacional. El proyecto estuvo a cargo de Adamo Boari y posteriormente fue terminado por Federico Mariscal.

En la ponencia en torno a lo que existe detrás de la luz planificada del edificio que se inauguró en 1934, Santiago Bautista afirmó que Boari, después de investigar sobre inmuebles en Europa y Estados Unidos, se aventuró a proponer la tecnología de vanguardia de esa época, pues no había más que la lámpara incandescente y dos fuentes de energía; también recordó que en Francia ya existía la Torre Eiffel y en Nueva York estaba en auge el acero en los rascacielos.

Una característica del palacio es que tiene muchos accesos de luz natural, que brindan confort visual al visitante. Todos los domos, los vitrales, ventanas y los reflectores que iluminaban por la noche buscaban crear esa incidencia del exterior con el interior, porque fue concebido de tal forma que aun con la luz artificial, los vitrales en la noche, se proyectaban de manera diferente, explicó Bautista.

Los especialistas subrayaron que la construcción de Adamo Boari confirma que ya existía una cultura de la luz en esa época, y que la luz artificial jugaba una parte muy trascendental en la sociedad, porque se tenía mayor actividad diurna.

Con imágenes de la construcción del inmueble, de la fachada, del foyer y del escenario, Noriega y Bautista explicaron cómo Boari tenía muy claro que no quería instalaciones eléctricas que invadieran el edificio.

Por ejemplo, en el caso de la fachada, el artefacto de luz se encuentra sobrepuesto en una superficie y de ahí se direcciona para lograr el efecto lumínico y generar el volumen del histórico inmueble.

Ricardo Noriega está convencido de que en la vida cotidiana se deben enaltecer los espacios con luz, porque ésta posee magia y puede hacer majestuoso cualquier sitio.