Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 13 de julio de 2014 Num: 1010

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

La palabra de
Yásnaya, activista mixe

Ana Paula Pintado

Antropología, contracultura y rock
Miguel Ángel Adame Cerón

La música, el oído
y el silencio

Armando G. Tejeda entrevista
con Ramón Andrés

Rock, literatura
y experiencia

Xabier F. Coronado

Arnaldo Córdova y
La ideología de la Revolución mexicana

Carlos Martínez Assad

Cien mujeres contra
la violencia de género

Esther Andradi

Columnas:
Galería
Ricardo Guzmán Wolffer
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
Núm. anteriores
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@JornadaSemanal
La Jornada Semanal

 

Cien mujeres contra
la violencia de género

Esther Andradi

Todo comenzó en Chile, en 2010. Con espíritu
movilizador y creativo, las escritoras Pía Barros,
Gabriela Aguilera, Susana Sánchez Bravo, Lilian
Elphik y Silvia Guajardo se dieron a la tarea de armar
la primera antología Basta! para llamar la atención sobre
un flagelo que recorre los países y las vidas cotidianas:
el feminicidio. Una definición legal para visibilizar el
delito que atraviesa la historia de la
humanidad: el crimen contra las mujeres
sólo por el hecho de serlo.

El desafío fue convocar a cien mujeres, cien escritoras con la propuesta de asestar un golpe literario con un máximo de ciento cincuenta palabras. Revelar en historias ficcionales el femicidio, escribirlo. Gritarlo. Denunciarlo. Cien formas diferentes de decir basta. De nombrar el horror. Cien formas para resistir.

Fue la chispa que encendió la pradera

Desde entonces, el modelo de la antología Basta! se ha replicado en Perú, se prepara una edición en Colombia y en Estados Unidos. En Venezuela ya está lista y a la espera deimpresión. Y recientemente acaba de publicarse la versión de Basta! en Argentina. El proyecto “cruza activamente las fronteras geográficas y amplía sus objetivos extendiendo el desafío a otras hacedoras de la microficción en Latinoamérica” escriben los/as editores/as de la antología presentada en octubre y noviembre pasado en las ciudades de Buenos Aires y Mendoza, y desde entonces viene recorriendo el país a través de lecturas en las más diversas instituciones, calles y plazas.

La iniciativa corrió por cuenta de los autores argentinos Amor Hernández, Fabián Vique, Leandro Hildalgo, Miriam Di Gerónimo y Sandra Bianchi, quienes se dieron a la tarea de convocar a escritoras de todo el país para expresar el feminicidio a través de microficciones. “Quienes elaboramos la versión argentina mediante dos convocatorias, un arduo trabajo de selección y un largo proceso de edición, sentimos la satisfacción de ser parte de la construcción de este entramado de religación solidaria y social”, dice el equipo editor en la introducción. La flamante antología, publicada por la Editorial Macedonia, recoge textos de autoras reconocidas y noveles de todas las edades y de diferentes lugares del territorio nacional.

Que sean cien mujeres escritoras no es poca cosa. Y que el mensaje esté concentrado en microficciones, en historias de un máximo de ciento cincuenta palabras, le da una contundencia especial. Golpes dirigidos a las conciencias para denunciar que la violencia de género atraviesa los diversos sectores sociales instalada en la costumbre. Escondido durante años bajo el eufemismo legal de “emoción violenta”, y presentado a menudo por los medios como “crimen pasional”el feminicidio, la violencia de género, el abuso por la condición de ser mujer, salta hoy a la vista.

Según el Observatorio de Femicidios en Argentina Adriana Marisel Zambrano, dirigido por la Asociación Civil La Casa del Encuentro de Buenos Aires, entre 2008 y 2012 se registraron mil 236 asesinatos de mujeres en el país. A lo largo del año pasado se registraron en promedio cinco feminicidios por semana. En total fueron asesinadas 255 mujeres por el hecho de ser mujeres. El sesenta y tres por ciento fue ultimada por su esposo, amante, novio o expareja, de acuerdo con el último informe dado a conocer por el Observatorio.

Para reflejar la variedad de historias de la antología Basta! de Argentina, aquí van como muestralos microrrelatos de las escritoras Zulema Moret, Susana Aguad, Graciela Tomassini, Susana Szwarc y Silvia Alejandra García:

Lobo está
Graciela Tomassini (Rosario)

Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está. ¿Lobo está? Está el lobo. Se pone los pantalones, los zapatos que ocultan las uñas y los pelos. ¿Lobo está? Se pone la camisa y la corbata, se echa perfume para esconder su olor a bestia. ¿Lobo está? Está afilando el cuchillito, el lobo, su colmillo nostálgico de entraña. Lobo está. Lobo acecha. Lobo te sale al encuentro y te acaricia con su garra enguantada y te envuelve con su larga lengua rosada, y te devora despacito, haciéndote creer que estás a salvo en tu escondite.

Desaire
Susana Aguad (Córdoba)

No cenó esa noche. Se acostó sin cenar y con la ropa puesta. Al día siguiente seguía en la misma posición. No tenía por qué moverse. Estaba bien así. Podía recordarla riéndose, o callada mirando a todos lados antes de presionar el timbre con su dedo.

Dejó que sonara el teléfono y luego lo desenchufó. Nadie lo buscaría en su departamento. Nadie la encontraría a ella que en sus últimos momentos le había suplicado que le permitiera irse. ¿Qué otra cosa había hecho sino apretar su cuello y dejarla sin aire? Le había dicho que no lo quería. Le había dicho que quería a otro. ¿Qué esperaba ella, que habiendo alentado sus esperanzas de amor pudiera frustrarlas, tan de golpe, y sobrevivir como si nada hubiese pasado?

Por eso crucé la frontera
Zulema Moret (residente en USA)

–¿Cómo cruzaste la frontera?

–Con mis cinco chamaquitos. Pasamos mucho miedo y frío. Caminamos por el desierto con el coyote por la noche y por el día, yo le pedía a Jesusito que no nos abandonara, que pudiéramos llegar a salvo. No quiero acordarme. Yo tenía mucho miedo por ellos.

–¿Por qué te viniste?

–Ya Víctor estaba en el norte con un tío y me dijo mamá, véngase usted también, no quiero que siga sufriendo con ese viejo. Le mando el dinero. No me importó arriesgarme. Lo otro era mucho peor. Mi viejo se emborrachaba, luego la descargaba conmigo a golpes y otro hijo más y yo a trabajar en la milpa. Tuve ocho muchachos. No era vida.

Advertencias
Susana Szwarc

De la boca para afuera nada, ¿escuchaste?, ni una palabra. Si me entero que alguien se entera...¿Te queda claro? No quiero tener que repetir ni una sola vez. ¿Escuchaste?

¿Qué escuchaste? Te estoy preguntando. Contestame. ¿No sabés hablar? Escribí entonces, escribí.

Ronda infantil
Silvia Alejandra García (San Carlos de Bariloche)

A la niña que está en el medio le quisieron regalar una tijerita de oro para que aprenda a bordar.

Pero la niña, tijera en mano, se abre paso entre las niñas de la ronda y, con una sonrisa despiadada, avanza hacia la puerta de la casa, donde su padrastro la espera con un cliente.