Con la idea de colocarse a la vanguardia en el desarrollo de ciencia básica y aplicada, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por medio del Instituto de Física (IF), ha asumido liderazgo y participación en cuatro laboratorios multi e interdisciplinarios.

Estos espacios suman una inversión nacional de más de 120 millones de pesos y son parte del Programa de Laboratorios Nacionales del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). A dos se les destinaron recursos para su consolidación y los otros dos serán de nueva creación.

Tres son de carácter nacional y uno de colaboración internacional. Con ellos se busca impulsar el trabajo colaborativo, aseveró Manuel Torres Labansat, director del IF.

La idea es que en estos laboratorios se dé la colaboración de especialistas de varias instituciones académicas y de investigación. Se trata de espacios con temáticas diversas.

Uno es el High Altitude Water Cherenkov, instalado en la Sierra Negra de Puebla, con el que se realizará observación de rayos gamma a fin de que sea una ventana al universo.

Cuenta con colaboración de 16 universidades de Estados Unidos y ocho instituciones mexicanas (como la UNAM, el Cinvestav, el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica). La mayoría de los recursos han provenido de las casas de estudios estadunidenses (alrededor de 200 millones de pesos). El Conacyt ha aportado unos 30 millones de pesos.

Se trata de un telescopio que observa en todo momento al universo, pero no está formado por espejos, sino por 300 tanques de agua de 180 mil litros cada uno, donde se favorece la detención de los rayos gamma.

Proporcionará información de los eventos más violentos, energéticos, que se producen en el universo, como las supernovas o las explosiones de rayos gamma. Aunque ya en funcionamiento, se prevé que esté listo completamente a finales de año.

Espectroscopia de masas

Otro es el Laboratorio de Espectroscopia de Masas con Acelaradores. Está instalado en el IF. Tendrá impacto en ciencias ambientales, forenses y de la vida, entre otras. Hasta ahora se le han destinado 40 millones de pesos.

Permitirá detectar pequeñas concentraciones de compuestos orgánicos para conocer su antigüedad. Tendrá aplicaciones en arqueología y ciencias forenses, por citar sólo dos.

Los resultados podrían contribuir a la medicina forense o a la investigación de restos humanos y animales con cientos o miles años de antigüedad.

El tercero es el Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural, iniciativa de los institutos de Química, Investigaciones Estéticas y Física de la UNAM. Contará con la participación de los institutos nacionales de Antropología e Historia, de Bellas Artes y de Investigaciones Nucleares.

La finalidad es tener un laboratorio interdisciplinario y multisede para la caracterización de los materiales que constituyen la riqueza cultural del país. Queremos saber de qué están compuestos y cuál su origen, para fortalecer los estudios históricos y artísticos y determinar protocolos que nos permitan diseñar métodos de preservación, conservación y en algunos casos de restauración.

Para este laboratorio de nueva creación el Conacyt y la UNAM aportaron 17 millones de pesos cada uno.

Finalmente, destacó Torres Babansat, está el Laboratorio de Material Cuántico, con el que se realizará investigación básica para analizar el comportamiento de objetos microscópicos. Para el que se destinarán en esta primera etapa 10 mil millones de pesos de la UNAM y apoyos complementarios del Conacyt.

Permitirá observar y manipular objetos atómicos en interacción con la luz. Esto abre posibilidades interesantes, pues se prevé toda una revolución en la física que será resultado de la manipulación de estos objetos microscopios. Un ejemplo serán las innovaciones para las tecnologías de la información y la comunicación para mejorar los procesos de almacenamiento y transmisión de datos de una manera más segura.