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Crisis humana

Lamenta que se privilegie el paso de bienes y capitales

Condena el Vaticano el cierre de la frontera a quien busca mejor vida
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Al celebrar una misa en la Basílica de Guadalupe, el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, pidió avanzar en la defensa de los derechos y de la dignidad de las personas que se ven forzadas a abandonar sus hogaresFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Miércoles 16 de julio de 2014, p. 4

El secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, lamentó que las fronteras se abran sólo para recibir bienes, tecnologías y capitales, y que se acoten para las personas que viajan a otros países en busca de oportunidades. Además, en el contexto de la crisis de los niños migrantes no acompañados, pidió orar por ellos a la Virgen de Guadalupe.

Durante una misa celebrada en la Basílica de Guadalupe, Parolin precisó ante feligreses y 50 obispos, arzobispos y cardenales del país, que se debe avanzar en la defensa de los derechos y de la dignidad de las personas que, en busca de trabajo y de mejores condiciones de vida, se ven forzadas a abandonar sus hogares, y no pocas veces son víctimas de un modelo económico excluyente que no pone en el centro a la persona humana. Pues mientras, por un lado, se abren cada vez más las fronteras para el comercio, el dinero y las nuevas tecnologías, por otro, las personas padecen múltiples restricciones, atropellos y abusos, quedando en situaciones de vulnerabilidad.

Aseveró que los migrantes a menudo son los rostros sufrientes de Cristo en nuestros días. Reconoció la labor de los obispos de México en pro de causas sociales. El compromiso en favor de la unidad y de la reconciliación que ustedes, queridos obispos, han asumido para regenerar la convivencia nacional, el diálogo con los diversos agentes sociales, llamados a encontrarse y a colaborar, es ocasión propicia para aportar los valores y las raíces cristianas a la edificación de una sociedad más justa y solidaria, basada en la cultura del encuentro en el absoluto respeto a la vida humana.

El cardenal destacó cómo la Iglesia católica se hace presente en la vida de los pueblos, en las transformaciones sociales, económicas y políticas, y dijo que ésta debe seguir el modelo de una Iglesia peregrina, que no se busca a sí misma, que camina con su pueblo y no quiere quedarse fuera de sus retos y proyectos, de sus angustias y esperanzas.

También se refirió a los lazos de afecto y comunión que vinculan a México con el Vaticano.

Al concluir la misa, el consejo de la presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ofreció a Parolin una comida a la que asistieron varios jerarcas religiosos, entre ellos José Francisco Robles Ortega, presidente de la CEM; Eugenio Lira Rugarcía, secretario general del organismo, el cardenal Norberto Rivera y el nuncio apostólico en México, Christophe Pierre. También estuvieron el embajador de México en el Vaticano, Mariano Palacios Alcocer; Mercedes Guillén Vicente, subsecretaria de Población, Migración y Asuntos Religiosos de Gobernación, y Arturo Díaz León, director de asuntos religiosos de esa dependencia.