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Es revancha y provocación: indígenas

Pretende la policía de Sonora arrestar a vocero yaqui, acusan
 
Periódico La Jornada
Viernes 18 de julio de 2014, p. 21

El sábado pasado, la policía estatal de Sonora trató de ejecutar una orden de aprehensión contra Mario Luna, vocero de la tribu yaqui que se opone a la construcción del acueducto Independencia, en lo que significa un acto de revancha e intimidación, cuyo objetivo es provocar a los indígenas para que reaccionen de forma desesperada y justifiquen la represión en su contra.

El activista explicó que el 12 de julio las autoridades estatales realizaron un operativo policiaco aparatoso con más de 25 patrullas que ingresaron a la localidad de Vícam, donde los agentes catearon varios domicilios sin la orden expresa de un juez, con el pretexto de buscarlo y detenerlo.

Aunque no lograron su cometido, todavía existe la posibilidad de que los agentes de Sonora vuelvan a intentar su arresto, así como el de Tomás Rojo Valencia –también vocero de los yaquis– y el de dos autoridades tradicionales de la zona, por lo que Luna decidió salir del estado por recomendación de sus abogados.

Los cargos contra él y Rojo, recordó, son privación ilegal de la libertad y robo de vehículo contra de Francisco Delgado Romo, conocido como operador político del gobernador Guillermo Padrés.

Los jueces tomaron como un hecho las acusaciones en contra de nosotros sin averiguar nada. Metimos el amparo para tratar de defendernos, pero lo rechazaron y ahora se le está dando un uso mediático a estos señalamientos para distraernos del tema principal, que es la lucha por el agua, subrayó Mario Luna.

El operativo para tratar de arrestarlo, consideró el luchador social, también significa un acto de revancha en su contra luego de que el juzgado octavo de distrito le había otorgado a los yaquis un amparo en contra de la explotación de sus recursos acuíferos por parte del gobierno, el cual a final de cuentas fue echado abajo por un tribunal de circuito, a petición de la Comisión Nacional del Agua.

Todo lo anterior, indicó Luna, forma parte de una estrategia para provocar a los indígenas que se oponen al acueducto Independencia y obligarlos a cometer alguna acción violenta, pero no caímos en su juego. En nuestras movilizaciones nos conducimos con el mayor respeto y aunque en los bloqueos carreteros ha habido tensión, nunca ha pasado a mayores.

Luna enfatizó que Hermosillo no tiene problemas de abasto por la negativa de los indígenas a trasvasar el líquido de la cuenca del río Yaqui al Sonora, sino por la intervención de acaparadores que hacen mal uso de este recurso; alertó que los 75 millones de metros cúbicos que el acueducto le quita a la tribu al año sí les causa un perjuicio considerable.