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Refugio de horror

Cuatro niños de Guanajuato enfrentaron vejaciones en La Gran Familia

Desde 2010 se presentaron denuncias por la privación ilegal de la libertad

Afectados aseguran que les exigían $400 mil para permitir la salida de los menores

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La impunidad, la corrupción y la fragilidad de las instituciones gubernamentales son elementos que propician la crisis en alberguesFoto Ignacio Juárez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 18 de julio de 2014, p. 6

Guanajuato, 17 de julio.

Tres agencias del Ministerio Público de Michoacán abrieron averiguaciones en 2010 a raíz de sendas denuncias en contra de Rosa del Carmen Verduzco (Mamá Rosa), por la privación ilegal de la libertad de cuatro niños.

Las agencias 2, 3 y 4 del Ministerio Público de Michoacán integraron las averiguaciones 116/2010-IV, 82/10-III, 122/2010-IV y 081/10-II, tras la querella por el caso de los menores originarios del municipio de Cortazar, Guanajuato, de 12, 13 y 15 años.

Las quejas se habían iniciado en la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato (PDHG).

El Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia de Cortázar envió en 2006 a uno de los niños al albergue de Zamora.

Mamá Rosa dijo que ocupaba al menos cuatro años para poder atenderlo y quitarle la adicción (al tabaco)”, declararon Maricela Campos y Ramón Rodríguez, padres del menor, ante el Ministerio Público.

Los papás narraron que en octubre de 2009 su hijo les pidió que lo sacaran del albergue. Luego supieron que a los menores les ponían chile en la cara, les daban toques eléctricos en los testículos y que eran golpeados. La directora del albergue pedía 400 mil pesos para regresar al menor con sus padres.

En 2009 otro menor de Cortazar fue enviado por el DIF a La Gran Familia. Los padres, Alicia Becerra y Ramón García, dijeron que en una notaría firmaron un documento sobre la causa del internamiento. Se estableció que el niño saldría a la mayoría de edad; solamente fui yo, mi esposo no me acompañó, relató la mamá a las autoridades ministeriales.

Más tarde se enteraron de que a su hijo le pegaban, le daban chile de comer y toques eléctricos en los testículos.

En un tercer caso, otro menor de Cortazar terminó enviado por el DIF a Zamora en 2007. Sus padres, Isabel Pérez y Felipe Patiño, relataron que al visitarlo en el albergue le preguntaban al menor cómo lo trataban: Al responder volteaba antes a ver a la persona que nos acompañaba y siempre se veía muy triste, siempre se veía muy delgado.

Sobre el cuarto caso, un menor que en 2009 siguió el mismo trayecto, su madre, Verónica Montiel, relató que el 15 de abril de 2010 lo encontré golpeado de la cara y le saqué unas fotos, le pregunté qué le había pasado y me respondió la guardia, que se encuentra siempre presente en las visitas, que se había caído jugando futbol.

Cuando intentó sacar al menor, dijo la mujer, la respuesta fue que tenía que pagar 400 mil pesos para recuperarlo.