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Pasividad ciudadana: ética epicúrea convertida en cultura política

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odos los días vemos una clase política ocupada en privatizar los presupuestos públicos y en hacer negocios con los grandes capitales, y confirmamos la generalización de una conducta cínica de esa minoría que presume sus riquezas en redes sociales; sin embargo, lo más preocupante es la reacción social de baja intensidad ante ello. Para comprender esta pasividad podemos recurrir a las éticas de un periodo de la historia, la época helenística, que tiene signos muy similares al nuestro: cinismo, estoicismo y epicureísmo. La particularidad de nuestro tiempo es que estas éticas se han convertido en cultura política negativa.

Esas posturas éticas fueron producto de un ambiente de inseguridad e incertidumbre, de la derrota de las polis en la conformación del cosmopolitismo helénico, y del fracaso de los intentos de reforma social; de ahí nació una actitud ética que centra su sentido de realidad en lo más próximo a los sentidos, por lo cual las posibilidades de construcción social futura (y aun presente) son percibidas como mera ilusión y renace con gran fuerza el individualismo.

Epicuro predica la moral relativa, en la que el bien es referido sólo al placer humano; no es un placer vicioso, sino el cálculo que consigue alejar las perturbaciones del alma. El hombre de Epicuro no está sujeto a movimientos de indignación porque se debe alejar del riesgo. Dice Epicuro: Pasa inadvertido mientras vivas, lo que significa renunciar a cualquier ocupación política. El hedonismo sereno conduce a los ciudadanos a renunciar a sus tareas cívicas progresivamente. La impasibilidad estoica lleva a soportar las ignominias como algo malo, sí, pero necesario o fuera del alcance de la acción propia. Cuando el fin de la acción es el hedonismo prudente, producto del desencanto y lleno de fatalismos que inactivan, la ética epicúrea se convierte en la cultura política dominante en el pueblo de México. Consecuencia: pequeñas élites se apropian de lo político y actúan por su enriquecimiento sin conciencia cívica.