Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 3 de agosto de 2014 Num: 1013

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Actuar: un acto
de generosidad

Antonio Riestra entrevista
con Naian González Norvind

Nomenclaturas urbanas
Ricardo Bada

Onetti, a veinte años
Alejandro Michelena

El recuento de los
cuentos de Onetti

Alicia Migdal

Onetti y Los adioses:
lecciones para un
lector cómplice

Gustavo Ogarrio

Matemáticas,
redes y creencias

Manuel Martínez Morales

Leer

Columnas:
Bitácora bifronte
Ricardo Venegas
Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
A Lápiz
Enrique López Aguilar
Cinexcusas
Luis Tovar


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Enrique López Aguilar
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Francisca Perujo

Nació en Santander en 1934 y llegó exiliada a México, junto con su familia, en julio de 1939. Estudió en el Instituto Luis Vives, donde fue compañera de César Rodríguez Chicharro y Enrique de Rivas, unos cuatro años mayores que ella; y de Juan Almela, quien aún no se llamaba Gerardo Deniz y era de la misma edad que Paquita, como fue conocida por todo mundo. César y Paquita fueron nombrados varias veces en Paños menores (2002), de Gerardo Deniz, libro donde la historia personal se entremezcla con la melomanía, el gusto por las ciencias bioquímicas y las lenguas extranjeras, las aficiones literarias, la evocación de remotas escenas familiares, la presencia de diversas figuras femeninas, el trazo de personajes relacionados con el exilio republicano y el recuerdo de antiguos condiscípulos del bachillerato, entre otros temas.

La cronología del grupo poético hispanomexicano se extendió entre 1925 y 1937; parece claro que, conforme las fechas se alejan del núcleo 1925-1930, hay una suerte de atenuación del sentimiento del exilio, lo cual resulta visible en Francisca Perujo, muy notorio en Gerardo Deniz y algo ambiguo en Federico Patán. En 1948, los colaboradores de Clavileño, Presencia, Segrel, Hoja y Revista Mexicana de Literatura, las cinco revistas hispanomexicanas, contaban con una edad fluctuante entre los veinticuatro años (Ramon Xirau) y los dieciocho (José Pascual Buxó). Por razones naturales, que van desde la edad hasta las peculiares circunstancias biográficas, el tercer subgrupo hispanomexicano, el de los cuatro nacidos entre 1934-1937, no participó en ninguna de ellas: Francisca Perujo, Angelina Muñiz-Huberman, Gerardo Deniz y Federico Patán.


Instituto Luis Vives

Francisca Perujo se zambulló en la Historia antes de doctorarse en Letras en la Facultad de Filosofía y Letras, de la UNAM. En esta institución, trabajó en la Dirección General de Publicaciones. Desde 1964, alternó su residencia entre Milán y México; y desde 1972 agregó España a esa itineración. Aunque vivió en Italia, fue la primera integrante del grupo poético que se propuso ofrecer un panorama de los poetas hispanomexicanos mediante la primera Antología publicada por la editorial Peña Labra, en España; el resultado de su trabajo se conoce como la Antología de Peña Labra, elaborada junto con Francisco Giner de los Ríos, exiliado español con un gran peso cultural y editorial en México y España.

Arturo Souto comentó: “La antología que Francisca Perujo hizo para Peña Labra es importante y fue la primera de todas las que se han realizado, pero tiene el defecto de que la llama Segunda generación de poetas españoles del exilio mexicano, lo cual es inexacto, pues los exiliados fueron nuestros padres: nosotros vinimos con ellos porque decidieron exiliarse y traernos junto con ellos a México, no por nuestra propia voluntad.”

En los poemas de Paquita hay semejanzas con los de Rodríguez Chicharro, de quien fue muy cercana amiga (aunque ella consideraba que, no obstante la cercanía entre ambos, la poesía respectiva es diferente): el tono entrecortado, el uso de guiones y ciertos ritmos enumerativos, aunque Perujo tiende a un paisajismo más bien inusual en Chicharro. Desde los paisajes naturales y urbanos, Perujo establece originales relaciones especulares entre el mundo visto y verbalizado con la locutora poética. Poco dada al texto confesional y a los desgarramientos, sus poemas tienden a sostenerse en un tono elegíaco, sin disonancias.

En Francisca Perujo no se aprecian enunciados apocalípticos (entendidos, no en su sentido recto de revelación, sino de anuncios calamitosos), ni vestiduras desgarradas, ni llantos, ni quejas. Perujo ubica en su poema “Primera memoria”, con cierta sorpresa para el lector, el tema del exilio dentro de lo que parecía una mirada de hortelana hacia la manera como enferman las raíces de los olmos ligures, pero en el poema no hay mexicanizaciones, ni hispanizaciones, ni italianizaciones, sino el rescate del exilio mediante la persona del otro.

Paquita fue conocida por su obra narrativa, por sus ensayos y traducciones. La edición mexicana de El uso de la vida agrupa los poemas recogidos en Manuscrito en Milán (1985) y El uso de la vida (1992). Se sabe que tenía guardaditos poéticos. Después de septiembre de 2009 (cuando nos encontramos en su departamento de la calle de Londres, en la Zona Rosa) comencé a buscarla para organizar junto con ella la edición de su obra poética recogida, mas en vano. La enfermedad que la llevaría a la muerte estaba en marcha, de manera que el recuento y el reencuentro fueron imposibles.

Murió en Milán el 27 de junio de 2014.