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Cuatro Ciénegas: joya natural
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l miércoles pasado La Jornada publicó la noticia de que virtualmente están secas las lagunas que conforman uno de los tesoros naturales y científicos más importantes del planeta, las de Cuatro Ciénegas, en el norte de Coahuila. La reportera Angélica Enciso entrevistó a la doctora Valeria Souza, férrea defensora de ese lugar, quien le refirió cómo siguen imponíendose allí los intereses de quienes siembran alfalfa (cultivo que demanda mucho líquido) para alimentar las vacas lecheras de La Laguna, región que cada vez dispone de menos agua porque la industria lechera abatió los mantos freáticos al utilizarlos irracionalmente.

Van cinco días y ninguna autoridad ha dicho una palabra sobre lo que ocurre en un sitio de importancia mundial, pues no ha sufrido variaciones ecológicas en más de 35 mil años y millones más en su composición geológica. Por su importancia internacional, el gobierno federal decretó en 1996 como área natural protegida las 84 mil hectáreas que integran Cuatro Ciénegas. No solamente por ser un humedal muy frágil, donde habitan por lo menos 77 especies que sólo allí se encuentran (peces, algas, bacterias, invertebrdos, tortugas, reptiles), sino porque es un ecosistema modelo para entender la evolución de la tierra primitiva; porque las pozas de Cuatro Ciénegas permiten mantener una cadena alimentaria análoga a la de hace más de 500 mil años y porque sus microorganismos tienen afinidades con especies marinas que posiblemente desciendan directamente de los mares someros que existieron en la región.

Por si fuera poco, se adaptan a vivir en condiciones extremas. No en vano los científicos de diversos países las convirtieron en laboratorio para estudiar las posibilidades de vida en otros planetas. Para el investigador Luis E. Eguiarte, Cuatro Ciénegas equivale en tierra a lo que son las islas Galápagos, pues ambos lugares son ideales para estudiar la evolución de las especies.

Falta el agua en esa joya natural incomparable y ya no están tampoco especies que poblaron alguna vez la región, como el borrego cimarrón y el berrendo, y escasean más y más los venados cola blanca y bura. Lo que sigue habiendo es el imperio de los intereses de empresarios consentidos desde el poder. Durante el sexenio de la señora Marta y el señor Vicente se encargó de la Comisión Nacional de Agua al ex presidente del grupo lechero (el Lala) que depredó los mantos fréaticos de La Laguna. Luego trasladó su saqueo hidráulico a Cuatro Ciénegas. De ello ha dado cuenta pormenorizada el estudioso Francisco Valdés Peresgasga. Desde la ciudad de Torreón (eje económico, social y político de La Laguna), en incontables escritos y conferencias, el también ambientalista da la batalla contra los intereses particulares que se aprovechan de un bien público con la complacencia de las instancias oficiales que debían velar por su uso racional y sostenido. Y denuncia cómo no han cumplido su deber de defender los recursos naturales del país. Peresgasga llama a la sociedad a impedir que, como sucedió en los sexenios panistas y también en los del PRI, la avaricia se eleve a rango de virtud pública.

No había pasado ni un año de convertirse Cuatro Cienegas en área natural protegida y ya abundaban las denuncias de que los intereses pirvados imponían su ley allí. A las protestas de científicos y grupos defensores del medio ambiente y el patrimonio del país, las instancias gubernatemntales responden siempre con promesas y declaraciones en las que ofrecen tomar las medidas necesarias para garantizar la salud de esa joya natural de la humanidad. Y que los lugareños tengan empleo y fuentes de trabajo que no deterioren, amigables con el entorno. Hasta el H. Congreso de la Unión aprobó recursos millonarios para tal empresa. Se esfumaron.

Este nuevo llamado de la doctora Souza parece haber caído en el vacío del gobierno que prometió caminar hacia el desarrollo sustentable, sin deteriorar. Es también un ominoso anuncio de la pasividad con que las dependencias oficiales (las viejas y las recién creadas como parte de la reforma energética) mostrarán con las trasnacionales y sus socios locales a la hora de extraer gas y petróleo del subsuelo de México.