jornada


letraese

Número 217
Jueves 6 de Agosto
de 2014



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate

A medio motor:
hipotiroidismo

Los síntomas de este padecimiento pueden ser tan poco específicos que el diagnóstico puede tardar en llegar. Aunque sus consecuencias pueden llegar a ser graves, la disminución del funcionamiento de la glándula tiroides puede ser controlada para mejorar la calidad de vida de quien la padece.

Leonardo Bastida Aguilar

Para la ciencia y los seres humanos no hay mayores incógnitas que aquello no palpable. La falta de información o conocimiento sobre algún hecho, fenómeno o función provoca la creación de leyendas y mitos sobre la situación desconocida.

Este ha sido el caso del hipotiroidismo o falta de producción de hormonas tiroideas por parte de la glándula tiroides, una enfermedad que comenzó a diagnosticarse en la década de los sesenta y de la cual no se han terminado de esclarecer algunos aspectos debido a la dificultad para diagnosticarla. De allí su mote de “enfermedad de los síntomas silenciosos”.

Por eso se la ha asociado comúnmente al aumento excesivo de peso, la pérdida total del cabello, la imposibilidad de las mujeres para quedar embarazadas o la suposición de no poder llevar a cabo la lactancia. Sin embargo, más allá de estos síntomas no del todo correctos, el hipotiroidismo podría afectar las funciones de gran parte del organismo.

La tiroides
Ubicada en la parte central del cuello, con forma de mariposa con alas abiertas, un peso de entre 10 y 20 gramos y unida por un istmo, la tiroides es una glándula denominada endocrina, debido a que las hormonas que produce, T3 y T4, pasan directamente a la sangre.

La función concreta de esas hormonas es generar proteínas y contribuir al mantenimiento de casi todos los tejidos del cuerpo, así como al metabolismo de todos los órganos y sistemas, ya que ayuda a garantizar el mínimo de energía necesaria para que las célula subsistan y la utilicen en las reacciones químicas intracelulares que forman parte de funciones metabólicas esenciales como la respiración.

Además, se considera a la tiroides como una glándula neuroendocrina porque pertenece al sistema del mismo nombre. Dicho sistema comienza a funcionar cuando el cerebro envía señales a su sistema nervioso para controlar varias funciones del cuerpo y éstas llegan a glándulas como la tiroides para segregar hormonas controladoras de mecanismos esenciales del cuerpo humano.

Alejandro Sosa Caballero, coordinador del Grupo de Trabajo en Tiroides de la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología, explicó que las hormonas tiroideas influyen en la maduración cerebral del feto, el crecimiento durante la infancia, en los procesos de pensamiento y habla, velocidad de los reflejos, latidos del corazón, producción de calor del cuerpo, mantenimiento de los niveles de colesterol, producción de cabellos y uñas y en el movimiento intestinal, entre otras cosas.

La falta de generación de estas hormonas, indicó el también integrante de la Asociación Mexicana de Tiroides, puede provocar piel reseca, latidos lentos del corazón, aumento de la presión arterial y del colesterol, falta de oxigenación y debilidad para respirar, favorecimiento de insuficiencia renal, baja de sodio, falta de capacidad para hacer ejercicio, ansiedad, apatía y sueño.

Infertilidad
Uno de los problemas de salud asociados a los malestares de la tiroides es la infertilidad. Esto porque las hormonas tiroideas ayudan a mantener la regularidad de los ciclos menstruales y, por ende, a la normalidad de los embarazos y el metabolismo del bebé mientras está en desarrollo en el útero.

Al intervenir en el balance natural de las hormonas femeninas, una disminución de la producción de la tiroides reduce de manera sustancial la probabilidad de que una mujer produzca un óvulo fértil. Por esta razón, por muchos años se le ha asociado a la infertilidad y se ha dicho que las mujeres con este problema no podrán ser madres.

Sin embargo, para el endocrinólogo este es un mito, ya que hay maneras de evitar posibles complicaciones, sobre todo en el caso de las mujeres que reciben un tratamiento médico adecuado, lo cual les permitirá lactar sin ningún problema.

Por esa razón, recomendó a las mujeres que sepan que entre sus familiares hay o hubo antecedentes de hipotiroidismo, haya presentado bocio, que tengan o sepan de antecedentes de diabetes mellitus tipo 1 en su familia o haya tenido un embarazo pre término que se realicen los exámenes médicos necesarios para diagnosticar problemas de producción de las hormonas.

De acuerdo con Sosa Caballero, el tratamiento adecuado consistentes en el uso de levotiroxina, una hormona tiroidea sintetizada de manera artificial que ayuda a recuperar los niveles de producción de las hormonas tiroideas.

Así, el especialista recomendó a aquellas mujeres con este tipo de problemas y que desean ser madres no desistir en su intento y no hacer caso a los mitos en torno a este padecimiento, pues “los hijos de las mamás con hipotiroidismo no nacen con el mismo sólo por el antecedente”.

 


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