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El retorno de los vampiros

Petróleo: comienza el reparto

BdeM: un tijeretazo más

E

n medio de la euforia oficial por el futuro primermundista que a los mexicanos promete la reforma energética, e iniciado el reparto del pastel petrolero mediante la ronda cero –con la bonanza que ello implica–, el Banco de México tuvo la descortesía de recortar, por segunda ocasión en el año, su estimación sobre el crecimiento económico nacional, tijeretazo que se suma a los aplicados por no pocos organismos nacionales e internacionales.

Muy contentos estaban el inquilino de Los Pinos (la economía nacional está teniendo un mejor desempeño dentro de la formalidad), el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell (iniciamos la estimulante tarea de poner en marcha la reforma energética), y el director general de Pemex, Emilio Lozoya (el reparto del pastel petrolero es sin duda un primer efecto dinamizador de corto plazo que queremos contabilizar en el haber de la reforma energética), cuando ¡zas!, que el gobernador del Banco de México les apesta el festejo.

El organismo a su cargo lo detalló así: a pesar del mayor dinamismo de la economía mexicana en el segundo trimestre y de que se espera que la recuperación se fortalezca en la segunda mitad del año, el bajo crecimiento que se registró en el primer trimestre, junto con la percepción de un ritmo de crecimiento de la demanda interna más moderado que el previsto, conducen a una revisión del pronóstico sobre la expansión del PIB de México para 2014. En particular, el intervalo de pronóstico para la tasa de variación del PIB en 2014 se ajusta de entre 2.3 y 3.3 por ciento, a 2-2.8 por ciento. Para 2015 se mantiene el intervalo (3.2-4.2 por ciento). Si bien se anticipa que la brecha del producto se irá cerrando, ésta probablemente se mantendrá en terreno negativo hasta finales de 2015. El pronóstico original era de 3 a 4 por ciento.

De materializarse la más reciente proyección del Banco de México, la tasa anual promedio de crecimiento económico en el primer bienio del gobierno peñanietista rondaría entre 1.5 y 1.9 por ciento, proporción que ni lejanamente corresponde a la novela rosa que, micrófono oficial de por medio, se narra cotidianamente desde el arranque mismo de la administración.

Aun así, en la feroz lucha entre los seis gobiernos neoliberales para ganar los primeros lugares en lo que a mediocridad económica se refiere, el actual inquilino de Los Pinos ocuparía la cuarta posición, toda vez que la de oro corresponde (en términos del primer bienio de gobierno) a Ernesto Zedillo, con una tasa promedio negativa de -0.54; la de plata a Miguel de la Madrid (-0.04 por ciento) y la de bronce a Vicente Fox (0.3 por ciento). De esa proporción es la novela rosa del progreso y el bienestar para los mexicanos.

De cualquier suerte, lo anterior no detuvo el reparto del pastel petrolero, y el secretario de Energía anunció que en la Ronda Cero a Pemex se asignaron 83 por ciento de las reservas probadas y probables, con lo que el gobierno mexicano pretende asegurar una producción de 2.5 millones de barriles diarios de crudo de aquí a 20 años. Si alguna carencia (versión oficial) se llegara a presentar sería por allá del año 2034, si no es que antes las trasnacionales acabaron con todo.

Así, a precios actuales y con la tasa fiscal que las leyes secundarias le clavaron a Pemex (65 por ciento), el gobierno peñanietista espera garantizar un ingreso suficiente para sustentar cuando menos una tercera parte del presupuesto de egresos de la federación, siempre y cuando los precios internacionales del crudo no registren un marcado descenso. Lo demás, según las cuentas oficiales, sería ganancia.

Donde a Pemex ya prácticamente no le permiten meter el popote es en los nuevos campos por explotar, que por decisión suprema han sido reservados para el capital privado. Para la ex paraestatal, sólo 21 por ciento de ese potencial, y 83 por ciento restante a las hermanitas de la caridad que vienen con meros propósitos de coadyuvar al desarrollo nacional. Para ellas, el potencial es de 100 mil millones de barriles de crudo.

Por lo que toca a la Ronda Uno, de entrada el gobierno mexicano ofrecerá 156 bloques, de los cuales, 96 representan proyectos de exploración y 60 de extracción.Los bloques cubren una superficie de 28 mil 500 kilómetros. De este total, 91 por ciento corresponde a áreas de exploración y el restante 9 por ciento a campos en extracción. Las reservas probadas y probables (2P) y los recursos prospectivos a licitar representan un volumen de 3 mil 782 y 14 mil 606 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, respectivamente. Se espera que estos proyectos representen inversiones anuales por 8 mil 500 millones de dólares, entre 2015 y 2018” (La Jornada, Israel Rodríguez).

Por su parte, el director de Pemex aseguró que con ese reparto se garantiza la viabilidad de la empresa a corto y mediano plazos, y se establecen las bases para el desarrollo futuro de la petrolera a largo plazo con lo que continuará siendo un actor central de la expansión de la industria energética en México. Más adelante se asociará con empresas privadas en diez proyectos que le fueron asignados en la Ronda Cero.

El futuro, pues, es regresar al pasado, sólo que mejorado y perfumado para las trasnacionales. La diferencia, notoria y dramática, es que a estas alturas México no cuenta con Lázaro Cárdenas del Río. Simplemente como referencia, don Jesús Silva Herzog reveló en 1969 (en un estudio recopilado en el libro Una vida en la vida de México, FCE, 1986) que en 1911 las trasnacionales instaladas en el país produjeron 12.5 millones de barriles de crudo; en 1916, 40 millones; en 1921, 193 millones y en 1932, 32 millones. Un año antes de la expropiación petrolera succionaron 47 millones de barriles.

Don Jesús Silva Herzog definió a las trasnacionales petroleras que operaron en nuestro país hasta el 18 de marzo de 1938 como vampiros, no sólo por su infinita capacidad de succionar sin control alguno todo el oro negro del subsuelo nacional, sino por las severas condiciones cianóticas en las que dejaban a su víctima, en este caso México y su economía. Setenta y seis años después están de regreso, con un pastel que podría ser de 100 mil millones de barriles, infinitamente mayor al de entonces.

Las rebanadas del pastel

El cuento de primero la productividad y el crecimiento económico, y después el reparto de la riqueza, con mejoría salarial, y los beneficios lo vienen escuchando los mexicanos desde hace tres décadas y pico. Lo que no es cuento es que el salario se mantiene en el suelo y la tasa oficial de desocupación abierta inamovible.

Twitter: @cafevega