Estados
Ver día anteriorSábado 16 de agosto de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El expediente se abrió en 2012, pero no se ha girado orden de arresto contra Castillo Ríos

Clama justicia por su hijo, violado durante años por un cura en SLP

El Cavic y la CEDH han incumplido sus promesas de ayuda, asegura la madre, Guadalupe Méndez

Foto
Guadalupe Méndez, madre del menor que fue víctima de agresiones sexuales en varias ocasiones por el sacerdote Francisco Javier Castillo RíosFoto Vicente Juárez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 16 de agosto de 2014, p. 22

San Luis Potosí, SLP, 15 de agosto.

Guadalupe Méndez clama justicia para su hijo menor de edad, quien, asegura, fue violado durante años por el sacerdote Francisco Javier Castillo Ríos.

Méndez recordó en entrevista que cuando acudió ante las autoridades eclesiásticas a denunciar el caso de su hijo en 2012, no fue recibida; incluso jerarcas católicos negaron ante medios de comunicación que existiera el caso, a pesar de que ella había informado a la televisión local de la conducta del clérigo.

La mujer supo de los abusos de que fue víctima el joven durante al menos cuatro años, cuando en marzo de 2012 revisó su teléfono celular y entre los mensajes encontró amenazas del abusador, enviados cuando el niño amenazó con hablar de las agresiones que sufrió entre 2008 y 2012, en las que le decía que dañaría a sus padres.

El 20 de junio de 2012, Méndez y su hijo iniciaron ante el agente del Ministerio Público Especializado en Delitos Sexuales la denuncia penal 16/13/4 contra Castillo Ríos. En ella, el joven declaró que desde 2008, los fines de semana me dormía en su cuarto en el seminario y él se iba a otro cuarto, hasta una ocasión en la que despertó al momento que el sacerdote lo violaba. El muchacho comentó: No sé si antes haya abusado de mí.

A partir de entonces, el joven intentó evitar al religioso, pero al final me terminaba yendo con él (...) fueron al menos cinco veces cuando yo despertaba y veía al padre penetrándome con su pene y seguía igual sin poder reaccionar, y en otras ocasiones el padre me chupaba mi pene.

El muchacho comentó que si bien se percataba de los abusos de los que era víctima, no podía evitarlos ni resistirse, pues me sentía débil, cansado, como si el sacerdote le hiciera ingerir estupefacientes. Me sentía raro, en las noches normalmente tomaba café con pan o cereal, pero nada más; él me preparaba el café o el cereal, señaló.

El sacerdote dejó de buscar al joven y de llevárselo al seminario y a su domicilio particular luego de que éste comenzó a hacer pública su denuncia.

En entrevista, Méndez dijo no confiar en las autoridades judiciales, calificó de hipócritas a los integrantes de la Iglesia católica, e informó que el abogado Carlos Garrigos Esparza de modo altruista lleva este caso sin costo para ella.

Méndez afirmó que la semana pasada ella y su hijo vieron por casualidad a Francisco Javier Ríos, quien vive en esta capital. Iba manejando una camioneta blanca, se dejó crecer la barba, al principio no lo reconocí no lo reconocí y llegando a la casa mi hijo se puso mal por haberlo visto, pero le dije que no tuviera miedo.

La mujer no pudo precisar la edad que su hijo tenía cuando conoció al sacerdote, si bien ella tuvo contacto con el prelado a partir de 2007, cuando el muchacho tenía 10 años, cuando iba a hacer su primera comunión. Él está muy mal sicológicamente, aunque está tomando terapia, creo que va a ser difícil que logre superarlo.

La madre señaló que supo de lo que le pasó a mi hijo luego de ver los mensajes (de Castillo Ríos) que recibió en su celular amenazándolo, y dijo ignorar cuántos niños y adolescentes habrían sido agredidos por Castillo Ríos, si bien podrían ser muchos, debido a que él se encargaba de atender a gran cantidad de menores en retiros y encuentros religiosos ofrecidos en los seminarios mayor y menor de la capital de San Luis Potosí.

Destacó que también en 2012 me voy enterando en la televisión que el vocero de la diócesis dijo que nadie se había acercado a exponer o denunciarles el caso, pues creo que eso era una mentira. Es más, cuando di la entrevista al Canal 7 (de la televisión local) ellos me dijeron que ya habían visto a la Iglesia y que sabían del caso.

Acotó que la juez Lesbia Martínez, del juzgado octavo del ramo penal, fue la primera que no creyó en las palabras de mi hijo, además sé que este tipo de casos se siguen de oficio y no lo hicieron, ellos debieron haberlo hecho y ahorita la agente del Ministerio Público salió de vacaciones 15 días y acudió a un curso, razón por la cual no sabemos cuál es la situación actual de este caso.

Otras deficiencias del proceso es que el año pasado, cuando acudió a una cita para que la víctima diera su versión, no hubo personal del Centro de Atención a Victimas (Cavic) que supuestamente le iba a auxiliar, por eso decidió no acudir a la siguiente cita, que además implicaba un careo con el agresor y no un interrogatorio, al que finalmente fue sometido el menor.

Reprochó que Francisco Javier Castillo anda muy feliz, o no tiene conciencia o cree que su dios lo perdona todo y eso a veces se lo pregunto a Dios, ¿por qué permite que esa persona siga ahí riendo? En la diócesis dicen que no sigue oficiando misa, y afirman desconocer dónde se encuentra, pero repito, lo vi el domingo pasado.

Ante su experiencia, Méndez piensa “que todo es hipocresía en la Iglesia, a todos los padres los veo igual, así, falsos, hablando de Dios, escudándose en una sotana. Para mí es muy difícil ir a misa, o sea, nunca he vuelto a misa porque no me cabe en la cabeza todas las porquerías que le hizo a mi hijo, porque si leyeran las declaraciones de mi hijo o platicaran con él, son cosas… No me cabe en la cabeza que una persona como él, sabiendo de la existencia de Dios le haya hecho tanto daño a mi hijo. Que lo haya torturado por tanto tiempo, amenazándolo de que nos iba a matar a nosotros si nos platicaba las cosas que le hacía, incluso a él mismo lo iba a matar”.

Sobre los avances de la averiguación penal número 16/13/4, de la cual La Jornada cuenta con copia, el abogado Carlos Garrigos informó que hace aproximadamente tres semanas se llevó a cabo una prueba de desahogo, con un interrogatorio a la víctima, en la que el menor señaló:

El Cavic me prometió que me iba a ayudar, no lo hizo, (la Comisión Estatal de Derechos Humanos también, hasta la fecha han transcurrido dos años y no me han ayudado.

El litigante comentó: No se ha girado orden de aprehensión para este caso, que tiene dos años. La misma juez ya nos negó una vez la orden de captura, pero seguimos aportando más elementos para que se castigue al depredador sexual con hábito de cura.

En su declaración ante el Ministerio Público del 20 de junio de 2012, la víctima afirmó: Cuando yo empecé a orar con él fue porque lo veía como un ejemplo a seguir, yo quería ser sacerdote, pero desde que me di cuenta de lo que el hacía ya no quise ser sacerdote, yo le tengo mucho odio, incluso pensé hacerle daño pero en realidad yo le tengo mucho miedo porque pienso que él es mucho más fuerte que yo.