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México SA

Economía no despierta

PIB: famélico resultado

Vade retro, SHCP-SAT

N

o es para celebrar, pero el resultado económico del segundo trimestre de 2014 se sumará al de por sí abultado inventario de promesas fallidas de la actual administración, la cual, en tempranero pronunciamiento del ministro del año, prometió mayor crecimiento en el periodo citado, aunque en los hechos el comportamiento real sería incluso menor al registrado en el primer tercio del año, que tampoco destacó por su proporción.

Con los datos preliminares que se conocen, la tasa de crecimiento entre abril y junio de este año se aproximaría a 1.2 por ciento, con lo que, de ratificarse el próximo jueves por parte del Inegi, el país habría registrado un avance promedio en la primera mitad de 2014 cercano a 1.5 por ciento, o lo que es lo mismo, nada. Así, se acumularían seis trimestres al hilo con un comportamiento económico verdaderamente raquítico, en medio de infinidad de florituras retóricas aportadas por el micrófono oficial.

La respuesta inmediata de la Secretaría de Hacienda a tal resultado tendría que ser un obligado recorte (el segundo al hilo en el año) a la estimación oficial sobre el crecimiento mexicano en 2014, aunque el ministro del año y genios que lo acompañan adelantaron que no se moverían luego del primer tijeretazo (de 3.9 lo bajaron a 2.7 por ciento) que aplicaron en mayo pasado.

Mientras deciden qué hacer, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, advierte que la primera mitad de 2014 trajo consigo resultados poco satisfactorios para la economía nacional debido al lento dinamismo de la misma, situación que desembocó en una serie de revisiones a la baja en los diferentes pronósticos de crecimiento económico para 2014.

De esta forma, en junio la actividad industrial creció 2 por ciento a tasa anualizada, una proporción insuficiente para compensar la pérdida obtenida durante el mismo periodo de 2013, cuando dicho indicador disminuyó 2.1 por ciento. Una situación similar se aprecia al analizar las cifras acumuladas, ya que durante el primer semestre de 2013 la actividad industrial presentó una caída de uno por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior; mientras los resultados del presente año indicaron una variación positiva de 1.3, aunque inferior a la obtenida en 2012, cuando fue por 3.8 por ciento.

Al revisar los componentes de la actividad industrial se observa que son las manufacturas las que más contribuyen al crecimiento, ya que en junio el sector avanzó 3.4 por ciento en términos anuales, como también en el acumulado del primer semestre del año con 3.4, desempeño que lo coloca como el más dinámico de los sectores. En contraste, la construcción se comportó como el freno que impidió un crecimiento mayor en la actividad industrial; si bien en junio dicho sector registró un crecimiento anualizado de 2.2 por ciento, su variación acumulada resultó negativa en 1.6 por ciento, ubicándose como la actividad de más bajo crecimiento durante la primera mitad del año.

Por otro lado, los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo para el segundo trimestre del año reflejaron mejoras poco significativas en cuestión de la estructura del mercado laboral mexicano. La cantidad de trabajadores que laboran en un micronegocio sin establecimiento disminuyó 2.5 por ciento, en tanto que el número de personas que trabajan en un establecimiento grande aumentó 3.8.

En contraste, en materia salarial se observa que cada vez es menor el número de personas que perciben remuneraciones altas. El número de trabajadores que ganan de tres hasta cinco salarios fue 7 millones 220 mil personas, lo que significó una disminución de 5.9 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior; mientras el número de trabajadores que obtienen más de cinco salarios mínimos fue de 3 millones 327 mil, significando una reducción de 10.2 por ciento, es decir, la generación de empleos formales es a costa de menores remuneraciones lo cual favorece, a su vez, a que la debilidad del mercado interno continúe presente.

Debido a lo anterior, mientras persista un mercado interno deprimido, será difícil obtener resultados en materia económica por arriba de lo esperado. Si comparamos las cifras de 2013 con las del presente año no cabe duda de que se logrará una recuperación durante la segunda mitad del 2014, sin embargo las condiciones actuales de la economía permiten vislumbrar que su magnitud no será extraordinaria.

Por el lado del empleo, el CIEN subraya que las cifras más recientes confirman avances poco significativos en las condiciones del mercado laboral mexicano: los trabajadores subordinados y remunerados crecieron 1.4 por ciento con respecto al segundo trimestre de 2013, sin embargo, los empleadores cayeron 4.7 por ciento, lo que se traduce en una pérdida de más de 104 mil fuentes de trabajo.

De igual forma, en materia de prestaciones se presentó una reducción de 1.6 por ciento en el número de trabajadores que no cuentan con acceso a la salud; la población subocupada decreció 4.4 por ciento, pero mayormente entre la población que cuenta con la primaria incompleta. Sin embargo, la subocupación es creciente entre aquellos que cuentan con mayor preparación (casi 2.4 millones de personas que cuentan con al menos la secundaria completa comparado con 1.6 millones con primaria completa, a lo más).

Las rebanadas del pastel

Con bombo y platillo el inquilino de Los Pinos anuncia que se destinarán 7 mil 500 millones de pesos para mejorar las condiciones de 20 mil escuelas primarias en toda la República. Se oye bien, pero a cada una de ellas, en promedio, le tocarían 375 mil pesos. ¿Para qué alcanza esa cantidad, si hay escuelas que no tienen escuela? (despachan al aire libre, sin techo y con piso de tierra; otras carecen de pupitres, pizarrones y lo más elemental) ¿Tendrán lo necesario con 375 mil pesos?... Y que se cuiden Luis Videgaray y Aristóteles Núñez, porque la intención de cobrar impuestos a las iglesias es un atentado contra Dios, y los funcionarios se arriesgan a sufrir un castigo divino, según dice el ministro evangélico de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México, Jacob Hernández Huerta, quien con dedo flamígero advierte que impíos y pecadores no pueden meter mano en cosas del Señor, porque pueden venir sobre ellos males como sarna maligna, plaga de piojos y úlceras (La Jornada Veracruz). Así que, ¡aguas!