Opinión
Ver día anteriorMartes 19 de agosto de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ébola y miedo
E

l miedo es uno de los elementos presentes ante el actual brote de ébola en la región occidental de África, y no sólo está presente en ese continente. El temor es hasta cierto punto comprensible, pues estamos frente a una enfermedad grave de letalidad muy alta (en el actual brote han muerto poco más de la mitad de las personas infectadas), ante la cual no hay métodos de prevención (vacunas) ni tratamientos efectivos. Pero también debe reconocerse que hay un miedo completamente irracional, que se basa en el desconocimiento y lleva a adoptar medidas discriminatorias, absurdas e inútiles; por ejemplo, la suspensión de vuelos de algunas aerolíneas a las naciones afectadas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado, entre los problemas presentes en el brote actual, los conceptos erróneos que existen sobre la enfermedad y en particular sobre su modo de transmisión. A diferencia de algunas enfermedades como la influenza o la tuberculosis, el ébola no se trasmite por el aire. El virus causante es muy susceptible al calor y a otros elementos, por lo que no sobrevive con facilidad en el medio ambiente.

Los mecanismos de transmisión, conviene repetirlo, son por contacto directo con los fluidos (sangre, saliva, orina, vómito, semen, evacuaciones, etcétera) y tejidos de los enfermos o de cadáveres. La mayoría de los casos de infecciones ocurren, de acuerdo con el organismo internacional, por prácticas funerarias tradicionales, protección inadecuada en el manejo de los enfermos en los hogares y contactos accidentales del personal médico y paramédico. Fuera de estos casos específicos, dice la OMS, “…el público general no está en alto riesgo de infección”.

En una guía para la prevención y control para el cuidado de pacientes de esta enfermedad, publicada recientemente (agosto de 2014), la OMS señala: El virus del ébola se puede eliminar con relativa facilidad con el calor, los productos a base de alcohol y el hipoclorito de sodio (lejía) o hipoclorito de calcio (polvo blanqueador) en concentraciones apropiadas. Si se aplican con cuidado las medidas de prevención y control se puede reducir o detener la propagación del virus y proteger a los trabajadores de atención a la salud y otros. Las personas interesadas pueden consultar la guía completa.

En el reporte correspondiente al 14 de agosto se habían contabilizado en cuatro naciones (Guinea, Liberia, Nigeria y Sierra Leona) mil 975 casos con mil 69 defunciones; lo anterior ilustra un incremento que llevó el pasado 7 de agosto a un comité de la OMS a opinar que “…se cumplen las condiciones para una emergencia de salud pública de importancia internacional”. Aunque en los reportes más recientes el tono es más moderado, la OMS estima que el brote continuará todavía por algún tiempo en el occidente de África.

Dadas las condiciones socioeconómicas desfavorables en las naciones afectadas y la debilidad de sus sistemas sanitarios, el control de la enfermedad es una tarea muy compleja y requiere de una amplia cooperación internacional en la que México debería comprometerse de manera más decidida.

Como ha difundido la Secretaría de Salud, en México no se ha presentado ningún caso y es poco probable (aunque no imposible) que esto ocurra. Creo que es muy importante observar con atención el comportamiento y la evolución de la enfermedad en el oeste de África… pero por ahora no hay razón que justifique el miedo.