Opinión
Ver día anteriorMartes 19 de agosto de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Melón

Que disparen flores

E

n este hermoso país –a pesar de todo– hay cosas que todavía no alcanzo a digerir, mi querido yeneka. Hay dos que me repatean con su respectivo remate. El primer reproche es para los detractores de Hugo Sánchez, que no han perdido ocasión de atacarlo, la mayor parte de las veces por decir verdades, mientras el segundo es por olvidar lo hecho por Fernando Valenzuela.

Este, su enkobio, fue testigo de su debut, así como los ponches que recetó a los yanquis, entre ellos a Reggie Jackson, Mr. Octubre. Y, recientemente, cuando hablan o escriben del Chicharito, lo hacen como si les diera gusto que lo tengan en la banca del Manchester. No sé por qué la Malinche todavía tiene vigencia, sobre todo entre los que no la hicieron y, como dijo don Teofilito, ni la harán.

Hace algún tiempo escuché una grabación de Peret, cantor español que admiro, y al pasar los años y enterarme de la situación en la madre patria me puse a reflexionar acerca de la ingratitud de nuestro pueblo hacia sus gobernantes. No me incluyo, por eso voy a tratar de hacerlas llegar a esos bien intencionados legisladores que en un futuro, espero no muy lejano, conviertan a este México lindo en un país de primer nivel, como diría Lalo Trelles.

Pues bien, el número me gustó tanto que casi me la aprendí. Se llama Que disparen flores, y es de la cosecha de P. Pubill. Aquí va una adaptación de éste, su asere, monina, bonkó, como acostumbra decir Moy Domínguez, asimismo, en reconocimiento a la gran labor a todos los gobernantes sin excepción, aunque no lo quieran reconocer los contreras.

Aquí va mi cuarto a espadas:

A todos los gobernantes así les quiero cantar/ que abunde el trabajo pa’ los que no tengan/ que ricos a proles no nos echen mierda/ que disparen flores, no ley bala en Puebla/ y que deroguen todas las reformas que urden en mi tierra.

Los políticos son justos, honrados y muy cabales/ y es un testimonio de ello que no hay ninguno en la cárcel/ apriétense los cinturones, nos dicen a cada instante/ y si ellos no se lo aprietan es porque usan tirantes.

Si prometen y no cumplen, no hay que tirarles condena/ el pueblo sabe de cierto que la intención era buena/ y cuando alguno dimite eso no es por peculado/ es que ha trabajado mucho y se merece un descanso.

No critiquen al ministro porque se haya enriquecido,/ pues lo ha hecho honradamente, el pueblo está convencido/ y cuando están en el Congreso con los ojitos cerrados/ no digan que están durmiendo, no sean tan mal pensados.

Que abunde el trabajo pa’ los que no tengan/ que ricos a proles no nos echen mierda/ que disparen flores, no ley bala en Puebla/ y que deroguen todas las reformas que urden en mi tierra.

Por fortuna esto no pasa en mi México lindo y querido. Eso sucedió en España, por lo que felicito y agradezco todos los beneficios que nos auguran con los acuerdos que ambas cámaras han aprobado. Si alguien discrepa de mi opinión le sugiero que reflexione para que reconozca su error, pues es maravilloso cómo lograron, en tan poco tiempo, modificar la Constitución y hacer para los ciudadanos la construcción de un futuro que nos dará una vida mejor.

Álvaro Obregón dijo que nadie resiste un cañonazo de 50 mil pesos y hogaño entre pasivos y cositas así leí por ahí que debemos, cada uno de los proles, más de 100 mil de los pesos de ahora. ¡Así que vamos mejorando!