Opinión
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Ciudad Perdida

Propuesta de mejora salarial

La postura federal

¿Miedo en el gabinete local?

A

lgunos miembros del gabinete del gobierno de la ciudad de México están pasando por momentos de mayor preocupación, debido al debate sobre el salario mínimo y las consecuencias que la postura de Miguel Ángel Mancera pudieran traer a su administración.

Miedo, tal vez sea la palabra que se aplique con más certeza a esos funcionarios que miran peligros en el debate, y no es para menos. Según se nos dice, aunque las declaraciones del secretario del Trabajo federal, Alfonso Navarrete Prida, son contrarias a la propuesta del Gobierno del DF, en Los Pinos no hay un pronunciamiento que oriente para un lado u otro la discusión, que cada vez eleva más su tono.

Pese a ello, hay quienes aseguran que el secretario del Trabajo terminará apoyado por Peña Nieto y que sus pronunciamientos en contra salen de las oficinas de Los Pinos, porque ni de chiste actuaría por la libre. Además cuentan que fue necesario que Navarrete Prida marcara la línea del gobierno federal, porque muchos miembros de la iniciativa privada se habían confundido y de entrada aceptaron la propuesta de Mancera, aunque ahora, como es costumbre en estos casos, voltearon bandera y declaran estar en contra de la medida.

Por eso están aterrados los funcionarios del GDF, porque dicen que a Peña no se le puede contradecir, que cualquier declaración contraria a sus ideas es sancionada de inmediato, y en el caso del Gobierno del DF la pena es cortarle los recursos federales, o mejor dicho, retrasar hasta lo último su entrega.

Esa política es la que tiene aterrados a los funcionarios. No saben, hasta ahora, con certeza si en el ánimo de Peña Nieto pesan muchos, más los argumentos que maneja Miguel Ángel Mancera o si la cerrazón de la iniciativa privada acabará por delinear, como hasta ahora, los caminos que recorre el hombre de Los Pinos.

No obstante, para Miguel Ángel Mancera es más que un compromiso con los habitantes más pobres de la ciudad de México, y del país, ir por un salario mínimo que sirva para poner en manos de quienes más lo necesitan la oportunidad de sacar la cabeza del lodazal de la miseria, y más cuando el horizonte de la economía nacional para los próximos cinco años parece no ofrecer nada a la población.

Mancera ya habla de mandar a un debate entre él y Navarrete la propuesta del gobierno de la ciudad que el secretario del Trabajo federal ha rechazado, aún sin conocerla, porque la opción que va a presentar Miguel Ángel Mancera aún no está lista, pero se advierte que no tiene fisuras, es sólida y obedece a una necesidad. No se trata de caprichos o de compromisos inconfesables por cumplir.

De cualquier forma, Mancera está dando una lección a sus funcionarios. En sus hechos está el mensaje: más allá del beneficio político está la urgencia de quienes han sido hundidos en la pobreza. Nada más.

De pasadita

Hay muchas cosas que se les han olvidado, por decirlo de algún modo, a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, entre ellas, nada más la justicia. Esos ministros, a los que usted ya conoce por sus actos, negaron al Instituto de Información Pública y Protección de Datos del DF la posibilidad de revertir la ley –otra de las atrocidades aprobadas por los diputados y los senadores– que permite romper la privacidad de las personas. Ojalá que dentro de algún tiempo esos mismos magistrados no tengan que arrepentirse cuando se enteren de que sus vidas son totalmente espiadas. ¿O qué, suponen que son invulnerables?