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Experto de la Universidad de Bristol quiere impulsar el uso de esos equipos en México

Los radares, útiles para prevenir desastres por lluvias: Rico Ramírez

Permiten identificar la zona de distribución del agua en un área de uno a dos kilómetros, explicó

Con el cambio climático los eventos son más intensos, lo que obliga a hacer más precisa la investigación mediante esos aparatos meteorológicos, destacó

Ofreció conferencia en la UNAM

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El pronóstico del tiempo para los próximos días es adverso para los habitantes de Inglaterra. La imagen, sobre el faro de Santa María en Whitley Bay, North TynesideFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Martes 26 de agosto de 2014, p. 2

La importancia de la medición de lluvia por medio de radares meteorológicos es crucial, pues gracias a ello se puede obtener información para prevenir desastres, como inundaciones o desbordamientos, explicó Miguel Ángel Rico Ramírez, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Bristol, Reino Unido.

Con el cambio climático los eventos son más intensos, lo que obliga a hacer más precisa la investigación mediante esos aparatos meteorológicos, destacó.

El investigador explicó que esos equipos envían una señal electromagnética de alta potencia y si alguna partícula de precipitación produce una reflexión al radar, ésta se puede trasformar en una estimación de lluvia. Lo que mide el aparato es una potencia reflejada en las partículas de precipitación, no la cantidad de agua. Esa potencia se traduce en lo que llamamos reflectividad, la cual depende del tamaño de la gota y ésta, a su vez, del tipo de precipitación.

En la conferencia Nuevas tecnologías y radares para estimar la precipitación, impartida en el ciclo Panorama actual de las ciencias atmosféricas, que se efectuó en el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) la semana pasada, Rico Ramírez explicó que los radares meteorológicos se empezaron a desarrollar en la Segunda Guerra Mundial, cuando los especialistas en análisis de pantallas de radares se dieron cuenta de que estos equipos eran lo suficientemente sensibles incluso para detectar lluvia.

Frecuencias

Explicó que hay tres tipos de frecuencias en los radares meteorológicos: banda-X de 10 gigahercios (GHz, que expresa la frecuencia de oscilación de una señal que equivale a un millón de hercios), banda-C (5 GHz) y banda-S (3 GHz). La diferencia es que a mayor frecuencia, mayor resolución.

Con la llegada de los radares de doble polarización se lograron mayores beneficios para identificar y mitigar el ruido o clutter (cualquier eco que no se debe a la lluvia, como el de la tierra, el mar, aviones, barcos, etcétera), que pueden provocar que la estimación de lluvia sea ineficiente.

Rico Ramírez insistió en la importancia de suprimir estos ecos en tiempo real para no afectar la medición de lluvia.

Toda la información de métodos, como la Predicción Meteorológica Inmediata (Nowcasting), es utilizada en modelos hidrológicos para saber qué va a pasar, si puede haber riesgo de inundaciones o eventos severos de precipitación.

Para esto, explicó el investigador, es de gran importancia tratar de combinar datos de radares con pluviómetros para obtener la mejor estimación de lluvia.

Debido a las complicaciones que pueden presentarse, el especialista en estimación de la precipitación por radar alertó que la lluvia cambia con rapidez, por lo que es importante que los investigadores y encargados de atender esta problemática tomen en cuenta los distintos modelos para mejorar y obtener resultados más aproximados en tiempo real.

Todos estamos interesados en el clima, en lo que va a pasar en las próximas tres, seis o 24 horas; sobre todo con el cambio climático hay eventos mucho más intensos. Queremos ser capaces de predecir inundaciones, para esto necesitamos la mejor información posible, que obtenemos de mediciones de radar, de modelos numéricos de fricción y meteorológicos para producir flujos en río, incluso modelos de inundación que ya reportan específicamente qué zona se va a afectar.

Señaló que esos aparatos hubieran sido útiles para evitar los daños causados por la lluvia acompañada de granizo que en días pasados afectó 155 sitios del Distrito Federal con encharcamientos de diversas magnitudes, aunada a ráfagas de viento que derribaron 36 árboles en calles de las delegaciones Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero y Azcapotzalco, así como obstucciones de coladeras y vialidades importantes de la ciudad.

El Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) pronosticó lluvias de fuertes a intensas para los próximos días en la República, y la Comisión Nacional del Agua alertó sobre el probable reblandecimiento de suelos en algunas regiones del país, por lo que podrían presentarse desbordamientos de ríos y arroyos, deslaves, inundaciones en zonas bajas y deslizamiento de laderas, así como afectaciones en caminos y saturación de drenajes en zonas urbanas.

El especialista comentó que para una extensión territorial como México utilizar esos radares representa una ventaja, ya que permiten identificar la zona de distribución de la lluvia abarcando de uno a dos kilómetros; sin embargo, la red de radares del país no es tan densa como en otras naciones de Europa, donde la extensión territorial es más pequeña, pero hay más equipos.

Aquí en México hay alrededor de 15; en cambio en Inglaterra, territorio más pequeño, tienen 18. Estoy aquí porque quiero colaborar con investigadores de la UNAM para impulsar el área de radares en este país, destacó Miguel Ángel Rico Ramírez.