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TOC, ansiedad y depresión, otras enfermedades que padecen adolescentes: experta de la UAM

Esquizofrenia y bipolaridad, de las patologías más comunes en jóvenes

En México, la edad promedio para el inicio de los males siquiátricos es 21 años, pero pueden comenzar desde los cinco, según el INS

Se expuso el tema en el foro La Metro en el Metro

 
Periódico La Jornada
Sábado 30 de agosto de 2014, p. 2

La esquizofrenia, la bipolaridad y el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) son tres de las seis patologías siquiátricas más recurrentes en los adolescentes, refirió Valeria Notzani Mendoza Huerta, bióloga de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Al exponer el tema Neurotransmisores y su relación con las patologías siquiátricas, en el foro La Metro en el Metro Un paseo por el conocimiento, Mendoza Huerta señaló que estos padecimientos son causados por múltiples factores: ya sea de tipo biológicos, antes o después del nacimiento; mutaciones en el ADN; herencia o experiencias sicosociales en las primeras etapas del desarrollo, o por causas que provocan desajustes químicos en los neurotransmisores.

La esquizofrenia generalmente comienza en los años de adolescencia o a principios de la adultez y sus síntomas se caracterizan por comportamientos extraños, escuchan o ven cosas inexistentes (alucinaciones), se aíslan y sus emociones disminuyen, explicó Mendoza.

Catálogo de síntomas

También tienen problemas para prestar atención, sostienen firmemente creencias que no son reales (delirios), sus pensamientos saltan entre diferentes temas (asociaciones sueltas). 

El trastorno bipolar se divide en dos fases: manía y depresión. En la primera, los síntomas consisten en un control deficiente del temperamento, comportamientos imprudentes y falta de autocontrol, tales como el alcoholismo, consumir drogas, tener relaciones sexuales con muchas parejas y hacer gastos exagerados.

En la fase depresiva, estos pacientes suelen estar tristes y con estado de ánimo bajo, presentan dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones; su alimentación también se ve alterada, pues pueden perder apetito y peso, o bien tener un consumo exagerado de alimentos y aumento de peso; sentimiento de minusvalía, desesperanza o culpa, pérdida de placer en actividades que alguna vez disfrutaba.

El trastorno obsesivo compulsivo es una condición de la salud mental con tres elementos fundamentales: quienes lo padecen experimentan pensamientos involuntarios, irracionales, y repetitivos, los cuales reciben el nombre de obsesiones. Estos pensamientos provocan ansiedad, angustia y miedo en la persona afectada, la cual realiza acciones compulsivas para intentar acabar con las sensaciones desagradables generadas por las obsesiones. El ciclo de obsesiones y compulsiones consume mucho tiempo del paciente e impide la realización de actividades importantes para la persona.  

Estas enfermedades pueden prevenirse si se conocen los antecedentes familiares. Si se aprende a diferenciar entre la personalidad y los síntomas de los padecimientos. Y si se evita el consumo de alcohol y drogas, pues son detonantes de padecimientos mentales.

Es necesario también cuidar el cerebro, evitando en lo posible situaciones de estrés o violentas; tener buenos hábitos alimenticios, evitar lugares con bajo contenido de oxígeno, meditar y dormir por lo menos ocho horas diarias.

En nuestro país, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Siquiatría (INS), la edad promedio para el inicio de las enfermedades siquiátricas es 21 años, pero pueden comenzar desde los cinco años de edad.

La ansiedad se presenta en 8.6 por ciento de los adolescentes mexicanos entre 12 y 17 años, y puede tardar hasta 14 años en ser diagnosticada de forma correcta.

La depresión se presenta en 7.2 por ciento y el abuso de sustancias en 3.2 por ciento. Se estima que actualmente, los trastornos mentales ocupan el tercer lugar en consultas médicas, y se prevé que para 2025 serán el primer lugar, superando las enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión.