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Personal de salud: ¿precariedad o regularización?

L

a calidad en el servicio de salud depende, en mucho, de la condición laboral del personal que atiende a los enfermos. Un trabajador del sector con seguridad en el empleo, vacaciones, aguinaldo, servicio médico, etcétera, probablemente brindará atención más adecuada a los enfermos que un trabajador que tiene contrato temporal, bajo salario y carga de trabajo a destajo.

En los últimos años, el sistema de salud ha sido llevado a la flexibilidad laboral, lo cual se ha traducido en un proceso continuo de inestabilidad. Aunado con el proceso de transición demográfica y el aumento de atención de enfermedades crónicas, hacen especialmente caro el servicio; ello degrada aun más la calidad de las ofertas laborales.

Desde el llamado ajuste estructural en México, se han reducido las plazas de trabajo de base y la modalidad de con- tratación que se ha usado en forma hegemónica es la temporal, sin beneficios de ley. Con los procesos de descentralización, se debilitó más el poder de negociación del personal de salud. Por ello, la bandera para combatir la precariedad en el trabajo de este sector ha sido el impulso de los procesos de regularización laboral.

El SNTSA cuenta con más de 200 mil afiliados en todos los estados, pero su conducta ha sido siempre oficialista y poco combativa; sin embargo, no puede sustraerse del tema de la regularización, pues las diferencias salariales entre trabajadores contratados por honorarios y los de plaza llegan a ser de 50 por ciento.

Por ello, a la población de Zacatecas debe preocupar que los trabajadores que atienden su salud estén regularizados y tengan todos los beneficios de ley, porque el nivel de atención de un médico que trabaja a destajo y tiene otros empleos termina siendo de mala calidad, y en ese contraste puede encontrarse la diferencia entre salud y enfermedad, o entre vida y muerte. El estado no debe tratar como obreros a destajo a médicos y enfermeras.