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Los hechos ocurrieron en Tres Marías, en agosto de 2012

Policías federales, con intención de matar a agentes de la CIA: informe
 
Periódico La Jornada
Jueves 11 de septiembre de 2014, p. 15

Documentos del Poder Judicial de la Federación (PJF) que forman parte del juicio a 14 elementos de la Policía Federal que participaron en un ataque contra dos integrantes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) y un capitán de la Secretaría de Marina, en agosto de 2012, establecen que no hubo error en la agresión y que los acusados “tenían la intención de matar a quienes fueran los ocupantes del vehículo diplomático, porque en su concepto eran ‘delincuentes peligrosos’”.

Los peritajes realizados por personal de la Procuraduría General de la República (PGR) y las reconstrucciones realizadas determinaron que la vida de las tres víctimas siempre estuvo en riesgo durante el ataque, pues los agentes de la Policía Federal nunca dejaron de disparar y abrieron fuego con la intención de privar de la vida a los agentes estadunidenses y al marino mexicano.

De acuerdo con los documentos obtenidos y la sentencia de un juicio de amparo promovido por los abogados de los policías federales se confirma que para la agresión los agentes mexicanos se transportaban en vehículos particulares, utilizaron sus armas de cargo (fusiles y pistolas), no usaron sus uniformes ni tampoco chalecos antiblas que los identificaran.

Asimismo, se confirma que los policías acusados de homicidio en grado de tentativa y daño en propiedad ajena no dejaron de disparar contra el vehículo en el que viajaban los estadunidenses y el marino mexicano, hasta que llegó uno de sus mandos al lugar de los hechos y el blindaje nivel 6 de la unidad había cedido.

Luego de una persecución y ataque que se extendió varios kilómetros en la carretera federal México-Cuernavaca, el 24 de agosto de 2012, alrededor de las ocho de la mañana, la camioneta en la que viajaban los agentes de la CIA y el marino mexicano, los policías federales “que los perseguían se estacionaron atrás de su vehículo, descendieron y dispararon de nueva cuenta contra la camioneta hacia la parte posterior, hasta la parte media de la camioneta.

“(...)Cuatro sujetos disparaban al lado del piloto y tres al del copiloto, que al parecer uno de los agresores llevaba un AK-47 y les disparó de arriba abajo. Después, todos los agresores suben a un desnivel para ocultarse detrás de los árboles y continuar disparando.

“A causa de los múltiples disparos, el blindaje de la camioneta cedió; por lo que, uno de los agentes de la CIA recibió un balazo en el antebrazo por lo que intentó pasarse al asiento trasero; por lo cual recibió una segunda herida de bala en el glúteo derecho.

Al percatarse los atacantes de esta situación se enfocaron a disparar hacia la zona del automóvil donde estaba el conductor de la unidad y también recibió impactos de bala; uno a la altura de la cabeza, el cual despedazó el pabellón de su oreja derecha y las esquirlas provocaron que una de las patas de sus gafas se le incrustara en la cara, específicamente en la mejilla derecha; otro, en el brazo derecho; y, un tercer balazo en la pierna derecha (las versiones arrojan también que al verse malherido, se recargó en el volante de la camioneta, simulando que estaba muerto, para intentar que sus atacantes dejaran de dispararles), refieren los documentos judiciales y peritajes realizados por la PGR.

Los resultados de los estudios en criminología, mecánica y otras especialidades concluyen que todos los disparos fueron efectuados de afuera hacia adentro del vehículo (y que ninguno de los ocupantes de la camioneta con placas diplomáticas estaba armado); y los balazos se resintieron en las zonas que protegían a las víctimas (las puertas delanteras incluyendo las ventanillas) y que fueron efectuados con la intención de privar de la vida a los ofendidos.