Opinión
Ver día anteriorLunes 15 de septiembre de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Sonora: nuevo elenco

EPN: ocasión dorada

BCS: fuera políticos

I

nsatisfechos quedaron en Los Pinos con la puesta en escena de la teatral obra te sanciono de mentiritas, con guión y actores de la Semarnat. De plano no gustó en la residencia oficial y, por decisión de su inquilino, al verde primer actor Juan José Guerra Abud, lo bajaron del escenario para incorporar un nuevo equipo de actores que implementen acciones eficaces (léase políticamente redituables) que subsanen los daños ambientales causados por Germán Larrea y su Grupo México en Sonora.

Lerdo, el secretario Guerra Abud se tomó larguísimos 35 días para taponear cualquier acción legal en contra del corporativo minero y concluir que el desastre ambiental sonorense causado por Grupo México simple y sencillamente se arregla con dinero y que, por lo mismo, no es necesario sancionar al responsable ni afectar su negocio (según él la actividad económica justifica el ecocidio), ergo, el corporativo puede intoxicar a propios y extraños sin mayores problemas y cuando le plazca.

Sin embargo, menos de 24 horas después de dicha puesta en escena, Enrique Peña Nieto cambió de elenco y armó una comisión de trabajo integrada por funcionarios federales, para implementar acciones inmediatas, oportunas y eficaces con el fin de evaluar y subsanar los daños causados a la población por el derrame de tóxicos en los ríos Bacanuchi y Sonora. La determinación del Ejecutivo federal se da en el contexto de fortalecer y ampliar las labores en torno al desastre humano y ecológico que derivó del derrame de sulfato de cobre acidulado en el lecho de los ríos citados (La Jornada, Roberto Garduño). En síntesis, Guerra Abud lento, inoportuno, ineficaz y fuera de la jugada, porque la coordinación del equipo quedó en otra área del gabinetazo.

No se requiere pretexto alguno para actuar en contra de gentuza como Germán Larrea, que para eso está el marco legal, pero con el más reciente ecocidio del Grupo México en Sonora al inquilino de Los Pinos se le presenta una ocasión dorada para meter en orden a los depredadores barones de la minería y de pasadita a impresentables gobernadores, como el panista Guillermo Padrés, aunque cierto es que todo esto no deja de ser un mero sueño guajiro.

Entonces, si en la residencia oficial pretenden que se les tome en serio, el asunto Larrea-Grupo México no puede quedar impune e intentar darlo por solucionado mediante el supuesto pago de microscópicas multas (con relación al daño causado) ni con la creación de un mágico fideicomiso, que nadie sabe cómo funcionará. En este contexto, cómo olvidar aquel manotazo salinista, cuando en febrero de 1989 Eduardo Legorreta, uno de los grandes especuladores bursátiles de la época, terminó en chirona. Pero sólo él, porque el mercado mexicano de valores estaba infestado de personajes como ese. Y el entonces inquilino de Los Pinos en lugar de meterlos en cintura y poner freno a sus excesos, utilizó de pretexto ese caso para el rearmado a su gusto de la oligarquía nacional, y de paso colar a sus amigos a la lista de Forbes, entre ellos los Larrea.

Quienes ni de lejos mandan mensajes disfrazados son las organizaciones civiles, ejidatarios, prestadores de servicios, ecologistas, estudiantes y muchos más integrantes de la sociedad civil de Baja California Sur: el pasado viernes firmaron el Pacto de Todos Santos, con el objetivo de liberarnos de la amenaza de los megaproyectos de minería tóxica en las zonas prioritarias para el abasto de agua y el desarrollo de las actividades productivas de nuestro estado.

Tal pacto se opone tajantemente y con todas las acciones necesarias, tanto legales como de desobediencia y resistencia civil pacífica, a la instalación de megaproyectos mineros en esta región, puesto que no aceptamos esa sentencia de muerte firmada por la Semarnat, es decir, la autorización que esta dependencia federal otorgó al proyecto minero denominado Los Cardones, entre cuyos propietarios aparece el señor de los abonos chiquitos y las utilidades enormes, Ricardo Salinas Prieto.

Desde aquella entidad reportan a México SA que “la firma del Pacto de Todos Santos ocurrió el viernes en el pueblo del mismo nombre, entre La Paz y Los Cabos. La asistencia fue masiva; un evento histórico en el sur de la península. La catástrofe ambiental de Sonora estuvo muy presente en el ánimo y el discurso de los asistentes. Sin embargo, durante el desarrollo del evento se mencionó la presencia de varios diputados locales, que efectivamente, fueron invitados por el delegado de Todos Santos.

“Sólo uno pasó al pódium a hablar, ya que la reacción de rechazo de la multitud fue en crescendo, hasta que un grupo de asistentes tomó la tribuna y exigió la salida de todos los diputados y políticos del estrado. Se los dijeron claramente: ‘…esto es un movimiento de los pueblos. No se vale que los señores políticos vengan ahora a agarrar agua para su molino. Les pedimos que respeten la dignidad de este pueblo, se retiren y desde su trinchera hagan su trabajo’. Una de las oradoras espontáneas resumió el sentir popular: ‘…los necesitábamos antes, no ahora que ya nos estamos organizando’.

“Ernesto Ibarra, diputado local por el PAN (y de todos sabido gato de Ernesto Coppel Kelly) fue abucheado e increpado por algunos asistentes, quienes lo tacharon de oportunista y le reclamaron que no podía ‘un día aprobar la reforma energética y al día siguiente venir a firmar un pacto ciudadano’. La prensa local ha difundido mucho este incidente, pero lo realmente importante fue la masiva asistencia ciudadana a la firma del Pacto de Todos Santos, porque significa el comienzo de movilización ciudadana contra la megaminería; ya sabemos en qué estamos de acuerdo, qué es lo que no queremos y cómo vamos a hacer valer el reclamo ciudadano.

El próximo evento será el de SOS, Sociedad Organizada Sudcaliforniana (organismo de empresarios y hoteleros que sorprendentemente también firmaron el pacto, a pesar de la mención a la resistencia y desobediencia civil pacífica) en la playa del Tule, donde se formará un gigantesco SOS contra la mega-minería. Se calcula asistan más de 15 mil personas. El anterior, en 2011 cuando se paró Paredones Amarillos, congregó más de 9 mil (Víctor Adrián Trujillo Muñoz, [email protected]).

Las rebanadas del pastel

Muchos son los motivos para gritar, pero en el México oficial hoy sólo se grita por la Independencia, aunque ésta, en los hechos, no pase de ser un mero nombre de céntrica avenida capitalina.

Twitter: @cafevega