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Ya se procesó a autores intelectuales; faltaban otros implicados: Abuelas de Plaza de Mayo

Comienza juicio a médicos cómplices del robo de bebés en la dictadura argentina

Se estima que unos 500 recién nacidos fueron arrebatados a sus madres en cárceles clandestinas

 
Periódico La Jornada
Jueves 18 de septiembre de 2014, p. 29

Buenos Aires, 17 de septiembre.

Los médicos Norberto Bianco y Raúl Martín, y la obstetra Luisa Arroche, quienes asistieron en partos a presas políticas y fueron cómplices del robo de bebés durante la última dictadura en Argentina (1976-1983), comenzaron a ser juzgados hoy en esta capital.

Es algo muy importante porque se juzga la complicidad de médicos y parteras que fueron responsables directos de estos delitos de lesa humanidad, declaró a Afp Francisco Madariaga, de 36 años, robado al nacer y entregado a una pareja que lo registró como propio, con la que vivió hasta recuperar su identidad en 2010.

Francisco nació durante el cautiverio de su madre en la maternidad clandestina que funcionó en el hospital del centro de la guarnición militar Campo de Mayo, aquí en la capital argentina.

Su nacimiento fue asistido por Arroche, la obstetra, hoy de 86 años, que a unos metros de él escuchó las acusaciones en su contra por haber falseado su acta de nacimiento y facilitado su apropiación.

Arroche, que declinó dar declaraciones, está acusada en esta causa con los médicos Bianco y Martín, también octogenarios.

En el banquillo de los acusados también están los represores Santiago Riveros, encargado del centro de detención clandestino Campo de Mayo, y Reynaldo Bignone. Ambos ya fueron condenados en el juicio por el plan sistemático de robo de bebés.

En el primer juicio por el robo de recién nacidos, realizado en 2012, el fallecido dictador Jorge Rafael Videla fue condenado a 50 años de cárcel como máximo responsable del plan para despojar de sus hijos a las secuestradas, mientras Bignone recibió una pena de 15 años de prisión, que la Cámara de Casación Penal elevó a 25. Riveros fue condenado a 20 años, señaló Página/12.

En este juicio podremos saber qué hicieron con nuestras madres el día después de que nacimos, sabemos que habrá condena y triunfará la justicia porque somos la prueba viviente del delito, dijo Francisco, quien pudo rencontrarse con su padre, Abel Madariaga, querellante junto a la asociación Abuelas de Plaza de Mayo.

Alan Iud, abogado de Abuelas, explicó que en la oscura trama de robo de bebés durante la dictadura faltaba que la justicia actuara contra médicos y parteras implicados. Hasta hoy se había juzgado a los organizadores del plan sistemático de robo de bebés, a los apropiadores de esos niños, pero ellos (médicos y parteras) han sido un eslabón fundamental para que todo se pudiera llevar a cabo, aseveró Iud.

La madre de Francisco, Silvia Quintela, fue secuestrada a los 24 años en Buenos Aires embarazada de siete meses y tras ser torturada en la cárcel clandestina El campito dentro de Campo de Mayo, dio a luz en el sector de epidemiología del hospital del destacamento.

Allí, se estima, nacieron decenas de niños cuyas madres daban a luz vendadas y esposadas a sus camas, con guardia armada.

Silvia permanece desaparecida, como otras ocho mujeres que parieron en ese lugar, cuyos casos son ventilados en este juicio, en el que se escucharán 40 testimonios.

Iud explicó que se juzgarán sólo nueve casos, pero ha habido muchos más, con al menos 12 profesionales (de la salud) involucrados sólo en Campo de Mayo.

Según estimaciones de organismos defensores de derechos humanos, unos 500 bebés fueron robados al nacer durante el cautiverio de sus madres y entregados a apropiadores que los registraron como propios.

De ellos, 115 han recuperado su identidad, uno de los últimos fue Guido Montoya Carlotto, nieto de la presidenta y fundadora de Abuelas, Estela de Carlotto, hallado en agosto pasado.

Este juicio no sana, pero es reparador, es un paso más para tener algo de paz, dijo con voz temblorosa Laura Catalina de Santis Ovando, nacida en Campo de Mayo y robada al nacer.

Su madre, Miriam Ovando, fue secuestrada en octubre de 1976 a los 17 años embarazada de seis meses y permanece desaparecida.