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Vecinos ponen barricadas con los árboles caídos y prenden fogatas para ahuyentar a delincuentes

Saqueos empeoran la escasez de agua y alimentos en Los Cabos luego de Odile

Ejército, Marina y PF realizan operativos aéreos; federales irán por tierra a zonas de mayor criminalidad

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Habitantes de Los Cabos robaron electrodomésticos de un Walmart, mientras en otro centro comercial, que decidió abrir ante las largas filas de pobladores que buscaban adquirir agua y comida, y dejar que durante cinco minutos tomaran lo que pudieranFoto Ap
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Dos hombres intentan despojar a un vigilante de su rifle de aire con el que intentaba evitar el saqueoFoto Ap
Enviado y corresponsales
Periódico La Jornada
Jueves 18 de septiembre de 2014, p. 7

La Paz, BCS, 17 de septiembre.

Ante la desesperación por la falta de alimentos y agua, en todas las colonias de Los Cabos se organizan cuadrillas de vigilancia ciudadana contra la rapiña de la delincuencia, que ataca por la noche, en medio del caos registrado tras el paso del huracán Odile.

El fenómeno meteorológico pegó aquí con rachas superiores a 225 kilómetros por hora, lo que afectó los cinco municipios de Baja California Sur.

El secretario de Gobierno del estado, Luis Andrés Córdova Urrutia, informó que además de los millonarios daños, una persona falleció y otra se encuentra desaparecida en el poblado Santa Rosalía, municipio de Mulegé. Se trata de dos ejecutivos de origen coreano de la compañía minera El Boleo, quienes trataron de cruzar un arroyo de gran caudal. Autoridades de protección civil reportaron 135 heridos.

Asimismo, dijo que por la noche salió de La Paz un grupo especial de la Gendarmería, la Marina, la Policía Federal y el Ejército para evitar pillajes y saqueos de tiendas en San José del Cabo y Cabo San Lucas.

En colonias como La Ballena, Primero de Mayo y Pablo L. Martínez, así como en la zona conocida como Los Invasores, entre muchas otras, los vecinos están utilizando los árboles caídos para levantar barricadas o prender fogatas en los principales accesos a sus calles, para evitar que malandros ingresen a robar a las casas y comercios que aún tienen algunos productos que vender, señaló don José, uno de los colonos que esta tarde formará parte de la primera guardia, la cual empezará a las 7 de la noche.

El gobierno dice que hay soldados, que los de la Marina, pero nosotros no los hemos visto por ningún lado. Los saqueos se dieron en todos los centros comerciales, y hasta los policías se llevaron cosas, manifestó Luis Enrique Escobar Ramírez.

Las grandes tiendas de autoservicio reportan saqueos totales. Es entendible que la gente busque un kilo de frijol, azúcar o alguna lata para comer, pero el huracán está sacando lo peor. Anoche, en el Walmart de San José del Cabo había gente en coches último modelo, en los que llevaban pantallas, refrigeradores y todo lo que podían, narró uno de los vecinos del centro comercial que se localiza sobre la carretera que conecta el aeropuerto con la zona hotelera.

La gente no quiere salir porque aquí no hay autoridad, tenemos miedo, sostuvo otro entrevistado por La Jornada.

En el fraccionamiento Monterreal, 10 personas armadas maniataron a un hombre y una mujer dentro de su vivienda y les robaron electrodomésticos, ropa y comida. En Cabo San Lucas, hombres armados llegaron a uno de estos asentamientos disparando para amedrentar a los habitantes, pero fueron sorprendidos por la policía y tuvieron que huir.

Armados y a puñetazos

La agencia Ap reportó que un supermercado decidió abrir.Cientos de personas hacían cola para entrar y llevarse lo que pudieran en cinco minutos. Al lado, empleados del comercio, con machetes, bates de beisbol y rifles, trataban de mantener el orden. Poco después, entre puñetazos, el comercio fue saqueado en su totalidad.

Hay gasolineras cerradas en las que no hay un solo vehículo estacionado, pero en otras las filas de automóviles se extienden a lo largo de varios kilómetros, en espera de que se reinstale el servicio de energía eléctrica, el cual está suspendido. Jorge lleva dos días esperando unos litros de gasolina, que, dice, se los han ofrecido hasta en 40 pesos cada uno.

En muchas calles y avenidas hay camiones de la Comisión Federal de Electricidad tratando de levantar los cables caídos, pero son cientos o miles los postes y árboles que el fenómeno meteorológico derribó en todo el centro turístico.

En algunas colonias, como la Primero de Mayo y La Ballena, los pobladores caminan de tienda en tienda buscando agua para beber, aunque sea en pequeñas botellas, pero se conforman con jugos o bebidas energetizantes, porque es lo único que pueden ofrecer.

La Policía Federal, el Ejército y la Marina se organizan con operativos aéreos de manera alternada para esta noche de miércoles. La Policía Federal, encabezada por el comisionado general Francisco Galindo Ceballos, llevará a cabo patrullajes terrestres por las zonas consideradas de mayor criminalidad.

El aeropuerto se convirtió en el centro de operaciones de autoridades policiacas y militares, aunque no existe una sola oficina que pueda ser utilizada de manera integral, pues tempoco hay energía eléctrica. Los techos de al menos dos inmuebles de esta terminal fueron arrancados por el viento, y el agua que generó Odile dejó inutilizables todos los comercios del interior.

Pero la destrucción provocada por el fenómeno meteorológico también afectó los alrededores del aeropuerto, por lo que cientos de turistas que buscan salir de esta zona en cualquier vuelo deben caminar más de dos kilómetros con sus maletas, y en muchos casos con niños bajo los fuertes rayos del sol.

Para la distribución de agua, el gobierno municipal colocó en algunas zonas grandes tanques con más de 2 mil litros, que resultan insuficientes para las largas filas que se hacen, y para alcanzar solamente dos cubetas de 20 litros por persona.

Rafael Ocegueda, de la zona de Cabo San Lucas, viajó hasta inmediaciones del aeropuerto par abastecerse del líquido. En mi colonia algunos árboles cayeron sobre las casas, derribaron los postes de luz y afectaron el suministro de agua. Luego de horas encontré un centro de abasto, aunque llevo más de dos horas haciendo fila.