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Larrea: con dinero...

Cananea, 7 años atrás

La Jornada: 3 décadas

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l 30 de julio de 2007 el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana estalló la huelga en Minera de Cananea (hoy Buenavista del Cobre), y paralelamente en Taxco, Guerrero, y San Martín, en Sombrerete, Zacatecas. En los tres casos, el reclamo, amén de justo, fue muy claro: Grupo México debe mejorar las medidas de seguridad e higiene en sus minas y plantas, porque no permitiremos otro Pasta de Conchos.

Nunca se atendió la demanda obrera, y en el caso concreto de Cananea la huelga se prolongó tres años hasta que el 7 de junio de 2010 el gobierno de Calderón resolvió el conflicto a golpe de bala, macana y represión laboral (en Taxco y Sombrerete el movimiento se mantiene sin solución a estas alturas), y para ello contó, entre otros, con los secretarios de Gobernación (Fernando Gómez Mont, abogado de Larrea antes, durante y después de ejercer ese puesto en el gabinetazo), del Trabajo (Javier Lozano –calificado por el propio empresario como mi gato–, quien utilizó el estallido de la huelga como cortina de humo para evadir el espinoso asunto de los dineros de Zhenli Ye Gon) y de Seguridad Pública, con el impresentable Genaro García Luna a la cabeza.

En aquel entonces, los representantes de Grupo México aseguraban que no existe un sustento para acreditar que habría violaciones al contrato colectivo de trabajo o merma en la seguridad de las minas y plantas. Eso fue en 2007 y 2010, cuando Felipe Calderón y la autoridad judicial le dieron la razón a Larrea y su corporativo, pero resulta que en 2014 el gobierno federal y el Congreso descubrieron que el reclamo sindical y su advertencia sobre la falta de seguridad e higiene en las minas y plantas de Grupo México no sólo tenían sustento siete años atrás, sino que se mantienen plenamente vigentes. Y los tóxicos derrames en Buenavista del Cobre sólo lo confirman.

Ahora, y sólo tras el escándalo en Sonora, gobierno y diputados descubren prácticas corporativas que desde hace muchos años conocen y padecen los trabajadores y habitantes de Cananea (como en tantas otras regiones del país donde las empresas mineras han sentado sus reales). El problema es que ambas autoridades se han limitado a ver las consecuencias, pero no a erradicar las causas y mucho menos a castigar a los responsables, incluidos los coludidos funcionarios que las permitieron, porque finalmente todo se arregla con dinero.

Lo que recién descubrió la Comisión Especial para dar seguimiento a la problemática generada por el derrame de diversas sustancias contaminantes a los ríos Sonora y Bacanuchi en Buenavista del Cobre (antes Minera de Cananea) fue puntualmente denunciado y documentado siete años atrás por el sindicato nacional de mineros, pero el gobierno calderonista negó todo y solícitamente sirvió de tapete, y de tapadera, al mezquino Germán Larrea. ¿Cuántas muertes mineras pudieron ser evitadas? ¿Cuántos casos de silicosis? ¿Cuánta contaminación y daños a los pobladores?

Un botón de muestra: dos meses de estallada la huelga en Cananea, la organización no gubernamental, sin fines de lucro, Red de Apoyo de Salud y Seguridad en las Maquiladoras (integrada por 400 profesionales de salud y seguridad en Estados Unidos, Canadá y México) levantó su Encuesta de salud y seguridad en el lugar de trabajo y evaluación médica de mineros en la Mina de Cobre del Grupo México Cananea, Sonora, México, cuyos resultados fueron difundidos en enero de 2008.

En su informe destaca lo siguiente: “Grupo México no ha implementado un programa de evaluación médica adecuado para determinar el estado de salud de sus trabajadores que están expuestos a contaminantes en el aire (sílice, metales pesados como el plomo, vapores ácidos, solventes), y a peligros físicos como el ruido y la vibración… El empleador ha fallado en informar, de acuerdo con las leyes de México, los resultados médicos a los pocos trabajadores que han sido examinados”.

En abril de 2007 inspectores de salud ocupacional y seguridad de la Secretaría del Trabajo de México llevaron a cabo una inspección de dos días en la mina de Cananea. Al final entregaron un reporte al Grupo México exigiendo la implementación de 72 acciones correctivas en la mina. Las observaciones de la STPS confirmaron los comentarios de los trabajadores entrevistados con relación a las malas condiciones de trabajo dentro de la mina de Cananea.

La implementación general del programa de seguridad de Grupo México “no ha resultado en la protección amplia y efectiva de los trabajadores. Hay muchos peligros serios para la salud y la seguridad que son creados por la minería a gran escala. La comisión mixta de salud y seguridad requerida es pequeña —seis miembros en total– y no puede llevar a cabo supervisión o inspecciones efectivas, corregir peligros, investigar accidentes ni capacitar a los empleados”.

El corporativo “ha fallado en monitorear e informar a sus empleados, como lo dictan las leyes de México, sobre su alto grado de exposición a sustancias peligrosas… no ha dado la capacitación necesaria a sus trabajadores como dictan las leyes de México… Ha fallado en instalar equipos efectivos de ventilación y de control de contaminación en el origen en las dos plantas ESDE para la prevenir la exposición de los trabajadores a los peligrosos vapores del ácido sulfúrico… Desmanteló sistemas de extracción o se rehusó a instalar sistemas de ventilación apropiados”.

Aunque el citado grupo de profesionales “no pudo verificar las circunstancias específicas de 50 accidentes ocurridos por separado en la mina durante los últimos 12 meses, los reportes anecdóticos sobre fractura de extremidades, amputaciones, electrocuciones, caídas, quemaduras, y por lo menos una fatalidad, sugieren que estos incidentes fueron el resultado de condiciones de trabajo no seguras, equipo y maquinaria que recibe pobre mantenimiento de operación y procedimientos de seguridad inadecuados… Hay peligros serios de salud y seguridad en la mina y plantas de operación de Cananea, que requieren correcciones inmediatas y a largo plazo con el fin de proteger a los trabajadores de la mina contra accidentes y exposiciones crónicas que generan enfermedades ocupacionales”.

Y mucho más. Eso fue siete años atrás. Nadie hizo nada y allí están los resultados, que las autoridades apenas descubren.

Las rebanadas del pastel

La más bella y joven del periodismo mexicano cumple sus primeros 30 años de fructífera vida, que comenzaron en el amanecer del 19 de septiembre de 1984, cuando circuló la primera edición de La Jornada, a la que siguieron 10 mil 821, y vendrán muchísimas más. Un apretado abrazo a los jornaleros. Larga vida, felicidades y ¡salud!

Twitter: @cafevega