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Pide a gobernantes reunidos en la ONU colocarse del lado correcto de la historia

Obama invita al mundo a sumarse a su nuevo frente bélico en Levante

Aprueba el Consejo de Seguridad resolución para que sea delito grave la adhesión a yihadistas

Quiere enfrentar de manera colectiva al EI, la agresión rusa, el ébola y el cambio climático

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El presidente estadunidense, Barack Obama, ayer durante su participación ante la Asamblea General de la ONUFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 25 de septiembre de 2014, p. 28

Nueva York, 24 de septiembre.

El presidente Barack Obama invitó a la comunidad internacional a sumarse a Estados Unidos a su nuevo frente bélico en Medio Oriente, así como contra la agresión rusa, entre otras amenazas al orden mundial, para estar del lado correcto de la historia, en un mensaje que era una especie de regreso al futuro, envinado con frases de la guerra fría y de los inicios de las guerras de su antecesor.

En su discurso ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, la entidad mundial dedicada a la cooperación, desarrollo y la paz internacional, y con el trasfondo de los truenos de bombas estadunidenses que caen sobre Irak y Siria, Obama se enfocó en su guerra contra el Estado Islámico (EI, también conocido como Isis o Isil) que horas antes había extendido de Irak a Siria.

Siempre con énfasis en el autoproclamado liderazgo de Estados Unidos en el mundo, subrayó la necesidad de enfrentar de manera colectiva los desafíos más urgentes, sobre todo el terrorismo, pero incluyó la lucha contra el ébola, la confrontación de la agresión de Rusia y el cambio climático.

Admite que EU no es perfecto

Al tratar de definir su estrategia internacional –recientemente ha sido criticado dentro y fuera de Estados Unidos, acusado de ambivalencia y titubeo por aquellos a los que les entusiasma la sangre (de otros)–, Obama intentó marcar una diferencia con las políticas de su antecesor. He dejado claro que Estados Unidos no basará toda su política exterior en reaccionar al terrorismo, dijo, y sostuvo que estas son campañas enfocadas para desmantelar redes terroristas y no guerras, ya que no hay ninguna intención de enviar tropas de ocupación. Expresó que siempre buscará el endoso más amplio posible de la comunidad internacional, incluso trabajar en coalición para enfrentar al islamismo extremista.

Afirmó que en el caso de EI, como de otras agrupaciones extremistas violentas parecidas, no puede haber negociación con este género de maldad, y agregó que el único idioma que entienden asesinos como estos es el de la fuerza, y entonces, Estados Unidos trabajará con una amplia coalición para desmantelar esta red de muerte.

Indicó que se empleará la fuerza militar con ataques aéreos, se capacitará a fuerzas locales para luchar contra los terroristas, se congelará su financiamiento y se detendrá el flujo de combatientes a y de la región. Hoy solicito al mundo sumarse a este esfuerzo. Aquellos que han ingresado a Isil deberían abandonar el campo de batalla mientras puedan, advirtió.

Poco más tarde, el propio presidente ocupó la silla de Estados Unidos para presidir el Consejo de Seguridad, donde se adoptó de manera unánime una resolución histórica promovida por Wa-shington para frenar los flujos de combatientes terroristas extranjeros. La resolución 2178 llama a que los países adopten leyes que definan como delito grave el que sus ciudadanos se sumen a grupos violentos extremistas como el EI. Esto, en respuesta al fenómeno alarmante de ciudadanos estadunidenses (se ha calculado unos 100) y europeos (posiblemente 2 mil) que se han sumado al EI y que representan amenazas potenciales, según los servicios de seguridad, al retornar a sus países.

Advirtió a la Asamblea General que el EI y fuerzas parecidas son un cáncer que representa el desafío más urgente en el mundo, ya que promete un ciclo de conflicto con el potencial de descarrilar casi cualquier otro avance en el ámbito internacional.

Ante la ausencia, hasta ahora, del presidente Vladimir Putin, Obama reiteró su denuncia de la agresión contra Ucrania, afirmó que la de Moscú es una “visión del mundo donde la fuerza es lo correcto; un mundo en que las fronteras de un país pueden ser redibujadas por otro…” Aseguró que Estados Unidos es todo lo contrario, creemos que lo correcto tiene la fuerza, que naciones más grandes no deberían intimidar a otras más pequeñas; que el pueblo debería decidir su propio futuro.

Todo esto recordaba, inevitablemente, viejos tiempos, cuando Estados Unidos presentaba a Rusia como un polo opuesto y pedía que el mundo optara entre los dos.

Después de ofrecer una lista de avances mundiales en la reducción de pobreza, salud, educación y más, Obama afirmó que, a pesar de todo esto, el mundo hoy día padece una sensación generalizada de inquietud.

Declaró a los más de 150 mandatarios que participan en el encuentro anual de alto nivel de la Asamblea General: nos reunimos aquí en encrucijada entre la guerra y la paz, entre desorden e integración, entre temor y esperanza, y convocó una respuesta colectiva a las amenazas al orden mundial.

Diagnosticó que la coyuntura es así porque las instituciones multilaterales no han logrado estar a la par de los desafíos internacionales en un mundo cada vez más globalizado. Señaló que muy frecuentemente, hemos fracasado en hacer cumplir las normas internacionales cuando ha sido inconveniente hacerlo, e insistió en que es clave hacer cumplir estas normas para superar algunos de los desafíos más urgentes al orden internacional.

También reconoció que Estados Unidos no es perfecto. Entiendo que los críticos de Estados Unidos rápidamente señalarán que, en ocasiones, nosotros también hemos fracasado en cumplir con nuestros ideales; que Estados Unidos tiene bastantes problemas dentro de nuestras propias fronteras. Esto es cierto. En un verano marcado por inestabilidad en Medio Oriente y Europa oriental, sé que el mundo también se fijó en el pueblo pequeño estadunidense de Ferguson, Misuri, donde un hombre joven fue ultimado y una comunidad fue dividida. Sí, tenemos nuestras propias tensiones raciales y étnicas. Y como todo país, continuamente luchamos sobre cómo reconciliar los vastos cambios forjados por la globalización y mayor diversidad con las tradiciones que anhelamos.

Aunque abordó varias regiones del mundo –desde Medio Oriente a Rusia, al Pacífico y Europa–, el discurso no mencionó América Latina, aunque detrás del escenario todos aquí están enterados de los esfuerzos de Washington por evitar que Venezuela ocupe uno de los 15 puestos en el Consejo de Seguridad de la ONU.