Economía
Ver día anteriorLunes 29 de septiembre de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Se fortalece la percepción de ineficiencia que prevalece en ejercicio del gasto público, dice

Ceesp: en 21 meses es negativa la inversión en infraestructura

Reactivar el mercado interno es el mayor desafío que enfrentará el país, afirma Concamin

Preocupa a industriales el aumento de la deuda pública, junto con el déficit en las finanzas

Foto
Vista parcial del tramo del corredor México-Tuxpan que pasa por Tlacuilotepec, PueblaFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Lunes 29 de septiembre de 2014, p. 30

En los 21 meses que lleva la administración de Enrique Peña Nieto la construcción de obras de ingeniería civil a cargo del gobierno federal, como puentes, caminos, puertos, etcétera, se mantiene con tasas negativas, lo cual contradice el discurso de las autoridades hacendarias de que el gasto público en general se ejerce con dinamismo, criticó la cúpula empresarial.

En su análisis semanal, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp) explicó que si bien la Secretaría de Hacienda ha reportado como ejercido el gasto en inversión física, éste no se refleja en la inversión total, lo cual puede fortalecer la percepción de la ineficiencia que prevalece en el ejercicio del gasto público.

La preocupación se fortalece cuando se observan los resultados de las cuentas nacionales, en los que se reportó que en la primera mitad del año la inversión pública se contrajo a un ritmo anual de 8.4 por ciento, advirtió.

Insistió en que estimular el mercado interno requiere principalmente inversión, pues sólo de esa manera será posible fortalecer la actividad productiva, el empleo y el ingreso de las familias. Por ello es fundamental que el sector público ejerza plenamente, en tiempo y forma, los recursos de inversión, destacó.

Desde la óptica empresarial no hay duda de que la economía mejorará en la segunda mitad del año; sin embargo, consideró complicado que su ritmo de avance sea suficiente para lograr la meta oficial de crecimiento de 2.7 por ciento para este año, como espera el gobierno. Para ello sería fundamental fortalecer el entorno, para estimular la inversión y para un eficiente resultado de las reformas estructurales, que se espera contribuyan para lograr tasas de crecimiento del PIB cercanas a 5 por ciento a mediano plazo.

La Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) coincidió en que reactivar el mercado interno es el mayor desafío que el país enfrentará el próximo año.

Las estadísticas más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), confirman que la demanda nacional de bienes y servicios avanza a un ritmo moderado, a diferencia del comportamiento del sector exportador, que se mantiene como el más importante impulsor de la reactivación económica del país.

En su análisis la Concamin destacó que el crecimiento de 6.2 por ciento reportado por las exportaciones no petroleras en los primeros siete meses del año y el avance de 10.4 por ciento registrado por las ventas al exterior del sector automotriz, confirman la contribución del sector exportador al avance de la actividad económica.

En especial las exportaciones automotrices al mercado estadunidense han sido de gran importancia, al mostrar un crecimiento de 13.5 por ciento en los primeros siete meses del año, en comparación con el mismo periodo del año anterior.

El problema, señaló la confederación, es que mientras el mercado externo ofrece un impulso cada vez mayor al avance de la producción nacional, el mercado interno se mantiene como la asignatura pendiente en materia de crecimiento económico.

Otra de las preocupaciones expresadas por el sector industrial se refiere al incremento de la deuda pública, acompañado de un creciente déficit en las finanzas públicas. Señaló que si bien la deuda es un valioso instrumento para el fondeo y soporte de proyectos de desarrollo indispensables para el avance del país, su manejo prudente contribuirá al avance nacional pero siempre y cuando se utilice en proyectos de rentabilidad económica y social, que a la larga generen los recursos necesarios para asegurar el reembolso de los pasivos contratados.