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El músico uruguayo recibió la bandera del Comité 68 en el Teatro de la Ciudad

Daniel Viglietti cantó a Raúl Álvarez Garín en su concierto por las víctimas del 2 de octubre
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Viglietti subrayó su apoyo a la Cuba de Fidel y recordó a Víctor JaraFoto Antonio Nava/ Secretaría de Cultura
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Daniel Giménez Cacho fue el maestro de ceremonias. Citó unas líneas de La noche de Tlatelolco, de Elena PoniatowskaFoto Antonio Nava/ Secretaría de Cultura
 
Periódico La Jornada
Miércoles 1º de octubre de 2014, p. 9

El Comité 68 entregó la bandera que lo identifica, con una paloma blanca sobre un fondo negro y rojo, al cantor uruguayo Daniel Viglietti, en su concierto para recordar la masacre del 2 de octubre de 1968, realizado la noche del pasado lunes en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

Fue un momento emotivo, tanto que Viglietti tardó en recuperar la tranquilidad suficiente para reiniciar el recital, al que asistieron testigos de la violencia de Estado en la Plaza de las Tres Culturas, universitarios y politécnicos que a lo largo del progarma gritaron ¡2 de octubre no se olvida!, ¡vivan los estudiantes del Politécnico!, ¡Viva Raúl Álvarez Garín!, ¡Desaparecidos, presentación!, ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!

El actor Daniel Giménez Cacho fungió de maestro de ceremonias y mencionó a personas que han hecho de la vida un combate permanente, que vivieron los sucesos del 68, muchas apresadas, reprimidas, torturadas. Se limitó el proceso democrático y las consecuencias son el México de hoy: militarizado, endeudado, con abismos entre ricos y pobres.

En las primeras filas estuvieron representantes de la embajada de Uruguay en México, políticos de viejo cuño que no han sido vencidos por el poder. madres de desaparecidos.

Canción de cuna

Viglietti tomó su guitarra y comenzó con Uricito, palabra guaraní, una canción de cuna. Siguió con un dolor inextinguible: el exilio, a través de una melodía. Gracias por las fronteras abiertas. México es para nosotros inseparable.

En esta gira por México ha interpretado sus musicalizaciones a poemas de Nicolás Guillén y Mario Benedetti. Subraya su apoyo a la Cuba de Fidel, que ha enfrentado bloqueos y mentiras. El recuerdo de Víctor Jara, chileno ejemplo de cantor, asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet. Cruz de luz o Camilo Torres, la historia de un sacerdote como pocos. El optimismo de Violeta Parra. Escuchaba atento Gabino Palomares, otro cantor indeclinable.

La canción Tiza y bastón, sobre una madre y su hija, una maestra y una anciana, desaparecidas por los tiranos de siempre.

Fue la noche de Raúl Álvarez Garín, cuyo nombre fue enmarcado con el Corrido de 1968, de Judith Reyes, quien hizo una crónica de los hechos en Tlatelolco. El corrido hace sentir las luces de bengala, el ruidero del helicóptero, los balazos zumbando cerca de la cabeza, los caídos por balas, niños muertos, jóvenes golpeando la puerta de la iglesia para que les abrieran y protegerse, ríos de sangre, lluvia, judiciales con guante blanco, miedo, rabia, indefensión.

Giménez Cacho leyó un texto de Elena Poniatowska incluido en La noche de Tlatelolco. Parte de él señala: A los estudiantes de México y a sus padres, y a la sociedad más cercana a la juventud: A partir del 22 de julio de 1968, el movimiento se levantó hasta convertirse en una ola alta y poderosa, que los mexicanos miraban expectantes. Cada manifestación se hacía más numerosa. Los padres de familia, los amigos, acompañaban a los muchachos. El Paseo de la Reforma se cubría de manifestantes felices y emocionados que se preguntaban: ¿hasta dónde vamos a llegar? ¡Únete, pueblo! Los que permanecían en las aceras se unían a un contingente... Una viejita exclamó: Quiero dejarle un México mejor a mis nietos. Eso contagiaba al más timorato. Luego vino la matanza. La democracia se sumergió en lo que es hoy.

Sin fronteras

Félix Hernández Gamundi, del Comité 68, tomó la palabra y fue claro: ¡Marcharemos este 2 de octubre para continuar el ejemplo de Raúl Álvarez Garín, con su esperanza de que México sea diferente, de que es posible un México con democracia! A él le gustaba la música y siempre vio en los músicos un papel fundamental en los días en que América Latina parecía que se incendiaba toda. Cantantes como tú, Daniel, como Alfredo Zitarrosa, como los Parra, como Mercedes Sosa, junto con muchos y muy queridos cantantes nuestros, como Gabino Palomares, son importantes. Algunos ya se han ido... han ayudado a borrar las líneas artificiales que marcan fronteras entre nuestros países.

Al oírse A desalambrar, tema contra los latifundios, se reafirmó la idea de que la convicción política está más allá del tiempo y del espacio. Cuando hay memoria histórica se tiene un lugar en el mundo. ... Si molesto con mi canto alguno que anda por ahí, aseguro que es un gringo o un dueño del Uruguay... Si molesto con mi canto alguno que vino a oír, aseguro que es un gringo o un dueño de este país...