jornada
letraese

Número 219
Jueves 2 de Octubre
de 2014



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate



Director fundado
Anatomía intervenida

Cirugías estéticas en hombres

La belleza como condición física es objeto de deseo y los hombres no son la excepción. Persiguiendo los estándares actuales de un cuerpo esbelto, una cara con rasgos occidentales y una batalla ganada al envejecimiento, cada vez más varones someten sus cuerpos a transformaciones por medio de la medicina. Más allá de los resultados que puedan obtener, es importante verificar que los procedimientos se realizan con profesionales de la salud, cuya ética les indique de manera clara cuándo parar.

Rocío Sánchez

La barbilla partida es un rasgo artístico, señal de que un hombre tiene buen sentido del humor y busca una conexión personal y emocional, antes que una física, asegura un artículo de una revista dirigida a mujeres jóvenes. Sustenta su afirmación en "una rama de la medicina", aunque no dice en cuál. Tampoco dice qué podría pensarse acerca de ese hombre si se sabe que su barbilla es producto de la cirugía plástica estética.

En la década de los setenta, esta característica facial colocaba a los actores en la categoría de galanes. Desde John Travolta hasta estrellas de la farándula mexicana como Jaime Moreno, Frank Moro o Salvador Pineda, se convirtieron en el estereotipo del atractivo masculino, por lo que algunos de los varones que no nacieron con ese tipo de mentón, lo consiguieron artificialmente.

La cirugía plástica es la especialidad quirúrgica que se ocupa de la corrección de procesos congénitos, adquiridos, producidos por tumores o involutivos, que afectan la forma o la función corporal. Pero en particular, es la cirugía plástica estética la que se encarga de hacer alteraciones de la estética con la finalidad de obtener mayor armonía facial y corporal, o bien, de hacer frente a las secuelas del envejecimiento, y se realiza por lo general en pacientes sanos.

Como clientes más o menos recientes de esta rama de la cirugía –una industria boyante en nuestro país–, los hombres tienen un papel cada vez más numeroso. Sin embargo, en la actualidad sólo alcanzan a conformar alrededor del 30 por ciento del total de personas que echan mano de tales procedimientos.

Todo cambia
En épocas pasadas, la gente que recurría a las cirugías se enfocaba más en intervenirse el rostro, mientras que hoy está de moda la preocupación por la forma o contorno del cuerpo, explicó a Letra S el doctor Alfonso Vallarta, presidente de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva (AMCPER).

"Son modas que nos va imponiendo la misma sociedad", reconoce el médico, "y lamentablemente, no podemos irnos de esa sociedad". Por ejemplo, en la década de los años setenta, las narices "ideales" eran totalmente respingadas y la cara se buscaba más larga, más afilada o con el citado mentón partido. "Pero la gente no se fijaba tanto en los depósitos de grasa corporal, como lo hace ahora"; por ejemplo, las "llantitas" que aparecen a los costados del torso. El doctor comenta no saber cuántos años durará esta moda de cuidar el contorno corporal más que la cara.

De esta manera, la liposucción es una de las intervenciones quirúrgicas estéticas que más se realizan los hombres, aunque las operaciones de nariz no dejan de estar en los cinco primeros lugares de los procedimientos más realizados en todo el mundo, refiere Vallarta Rodríguez.

Lo que sí parece estar claro es que en los años setenta y hoy, el estereotipo de belleza se encamina hacia lo caucásico. Así lo deja ver el sitio web de un prestigiado cirujano plástico de Bogotá, Colombia: "la corrección de las deformidades estéticas (nasales) incluye (…) la corrección de la nariz envejecida y de la nariz étnica" (las cursivas son nuestras).

Secretos a voces
Roberto acaba de cumplir cincuenta años y ha entrado varias veces al quirófano para transformar su anatomía. Sus prominentes glúteos lo hacen evidente. Él simplemente toma a la ligera las burlas que sus compañeros de trabajo hacen sobre esa voluminosa parte que resalta en su cuerpo de 1.60 metros de estatura.

Sus demás operaciones no han sido tan notorias, sólo "ajustes": liposucción, cirugía de nariz (antes con una pequeña curvatura en el tabique, hoy recta) y bichectomía (extirpación de unas pequeñas bolsas llenas de grasa ubicada en las mejillas, llamadas bolsas de Bichat).

Roberto suele evadir el tema de las operaciones que se ha realizado. No se ha atrevido a negarlo rotundamente, pero tampoco admite haberse hecho esos "arreglos" excepto ante sus amigos más cercanos, a quienes incluso les recomienda a su cirujano.

De acuerdo con el doctor Vallarta, hablar de los propios procedimientos quirúrgicos estéticos se vuelve cada vez más el denominador común. "La mayoría de las personas sí lo dice. Aceptan: 'sí, me operé y lo hice con tal médico'. Hay otros que inmediatamente dicen 'mira qué bien quedé', antes de que sus conocidos les digan algo sobre cómo se ven".

Pero también, como Roberto, existe la gente a quien no le gusta decirlo. "Hay personas muy introvertidas, muy aisladas, que tratan de no mencionar que se hicieron algo aunque es bien notorio que le cambiaste la forma a la nariz, le hiciste una liposucción y ahora ya está muy esbelto, o le quitas las bolsas de los párpados y los ojos se ven menos cansados; es obvio que todo mundo va a saber eso, pero hay gente que no te lo dice". Según la experiencia del especialista, el admitir las cirugías es algo muy propio de cada paciente.

Variedad para escoger
Entre el catálogo que la ciencia médica tiene disponible para satisfacer las expectativas estéticas masculinas, los procedimientos se pueden clasificar en quirúrgicos y no quirúrgicos.

Los primeros comprenden todas las intervenciones que por su naturaleza, requieren que el paciente entre al quirófano. En esta categoría se encuentran las cirugías faciales para "levantar" párpados, eliminar el exceso de grasa de ellos, eliminar las bolsas, el estiramiento facial, la rinoplastia, la cirugía de orejas, el aumento o disminución del mentón, las prótesis de pómulos, la bichectomía y el adelgazamiento de papada (básicamente, una liposucción localizada).

A ellos también se suma un procedimiento cada vez más popular: el microimplante capilar, comúnmente conocido como transplante de cabello. La operación se realiza cortando una franja de cuero cabelludo, generalmente de la nuca, y separando los folículos pilosos uno por uno, para después injertarlos en las áreas donde el varón quiere recuperar su cabellera –por lo general, en la coronilla o la frente, en las llamadas "entradas".

De acuerdo con Alfonso Vallarta, quien se desempeña principalmente en la práctica privada, esta técnica se puede utilizar para injertar cabello en virtualmente cualquier zona del cuerpo: cejas, patillas, barba. Por otro lado, hay incluso personas que buscan colocárselo en el pecho, lo cual resulta curioso en un momento en el que en México ha comenzado a difundirse publicidad sobre rastrillos y máquinas rasuradoras que sirven, justamente, para retirar el vello corporal.

El otro tipo de procedimientos, el no quirúrgico, abarca las inyecciones de bótox (con el fin de paralizar los músculos faciales y evitar que se marquen las arrugas), los rellenos faciales y de labios, y el tratamiento con luz pulsada, el cual puede utilizarse para depilación facial y corporal, rejuvenecimiento facial, para eliminación de manchas o contra el acné.

Todos los procedimientos tienen un tiempo de curación de entre una y dos semanas, pero los resultados finales aparecen luego de tres o cuatro meses.

Ética y precauciones
Es indispensable que si la persona decide someterse a cualquiera de estos procedimientos, acuda con un especialista adscrito a la AMCPER, apunta el cirujano especialista, pues es "la única organización que agrupa a todos los cirujanos plásticos que están certificados, es decir, que pasaron sus exámenes para poder ejercer como cirujano plástico y tienen cédulas profesionales porque terminaron su especialidad y su subespecialidad". Cada cinco años, las y los integrantes de la asociación certifican sus capacidades y se actualizan. "Si no estamos al día entonces no podemos pertenecer a la asociación y por ende, no le podemos transmitir la seguridad al paciente".

La regulación de las cirugías está mencionada en el artículo 271 de la Ley General de Salud, pero no se especifica nada acerca de los procedimientos no quirúrgicos, por lo que éstos se ofrecen como servicios en estéticas, spas o establecimientos no necesariamente verificados por las autoridades sanitarias.

Sobre esto, Vallarta puntualiza: "Hay que tener mucho cuidado porque los fabricantes de los productos que utilizamos nosotros y que son de grado médico, no se los venden a cualquiera, entonces quien está en la estética, en el salón de belleza, a veces coloca otras cosas y ahí viene el peligro real".

Para el médico, la ética de la cirugía cosmética también incluye saber cuándo poner un alto a las aspiraciones del paciente. Cuando se realiza un procedimiento estético, afirma, lo que se busca es que los objetivos del paciente y los del cirujano sean equivalentes. "Buscas dar a la persona objetivos realistas", lo cual, en última instancia, deberá ayudar a su bienestar psicológico.

"No vamos a estar operando nada más por operar", asevera. Por ejemplo, si un paciente lleva una decena de cirugías en la misma área y desea hacerse la número once, deben explicársele las complicaciones a las que se puede llegar; la principal de ellas es que en lugar de una mejora, se obtenga una deformidad. Además, "quizás el resultado que está esperando el paciente no lo vaya a obtener nunca con nadie, pues estaríamos hablando de un paciente que está teniendo una problemática muy seria a nivel psicológico".

Físicamente, también es importante considerar que las dos enfermedades más comunes en México, la hipertensión y la diabetes, pueden interferir para que una cirugía estética se realice con óptimos resultados. "Ese par de enfermedades y otras del tubo digestivo, si no están controladas, nos van a ocasionar problemas", dice Vallarta Rodríguez, por lo que es importante realizar una serie de exámenes preoperatorios completos para averiguar el estado de salud del paciente. "Hay que recordar que hay cirugías como la liposucción extensa, que por sí solas nos pueden ocasionar problemas. Hay que disminuir al mínimo los riesgos".

Pero sobre todo, el doctor aclara que la cirugía plástica es eso, una cirugía, "y no estamos proporcionando un tratamiento con una varita mágica donde los vamos a cambiar de un día para el otro".

 

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