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Al parecer, pretende desconocer que son asuntos de su competencia, consideran

Indignante silencio de la SEP ante muerte de normalistas y movilización en el IPN: expertas

Es censurable que no se pronuncie por una investigación sobre la masacre en Iguala

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Cortejo fúnebre del normalista Julio César Ramírez Nava en Tixtla, Guerrero, el cual fue vigilado por la policía comunitariaFoto Lenin Ocampo Torres
 
Periódico La Jornada
Jueves 2 de octubre de 2014, p. 12

Ante la masacre perpetrada contra estudiantes normalistas, la desaparición de decenas y la movilización de miles de alumnos del Instituto Politécnico Nacional (IPN), no sólo es lamentable, sino preocupante el silencio de la Secretaría de Educación Pública (SEP), pues pareciera que pretende desconocer que lo que ocurre en la normal rural de Ayotzinapa y en el IPN le compete.

En entrevistas por separado, Etelvina Sandoval y Lucía Rivera, profesoras-investigadoras de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), destacaron que es indignante que se asesine a seis personas y se desaparezca a otras 43, que además en su mayoría son normalistas, y no se diga nada, no se exija su presentación con vida y castigo para quienes perpetraron estos hechos.

Sandoval indicó que la SEP no puede quedarse sin tener una reacción cuando están muriendo jóvenes que se preparan para ser maestros. Se trata de los docentes que acuden a las comunidades más pobres de este país. Son hijos de campesinos que van a instituciones educativas que durante años han sido marginadas y acorraladas por la falta de recursos.

Igual que los miles de estudiantes del IPN que han salido a las calles a defender su institución, es evidente que se trata de jóvenes que cuando sienten que se está perdiendo el sentido social de la educación se manifiestan. Son los que constantemente protestan para pedir más y mejores escuelas, y más recursos para la enseñanza pública.

Al respecto, Lucía Rivera consideró que la ausencia de una postura oficial de la dependencia federal frente a estos hechos nos muestra cómo se busca su manejo político. Quizá existe el riesgo de que el movimiento del IPN se extienda a otras universidades y sectores, mientras los sucesos ominosos de Iguala revelan la cara autoritaria de este régimen frente a los estudiantes.

Es lamentable, dijo, que la secretaría, cabeza del sector educativo, simplemente haga mutis. Como si lo que ocurre en Iguala y el IPN no tuviera que ver con la educación, como si se pudiera manejar sólo como un conflicto político, sin mayor repercusión en ambas instituciones.

Es censurable no sólo que la SEP, sino todo el sector gubernamental no se pronuncien abierta y claramente por una investigación que dé cuenta de los culpables de la masacre en Iguala y que haya un posicionamiento claro en relación con las demandas de los estudiantes del IPN.