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Economía Moral

Cepal busca orientar a América Latina contra la desigualdad

Los poderes en México aúnan genocidio a las reformas de ultraderecha

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uspendo la serie sobre Piketty para reaccionar a las terribles noticias nacionales de los últimos días que hacen pensar que, consumadas las reformas de ultraderecha, en particular la energética, se está enviando a todos los indignados e iracundos (por toda la miseria material y moral que nos han echado encima) el mensaje de que toda oposición será barrida violentamente: Tlatlaya, Iguala y muchos otros lugares del país. Enmedio de este horror, fallece Raúl Álvarez Garín, distinguido e importante líder del movimiento estudiantil de 1968 (cuyas posturas en el Consejo Nacional de Huelga siempre me parecieron correctas y apoyé con mi voto) y promotor principal de la lucha posterior por la memoria y por la incriminación judicial de los culpables, destacadamente de Luis Echeverría. También, en medio de este horror, dos luces: los estudiantes del Poli diciendo basta, diciendo no a las arbitrariedades de las autoridades de las instituciones de educación superior. Otra vez la voz estudiantil, como el #YoSoy132, otra vez acusados de no ser estudiantes sino provocadores, otra vez, como en 1968, los estudiantes levantan la voz de la libertad, de la desobediencia a la autoridad sin autoridad moral. Conviene citar a Raúl Álvarez Garín:

La Estela de Tlatelolco es una reconstrucción histórica del Movimiento Estudiantil del 68…Una estela es una huella en el agua, también es una historia labrada en piedra o la cauda de un cometa. En los primeros años posteriores al Movimiento del 68 parecía que la impronta de éste sería efímera, que sus huellas serían perdurables tan solo como cicatrices del alma. La rabia se volvió consigna: 2 de octubre no se olvida…pero el poder persiste en deformarla hasta volverla irreconocible, y la puede ocultar por mucho tiempo…por el contrario… cuando se recrean con detalle los sucesos del 68 deslumbra el resplandor de esa luz que iluminó el cielo de la libertad por un momento. Y los signos que ahora anuncian la vuelta del cometa no son como el presagio de los magos y adivinos, son las certidumbres de la historia y los afanes de justicia, libertad e igualdad irrefrenables” (La Estela de Tlatelolco. Una reconstrucción histórica del movimiento estudiantil del 68, Itaca, 1998/2002, p. 21).

El resplandor de la luz de la libertad, los afanes de justicia, libertad e igualdad irrefrenables, vuelven a aparecer al final del túnel de la ignominia con la movilización de los estudiantes del Poli, que no están solos. La indignación está creciendo enormemente en todo el país. Seguramente se manifestó en la marcha del día de ayer (escribo antes de que inicie la marcha), ojalá con control de provocadores y sin represión policiaca.

La segunda luz que percibí esta semana se encuentra en el indiscutible resurgimiento de la Cepal (Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina y el Caribe) como impulsora de la lucha contra la desigualdad y la pobreza. El lunes 29 de septiembre, en la División de Posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, presentó el documento Pactos para la igualdad: hacia un futuro sostenible, que el organismo presentó a los gobiernos de América Latina (AL) en Lima en mayo de este año. Se trata del tercer documento de lo que la propia Cepal llama la trilogía de la igualdad. Los dos anteriores son La hora de la igualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir (presentado en Brasilia en 2010), y Cambio estructural para la igualdad: una visión integrada del desarrollo (presentado en San Salvador en 2012). En su intervención en la UNAM, Alicia Bárcena (AB), mexicana, expresó los contenidos del tercer documento y de la trilogía en su conjunto y, además, sus opiniones personales sobre asuntos latinoamericanos y mexicanos.

De las notas que tomé en dicha presentación resalto algunas ideas de AB: Fracasó el mercado y crece la importancia de la política, diagnóstico tajante, y correcto, del fracaso del neoliberalismo y de la necesidad de mayor intervención estatal. Aludiendo a Piketty, señaló que las rentas del capital están en el origen de la desigualdad en este subcontinente, el más desigual del planeta (y como se aprecia en la gráfica, México es casi el más desigual de AL). Contra el extraccionismo que caracteriza el reciente crecimiento rápido de varias economías de Sudamérica, subrayó la importancia de la industrialización (insertar nuestra economías en las cadenas de valor internacional) para eliminar la vulnerabilidad externa que genera la dependencia de la exportación de minerales, petróleo y productos agrícolas. Pero fue mucho más allá de lo económico al señalar que se requiere fortalecer la sociedad y que los cambios estructurales se hagan con consentimiento previo de ésta. Nada sobre nosotros; nada sin nosotros, señaló. Hizo notar que la baja de la pobreza en AL llegó a una meseta y que, para ir más allá, se requiere una nueva política social que se centre en el empleo con derechos. El enfoque de derechos debe ser el centro de las políticas públicas. Aclaró que éste va más allá de la equidad pues supone una igualdad plena. La igualdad de derechos (que incluye la igualdad territorial) promueve dignidad, autonomía y sentido de pertenencia. También llamó a adoptar nuevas visiones y dejar de importar conceptos en América Latina. Es decir, llamo a la soberanía intelectual de la región. Explicó la sinergia positiva que se dio entre la reducción de la pobreza y el crecimiento económico en Brasil, puesto que los aumentos de ingresos de los estratos bajos se destinaron a la compra de bienes producidos por la industria nacional. En otros países, el incremento en el consumo se abastece con importaciones. El tipo de cambio, señaló, debe estar orientado por vectores productivos (es decir, estimular las exportaciones y desestimular las importaciones) y no por flujos especulativos. Aunque no se refirió a México en este aspecto, es evidente que en México se evitan las devaluaciones del peso (que harían más competitiva la economía nacional) para mantener el atractivo de los flujos financieros invertidos en valores en moneda nacional. Omito sus importantes señalamientos sobre medio ambiente y tecnología, por falta de espacio, pero termino con el vaticinio que hizo de que los pagos de renta crecientes de la inversión extranjera acumulada en nuestros países pronto se volverán impagables.

Sobre México anoté varias ideas expresadas por AB: el pacto por México no fue un pacto por la igualdad, contraponiéndolo al tercer documento de la Cepal, que justamente propone pactos por la igualdad; también señaló, refiriéndose a toda AL, que la ciudadanía debe ser el sujeto de los pactos y no su objeto; México es el único país de América Latina que no ha aumentado el salario mínimo; en México, comentó, estamos atrapados en la maquila, y apuntó hacia una mayor integración nacional de los bienes que se producen en el país. Datos del tercer documento, expresados en la gráfica, muestran que en México la participación de los ingresos por trabajo (salarios y cuenta propia) en el PIB es la segunda más baja en AL.

¡2 de octubre no se olvida! ¡Raúl Álvarez Garín te recordaremos siempre!

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