Sociedad y Justicia
Ver día anteriorViernes 3 de octubre de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Afecta desde lo académico hasta la organización política, dice Erika Celestino

Restructuración neoliberal, causa de la crisis en el IPN, considera analista

Han sido 15 años de degradación que dañan el proyecto fundacional de la institución

Afirma que la lucha estudiantil se acerca a una encrucijada, pues es urgente la autonomía

 
Periódico La Jornada
Viernes 3 de octubre de 2014, p. 42

Las movilizaciones de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) han sido espontáneas, pero no casuales. Se deben a una serie de degradaciones que durante la década y media pasada han sucedido en esta casa de estudios, tanto en lo académico como en las formas de organización política de su comunidad, que fueron colmadas cuando se aprobó la reforma al reglamento interno.

No es una simple modificación de artículos, es cambiar el sentido al instituto y traicionar su proyecto fundacional; aseguró Erika Celestino, profesora de la Escuela Superior de Economía del Politécnico, quien ha realizado un análisis de estos cambios.

Desde hace unos 15 años hay un choque de proyectos en el IPN: por una parte, está el nacionalista fundacional, por otra, una restructuración neoliberal, explicó en entrevista.

Los cinco ejes

Esta restructuración, consideró, tiene cinco ejes: la reducción de los costos por alumno, la restricción de los derechos políticos en la institución y de los mecanismos de expresión, la precarización de las condiciones laborales de los docentes, la apertura de la infraestructura y recursos del Poli a la iniciativa privada y la eliminación de los candados que exigían que los directivos de la institución hubieran realizado estudios en ella.

Sobre la reducción de los costos por alumno, explicó que se ve reflejada en la disminución de la duración de las carreras y en la modificación de los planes y programas de estudio. Las carreras dejan de ser de diez semestres para ir pasando paulatinamente a nueve y se empobrecen los planes de estudios. A esto hay que sumar la puesta en marcha de las llamadas salidas laterales, que son las opciones que ofrece el instituto para los alumnos que no terminan sus estudios, quienes pueden optar, por ejemplo, por un título de técnico superior. Pareciera que el instituto se pone buena onda, pero al final esto estimula que los alumnos se vayan, pues se empuja a que tomen esa salida. No existe un sistema de becas digno que los estimule a seguir en la escuela cuando tienen problemas económicos y se han reducido las oportunidades para que los estudiantes puedan aprobar materias.

La reducción de los planes de estudio implica, dijo, el empobrecimiento de las carreras. Una cosa es que consigas un título de técnico y otra que ese título se acompañe de capacidad y preparación de calidad.

La segunda coordenada es que el reglamento quita derechos cívicos y políticos a los estudiantes, lo que para Celestino va en contra de la Constitución y la libertad de expresión. En el reglamento de 1998 se quitó a los alumnos de primer año el derecho a votar y ser votados como representantes estudiantiles en los consejos técnicos consultivos escolares. La actual reforma es más agresiva, pues en el artículo 178 del nuevo reglamento interno se elimina a los consejeros de segundo año.

Además, el artículo 56 de la reforma señala, entre otras cosas, que será causa de responsabilidad para los alumnos utilizar para fines distintos a los académicos y sin autorización previa los símbolos de el IPN, y que no podrán impedir ejercicio de actividades a los miembros de la comunidad politécnica o el uso de instalaciones. Y en el artículo 79 hay restricciones similares a los docentes.

Estamos hablando de que la oportunidad de disentir es sancionada en este reglamento. En las marchas se usan los símbolos del IPN y ahorita estamos en paro. Todo eso podría llevar a sanciones como amonestaciones o la baja temporal o definitiva, dijo Celestino.

Sobre la puesta en marcha de la reforma educativa dijo que está plasmada en el reglamento interno, en que se habla de la evaluación al desempeño académico, que es opaca, porque no se explica cómo se realizará ni cómo se utilizarán los resultados. Además, señaló que se han precarizado las condiciones laborales de los docentes, pues, así cuenten con doctorado, a los profesores se les da la basificación por cinco, seis, siete horas de clases, y se pueden quedar así por años.

También consideró que se ha avanzado en el uso de recursos públicos del IPN por parte de la iniciativa privada. Esto se ve en el Canal Once, pues en el reglamento de 1998 decía que no tiene fines de lucro (artículo 220), pero en la reforma ese candado se quitó.

También está el asunto de la integración social del IPN (artículos 33 a 35 de la reforma), “que en realidad se debería llamar integración empresarial. En esta vinculación aparecen las unidades de apoyo y los clusters, que implican que las empresas pueden hacer uso directo de los recursos e infraestructura del IPN”.

Por último señaló que con la reforma al reglamento interno los directores del IPN, desde el director general hasta los encargados de los clusters o unidades académicas, ya no tienen que ser egresados del Politécnico.

Para Celestino el movimiento de los estudiantes tiene muy clara la defensa del proyecto fundacional del instituto. Pero cree que se está acercando a una encrucijada, porque las posibilidades son que llegue un nuevo director general que pare esta reforma al reglamento, pero que siga avanzado paulatinamente en la implementación del proyecto neoliberal, o alcanzar la autonomía.