Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 26 de octubre de 2014 Num: 1025

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Antonio Cisneros
como cronista

Marco Antonio Campos

Los amores de Elenita
Paula Mónaco Felipe entrevista
con Elena Poniatowska

Retrato de Dylan Thomas
Edgar Aguilar

En mi oficio o ceñudo arte
Dylan Thomas

Presencia y desaparición
del mundo maya

Vilma Fuentes

Leer

Columnas:
Bitácora bifronte
Ricardo Venegas
Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
A Lápiz
Enrique López Aguilar
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
@JornadaSemanal
La Jornada Semanal

 

Rogelio Guedea
[email protected]

Magisterio de Temístocles

Un día, yendo de camino a su casa, el político y general ateniense Temístocles fue detenido por un grupo de amigos, cerca de la plaza, una mañana de sol tierno y cielo despejado. Estuvo con ellos conversando durante un buen rato sobre política y tácticas de guerra y, antes de irse, uno de ellos, que estaba preocupado porque una hija suya estaba de novia de un joven que no le llenaba del todo el ojo, detuvo por el hombro a Temístocles y le preguntó que con quién colocaría de mejor gana a una hija suya, en caso de que tuviera elección o, al menos, posibilidad de consejo: con un hombre de bien y pobre, o con un rico de poco crédito, a lo que Temístocles, inteligentemente y sacudiéndose un polvillo que le había caído en el ojo izquierdo, respondió: “Yo más quiero hombre sin dinero, que dinero sin hombre.” Luego, y sin mayores aspavientos, se despidió de sus cofrades, se abrió paso entre una multitud que se dirigía a un convite y se perdió en la siguiente esquina.