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Se realizará en varias ciudades del mundo y en aquella región mediterránea

Una prueba de madurez, la consulta ciudadana sobre la soberanía de Cataluña

El único objetivo es expresar si deseamos un Estado soberano, dicen mexicano-catalanes

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Rosa María Durán, Vicens Giralt, Arcadi Artis y Montserrat Gispert hablan en entrevista con La Jornada sobre el llamado nuevo 9 de noviembre, la consulta organizada por la ciudadanía catalana luego de que un tribunal frenó el ejercicio convocado por el presidente regional Artur MasFoto Yazmín Ortega Cortés
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Manifestantes agitan la bandera independista durante una movilización en Barcelona, luego de que un tribunal declaró la suspensión cautelar de la consulta por la soberanía de CataluñaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Lunes 3 de noviembre de 2014, p. 16

La consulta por la soberanía de Cataluña, llamada el Nou N (9 de noviembre), que el gobierno de Mariano Rajoy logró frustrar en principio al enviar un trámite de inconstitucionalidad al tribunal en la materia, se convirtió en una iniciativa ciudadana inédita. En el momento en que el gobierno regional, la Generalitat, quedó impedido de organizar el proceso, que fue suspendido de forma cautelar, la ciudadanía buscó otra vía para realizarlo. De modo que como el Nou N no será posible, está en marcha una consulta organizada por los ciudadanos, conocida como el Nou nou N (el nuevo 9 de noviembre).

Frente a unos platos de pa amb tomàquet y fuet, cuatro mexicano-catalanes comentan con entusiasmo la jornada que está por venir: la bióloga Montserrat Gispert Cruells, el pintor Arcadi Artis Espriú, Rosa María Durán Gili y el empresario e investigador Vicens Giralt Bourgat, los tres primeros de la comunidad de republicanos refugiados y todos con doble nacionalidad.

Es una prueba de madurez, pero también de hartazgo del pueblo catalán, sostiene Artis. Una experiencia maravillosa de democracia y organización, dice ilusionada Rosa María, quien llegó a México como niña refugiada, hija de Odón Durán, procurador de Justicia en la Generalitat durante el gobierno republicano en Cataluña. “Aunque ahora me presento más bien como la mamá de El Fisgón, el monero”, añade sonriente.

Pero al mismo tiempo, con todos los obstáculos que ha tenido que sortear este proceso (y aún no está dicha la última palabra por parte de La Moncloa), Vicens Giralt comenta: También es un momento que está poniendo en relieve la naturaleza antidemocrática del Estado español, que no está siquiera dispuesto a tolerar una consulta no oficial, donde lo único que se va a hacer es expresar si la gente que se identifica como catalana quiere o no un Estado soberano.

Podrán depositar su papeleta quienes radican en Cataluña o todo aquel con identidad catalana, pasaporte español y sitio de residencia en algún lugar de esa región mediterránea. Al menos en el hemisferio occidental se abrirán centros de votación en Montreal, Nueva York, San José (California), la ciudad de México, Bogotá, Santiago y Buenos Aires.

En el Distrito Federal, la representación del capítulo México de la Asamblea Nacional Catalana abrirá la urna con la consigna de Ara es l´hora (Ahora es la hora) en avenida de los Insurgentes número 600 el próximo domingo 9.

Se recuerda a los entrevistados que para algunos analistas el tema de las autonomías y las soberanías es un debate del siglo pasado. Arcadi Artis, nacido en México y reconocido como artista gráfico en sus dos patrias, responde que el resurgimiento de expresiones soberanistas en algunos pueblos de la Unión Europea y América del Norte –escoceses, vascos, corsos y quebequenses– no son movimientos arcaicos sino lo contrario, algo muy moderno.

Sostiene: Hoy día no hay manera de no estar en el mundo global. Pero la manera de buscarse a uno mismo en ese mundo es buscando la identidad propia. Decía Pere Calders, uno de los escritores catalanes más significativos del siglo XX: todos somos aldeanos, todos somos de un pequeño pueblo porque nuestra capacidad de abarcar no es infinita. Y en este siglo XXI vamos hacia ello.

Agrega Montserrat Gispert –hija del siquiatra Josep María Gispert, quien revolucionó la atención de trastornos mentales durante la corta duración de la República española, cuya vida y militancia siempre estuvieron ligadas a las causas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la izquierda mexicana– que con las sucesivas diadas (movilizaciones multitudinarias) y demandas de llevar a un referéndum la soberanía de Cataluña en los pasados tres años, ha sido la ciudadanía la que ha empujado a sus autoridades a desafiar a Madrid.

“La corriente soberanista ha crecido imparable en los años recientes. Cuando se apostaba a que nos olvidáramos de quiénes somos, nuestra identidad ha surgido con mayor fuerza. Recuerda que durante el franquismo hablar, enseñar o cantar en nuestra lengua estuvo prohibido. Pues bien, al día siguiente de que murió Francisco Franco, por todo Barcelona la gente salió a bailar sardanas y a cantar Els Segadors. Esto es fruto de aquello.”

Explica que la prueba de esa fuerza social fue que cuando a finales de septiembre el Tribunal de lo Constitucional dio entrada al reclamo de inconstitucionalidad de la consulta soberanista convocada por el presidente Artur Mas y la frenó, la gente tomó las riendas. En dos días se apuntaron más de 30 mil voluntarios para organizar y aportar toda la logística que ahora, por ley, la Generalitat no puede poner. De inmediato se expresaron 942 municipios, de los 949 que integran la comunidad autonómica, que aportarán la infraestructura necesaria. Eso hace más emocionante este proceso, porque es una expresión de democracia directa.

Giralt considera que el gobierno del Partido Popular alentó esta corriente: Las políticas del Estado español nunca fueron tan restrictivas y neocoloniales como con Mariano Rajoy. Recuerda que es su ministro de Educación, José Ignacio Wert, quien habla de españolizar a los niños catalanes. El estatuto que los catalanes votaron en 2010 con arriba de 70 por ciento de votos fue severamente mutilado. El pacto fiscal con Madrid es muy desventajoso para nosotros. Esto ha ido alimentando los consensos de los partidos soberanistas e independentistas y ha propiciado la caída de los partidos españolistas. Los resultados electorales son elocuentes. El año pasado, en los comicios para el Parlamento Europeo, el Partido Popular, que en las autonómicas había quedado en un bajísimo quinto lugar, cayó al séptimo. Y es el partido en el poder.