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Los comicios separatistas dan la puntilla a la frágil tregua con Kiev

Líderes de Donietsk y Lugansk toman posesión como nuevos gobernantes
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 5 de noviembre de 2014, p. 37

Moscú.

Tras las recientes elecciones en los territorios rebeldes de Donietsk y Lugansk, que representan más o menos la tercera parte de estas regiones orientales de Ucrania colindantes con Rusia, las autoridades de Kiev se encontraron ante el dilema de reconocer a los líderes de la secesión o reanudar la guerra.

Todo indica que la votación del domingo anterior –mayoritariamente favorable a los dirigentes pro rusos que respalda el Kremlin– puede dar la puntilla a la frágil tregua que se pactó el 5 de septiembre anterior en Minsk, que si bien se violó en repetidas ocasiones por ambas partes, evitó los combates y bombardeos a gran escala.

Es poco probable que ceda alguna de las partes, lo cual hace casi inevitable que se reanuden las hostilidades.

Mientras Aleksandr Zajarchenko, en la llamada República Popular de Donietsk”, e Igor Plotnitsky, en la República Popular de Lugansk, tomaron posesión hoy como gobernantes, el gobierno de Petro Poroshenko aceleró sus preparativos para la guerra y, al mismo tiempo, elabora una nueva propuesta que, una vez legitimados en las urnas desde su perspectiva, difícilmente acepten los secesionistas.

Por un lado, Kiev inició el procedimiento para derogar la ley que concede un estatus especial a algunas partes de las regiones de Donietsk y Lugansk, que establecía el cese del fuego y una línea de separación de las partes beligerantes. En sentido estricto, con ello se cancelaría la vía de negociación de un arreglo político.

Pero, por el otro lado, Poroshenko ofreció este martes otra tregua en términos diferentes: estamos dispuestos a aprobar otra ley y fijar otra fecha de elecciones. No nos oponemos a delimitar el territorio donde se llevarían a cabo dichas elecciones, conforme a la legislación ucrania, y donde tendría vigencia un régimen especial de gobierno local.

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El pro ruso Aleksandr Zajarchenko tomó posesión ayer como gobernante de la denominada República Popular de Donietsk, en el este de Ucrania, zona separatistaFoto Ap

Y para acabar de enredar las cosas, el mandatario ucranio se comprometió a cumplir los acuerdos de Minsk, pero dijo que estarán preparados para hacer frente al escenario pesimista, en alusión a una eventual ofensiva separatista más allá del perímetro de seguridad pactado en septiembre.

Por ello, Kiev está mandando soldados de refuerzo a Mariupol, así como a las afueras de Jarkov y Dniepropetropsk, al tiempo que denuncia una nueva concentración de tropas rusas en la frontera.

Los líderes separatistas de Donietsk y Lugansk, con el renovado apoyo de Rusia, el primer país en reconocerlos como dirigentes legítimos, consideran que las elecciones ya se celebraron y nada hay que repetir, lo cual entra en contradicción con la nueva iniciativa de Poroshenko y lleva el enfrentamiento con Kiev a un nivel de máxima tensión.

Paradójicamente, esta situación pone a Ucrania y Rusia al borde de una guerra que ninguno de ellos desea, apenas unos días después de que alcanzaron en Bruselas un acuerdo sobre el suministro de gas natural, indispensable en los meses de frío invierno a punto de comenzar para la propia Ucrania y los clientes europeos de Rusia.