Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 9 de noviembre de 2014 Num: 1027

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Revueltas y el mal
José Ángel Leyva

José Revueltas o la
entereza del árbol

Elena Poniatowska

José Revueltas y la
desobediencia crítica

Enrique Héctor González

El santo hereje
Sergio Gómez Montero

José Revueltas y las
orillas de sus crónicas

Gustavo Ogarrio

El sombrero de mi abuela
Eleni Vakaló

Columnas:
Bitácora bifronte
Ricardo Venegas
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Luis Tovar
Twitter: @luistovars

Morelia doce (II Y ÚLTIMA)

Para su exhibición en el FICM, El Charro Misterioso cambió de título a El más buscado, se le añadió como subtítulo “la leyenda del…”, así como la advertencia recurrente “basada en hechos reales”, y se le suprimieron unas cuantas escenas, sobre todo al final, pero en esencia sigue siendo la misma cinta que pudo verse hace poco menos de un año en el biff o Baja Internacional Film Fest.

Producida por la empresa Lemon Films y dirigida por José Manuel Cravioto, la película no niega ni matiza su vocación taquillera –vocación, y queda por ver si también éxito en el mismo sentido– aunque, al mismo tiempo y para fortuna de quienes no consideran víctimas de un divorcio insoluble al cine genéricamente llamado comercial del también genéricamente conocido como de autor, a El más buscado le asiste más de una cualidad notable.

En términos de producción, deben destacarse las funciones más que cumplidoras del diseño de arte: ubicada en la Ciudad de México de los años ochenta del siglo pasado, en este rubro la cinta goza de una considerable verosimilitud: vestimentas, peinados, locaciones, moblaje doméstico y urbano, entre otros aspectos, realmente se ven como lucían en aquellos años, a lo cual contribuye, en muy buena medida, tanto la cinefotografía como el trabajo de postproducción –sobre todo la corrección de color, convincentemente cargada hacia un ligerísimo tono sepia–, que le imprimieron a la cinta entera una especie de pátina bastante ad hoc.


Noé Hernández, Tenoch Huerta y Gerardo Taracena

Por lo que hace al casting y, a partir de ello, al desempeño actoral –naturalmente pasando por la capacidad del realizador en cuanto a dirección histriónica–, los resultados fueron afortunados: la muy televisiva Paola Núñez no acusa en su desempeño coprotagónico las habituales deficiencias emanadas de la reiteración en la pantalla chica; el eficaz Gerardo Taracena cumple más que suficientemente su encargo en un papel también coprotagónico, pero sobre todo Tenoch Huerta luce en pleno dominio de sus alcances, de suyo amplios, como actor. Puesto que se trata de una historia eminentemente biográfica –incluso sin ser del todo lo que da en llamarse biopic–, la cinta entera descansa en su personaje protagónico, lo cual conlleva un alto grado de responsabilidad en el tono general que tiene este tipo de filmes. Si no existiese Güeros (2013), asimismo protagonizada por Huerta, debería afirmarse que la de El más buscado es su labor más destacada.

El arte de la realidad

El propio Cravioto se encargó, hace un año, de aclarar que su filme no pretende ser una apología de la vida criminal, por más que se trate –salvo obvias licencias narrativas que puedan alejarse más o menos de la historia efectivamente sucedida– de contar la vida y obra de Alfredo Ríos Galeana, eficacísimo asaltabancos que hace treinta y tantos años se volviera mediáticamente célebre y alcanzara, en el imaginario popular, una suerte de prestigio cuyas causas y naturaleza son de llamar la atención y merecen un estudio sociológico aparte.

Empero, lo más notable de la cinta es algo que no se tenía previsto, a juzgar por la intención del filme, tanto la declarada por su realizador como la evidente en pantalla: con todo y tratarse de una ficción –cabe mencionar aquí que el mismo Cravioto hizo previamente un documental con el mismo tema y personaje–, El más buscado vale como referente histórico de un tiempo definitivamente ido, que visto a la distancia pareciera tener incluso cierto carácter de ingenuidad, casi de bondad, pese a formar parte de anales criminalísticos, pero que hoy evidencia su carácter de antecedente directo –entre varios otros, claro está– de la situación alarmante de inseguridad que se vive en este país, indisolublemente vinculada al amasiato entre delincuencia y autoridades gubernamentales. Baste mencionar algo que la cinta narra tal como fue: atrapado tras un robo ínfimo, el exmilitar Ríos Galeana es invitado a formar parte de una de las muchas y muy corruptas policías locales, y a esa doble expertenencia le debió mucho de su posterior eficacia delincuencial. Después, a lo largo de dicha carrera delictiva, el ciertamente carismático ladrón gozó no únicamente del solapamiento, sino de la complicidad franca de una corporación policíaca, en su caso la capitalina dirigida por el infausto Arturo Durazo Moreno.

Cambie usted, querido lector, el sustantivo “asaltabancos” por “narcotraficante” o “miembro del crimen organizado”, e incluso “presidente municipal”, y convenga con este juntapalabras en que, dicho con la frase clásica, cualquier parecido del pasado reciente con la realidad actual no es mera coincidencia.