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Homenaje a las víctimas, aclamaciones a Gorbachov, música y globos en el festejo

Los cambios son posibles, el mensaje de hace 25 años con la caída del muro: Merkel
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Aspecto del festejo en la Puerta de Brandenburgo, con imágenes de personas que perecieron en su intento por cruzar el Muro de BerlínFoto Ap
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Lunes 10 de noviembre de 2014, p. 24

Berlín.

Con una multitudinaria fiesta callejera Alemania celebró este domingo la caída del Muro de Berlín hace 25 años. Pese a las bajas temperaturas, miles de personas poblaron el trayecto por donde el muro de 3.6 metros de alto dividió a la ciudad en dos mitades irreconciliables durante casi tres décadas (1961-1989). Una frontera luminosa integrada por unos 7 mil globos de luz fueron colocados desde el viernes pasado a lo largo de 15 kilómetros del trazado de la antigua línea fronteriza, recordando a la población su ubicación, que se ha difuminado en algunos puntos de la ciudad.

¡Gorbi! ¡Gorbi!, aclamó la multitud al ex líder soviético Mijail Gorbachov cuando el alcalde de Berlín, Klaus Wowereit, lo invitó a subir al escenario central de las celebraciones ante la Puerta de Brandenburgo. Entre los invitados figuró el expresidente polaco, Lech Walessa, opositores y luchadores sociales de la extinta República Democrática Alemana (RDA) y otras figuras prominentes. Con la Novena Sinfonía de Beethoven interpretada por la Orquesta Estatal de Berlín, y dirigida por Daniel Barenboim, los balones de luz fueron soltados sucesivamente por 7 mil padrinos y madrinas que ataron a cada globo un mensaje propio. Un niño kurdo dijo haber enviado al cielo un deseo de paz. Unas cien mil personas acudieron a la fiesta popular ante la Puerta de Brandenburgo, que después de un espectáculo de fuegos artificiales fue amenizada por ídolos del rock alemán como el veterano Udo Lindenberg.

La jornada comenzó con un homenaje a las víctimas del régimen de la extinta RDA. La canciller alemana, Angela Merkel, calificó la caída del Muro de Berlín como un símbolo de esperanza de cara a los distintos focos de crisis que hay en el mundo. Merkel, originaria de la antigua Alemania del este, recordó las imágenes de júbilo hace 25 años que, dijo, “dieron la vuelta al mundo y anunciaron el fin de la división de Berlín, de Alemania y Europa y de la guerra fría”. Durante la inauguración de un centro conmemorativo del Muro de Berlín en la Bernauer Strasse, Merkel destacó que los cambios son posibles. Ese es el mensaje de la caída del muro, dijo, y reconoció que sigue habiendo otros muros que pueden ser derribados.

En la Bernauer Strasse un museo callejero instalado a lo largo del trazado del muro recuerda a las más de 100 mil personas que intentaron huir de la antigua Alemania comunista cruzando las fronteras interalemanas, unas 600 murieron en el intento. La mayoría fueron abatidas por las balas de los soldados fronterizos que tenían órdenes de disparar. Aunque no hay cifras definitivas, el Centro de Investigación Histórica de Potsdam estima que por lo menos 136 personas perecieron en el muro, buena parte asesinados, entre ellos 30 civiles que no tenían intenciones de huir y ocho soldados en servicio. Chris Gueffroy, de 20 años, fue una de las últimas víctimas de la orden de disparo; fue acribillado cuando intentaba huir el 5 de febrero de 1989, nueve meses antes de la caída del muro.

Los dramáticos sucesos son recordados a través de pantallas gigantes, fotografías, módulos de información y un pedazo de muro –valla interior y exterior– que ha sido preservado intacto, incluyendo una torre de vigilancia. El Muro de Berlín tenía una extensión de 155 kilómetros, 43 de ellos partían en zig-zag la ciudad en dos mitades. Era un sistema de defensa que fue perfeccionándose con el paso del tiempo; comprendía 302 torres de observación, además de 20 búnkers, numerosas trincheras y minas anti-personas a lo largo de su trazo.

Miles de personas acudieron este fin de semana a los puntos candentes de la frontera de betón, como el famoso paso diplomático Checkpoint Charlie, en donde los tanques de Estados Unidos y la Unión Soviética se veían cara a cara y estuvieron a punto de atacar a la potencia enemiga en los momentos más tensos de la guerra fría. La llamada East Side Gallery, un tramo del muro interior de la RDA que fue pintado en 1990 por artistas de 21 países, fue uno de los atractivos este domingo. Cientos de personas recorrieron a pie el trayecto marcado por los globos lumínicos, que era amenizado por músicos callejeros o pintas espontáneas en el muro, en las que participó el público.

Documentales de televisión y la prensa escrita recordaron lo que quedó asentado en los libros de historia; aquella rebelión de los ciudadanos de la entonces Alemania del este no fue reprimida por la Unión Soviética de Mijail Gorbachov porque había puesto en marcha la perestroika y la Glasnost. Gorbachov fue el verdadero artífice de una revolución que cambió el mundo.