Ciencias
Ver día anteriorMartes 11 de noviembre de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

Permitirán la mejor valoración clínica y la predicción de la enfermedad: Matilde Jiménez

Estudian biomarcadores y marcadores cardiacos en pacientes con mal de Chagas
 
Periódico La Jornada
Martes 11 de noviembre de 2014, p. 3

Matilde Jiménez Coello, del Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi, de la Univestidad Autónoma de Yucatán, y un grupo de ecpecialistas trabajan en estrecha colaboración con la Texas University Medical Branch, en la determinación de biomarcadores tanto de inflamación, como de estrés oxidativo, así como de marcadores cardiacos en pacientes seropositivos a la enfermedad de Chagas.

La experta, ganadora de una de las becas para mujeres en la ciencia L’Oréal-Unesco-AMC 2014, explicó: Es relevante identificar estos biomarcadores, ya que al detrerminarse su asociación con la patología podrán ser utilizados para la valoración clínica que permita tener mayor información para la prognosis (predicción sobre el desarrollo de una enfermedad) de los pacientes infectados, así como vigilar esos biomarcadores durante y después de un periodo de tratamiento.

Causa cerca de 15 mil muertes al año

El parásito Trypanosoma cruzi (T. cruzi) es el agente causal de la enfermedad de Chagas (o tripanosomiasis americana), que afecta aproximadamente a 8 millones de personas en el mundo, principalmente en América Latina y cada año causa cerca de 15 mil muertes.

La enfermedad que fue descrita en México en 1940 y está ampliamente extendida en el país debido a que los vectores hematófagos de la familia Reduvidaee (como la chinche besucona), que transmiten al parásito o agente causal (T. cruzi), se hallan en dos terceras partes del territorio nacional, en todas aquellas zonas ubicadas entre cero y 2 mil 200 metros sobre el nivel del mar.

Los infectados con T. cruzi por lo general pasan por tres fases: aguda, que dura entre 15 y 35 días; indeterminada, en la que no hay signos clínicos aparentes, pero pueden ser diagnosticados mediante la identificación de anticuerpos específicos, etapa que puede tardar de 10 a 30 años, y después entre 10 y 30 por ciento de los infectados pasan a la fase crónica, en la que hay daño a varios órganos, especialmente el corazón y el sistema digestivo.

El Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos informa que el número documentado de casos de tripanosomiasis americana en México no ha disminuido en la década pasada y que en Yucatán la prevalencia de la infección por este vector es de entre 5 y 18 por ciento en diferentes poblaciones estudiadas.

El principal transmisor, la chinche besucona, se encuentra en toda la Península de Yucatán y se adapta a varios ecosistemas (zonas rurales y urbanas, jardines, terrenos baldíos). A pesar de su amplia distribución, no hay medidas formales de control para evitar la presencia de estos insectos en el entorno doméstico, a lo que se añade la falta de comprensión del público sobre el riesgo de transmisión de la enfermedad por este vector.

En Yucatán, tras realizarse pruebas de caracterización in vivo de T. cruzi, se ha demostrado tropismo (migración del parásito) significativo hacia el tejido del corazón, por lo que los pacientes infectados en esta entidad tienen mayor probabilidad de desarrollar enfermedad cardiaca.

El objetivo final sería demostrar la presencia de estos biomarcadores en pacientes chagásicos, primordialmente de nuestra zona, y saber en qué concentraciones están dependiendo de la etapa de la enfermedad, para generar información útil para el médico, pero sobre todo para el enfermo.