Opinión
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Perturbador
E

l pasado jueves 13 de noviembre, el alto comisionado para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, Zeid Raad al Husein, calificó de profundamente perturbador el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos desde los pasados 26 y 27 de septiembre.

Esa palabra condensa de la manera más precisa el presente de México. Desde las fechas mencionadas, prácticamente de modo cotidiano, algo ocurre calificable de perturbador, en una acumulación que produce en miles o en millones de mexicanos pánico o cólera, que no encuentran vías de salida. Acaso los agobian ambos sentimientos.

Un número creciente de mexicanos parecen proceder con una convicción en mente: si la justicia no existe para mí y para los demás en los que me reconozco –después de décadas, o siglos–, la justicia la haré o la haremos por propia mano. Es por supuesto el peor de los mundos posibles, pero los mexicanos aludidos parecen estar seguros que en los hechos no hay dónde escoger y a su vista está que el único mundo existente es ese, para el cual el adjetivo comparativo peor sobra absolutamente: sólo existe ese mundo día a día sufrido y padecido.

Me niego a pensar que no existe otro mundo que el peor, pero no tengo evidencia enfrente que muestre que alguien desde el Estado sepa cómo hacer para que cada día no sea más perturbador que el día anterior.

EPN informó al regresar de Australia y China que, junto con su par chino, Xi Jinping, concretó un fondo binacional de inversión por 2 mil 400 millones de dólares, mismo que se incrementará hasta 9 mil millones de dólares; dijo que dicho fondo tiene el propósito de invertir en los rubros de energía, minería, infraestructura, manufactura de alta tecnología y turismo. Además, agregó, se estableció un Fondo de Energía Sinomex que será operado por Petróleos Mexicanos (Pemex) y tres empresas estatales de China, con un fondo inicial de 5 mil millones de dólares. Con este fondo, se financiarán diversos proyectos de la empresa productiva del Estado mexicano, destacando el gasoducto Los Ramones. Uno más de los acuerdos alcanzados entre México y China fue el establecimiento en el país del Banco Industrial y Comercial de China, con el que se facilitarán las transacciones de las empresas chinas en territorio nacional.

Al término de un informe que no conectaba con el sentimiento de la nación, EPN dijo que admitiría tres preguntas de los reporteros; terminó aceptando seis. Ninguna fue referida a su triunfal gira, sino al perturbador estado de ánimo de la nación, que incluía una pregunta final, no respondida, acerca de la casa blanca.

Luego vino una breve alocución que agregó más peso a la perturbación que vive una gran parte de la sociedad mexicana. Dijo que el gobierno federal agotará todas las posibilidades de diálogo frente a los incidentes violentos antes de usar la fuerza para restablecer el orden.

Esta es la primera advertencia-amenaza del fatigado Presidente. No escribiría yo el término amenaza si no fuera por el estado de ánimo político de múltipes espacios sociales del país.

El orden social mediante el uso en última instancia del monopolio de la fuerza militar y policíaca del Estado es parte del orden jurídico de la nación. Pero los poderes constitucionales del Ejecutivo no pueden (pueden pero no debieran) ser aplicados a la letra. El horno está muy lejos de estar para bollos, y el uso de la represión para mantener el orden todo lo empeoraría. Estamos ante un atolladero quizá de gran peligro: fuerzas sociales múltiples parecen querer escalar actos nacidos de la furia. Si el Estado opta por la fuerza, esos actos pueden multiplicarse. En ese caso lo peor está por venir, como lo anticipó el domingo pasado en estas páginas Rolando Cordera.

Sobran los motivos que han provocado la furia de las masas. ¿Es inexpugnable el muro ¿político? que protege a Guerreros Unidos y a Los Rojos? Desde el 26/27 de octubre no se ha hecho sino hablar de los 43 desaparecidos, pero no se ha dicho ni media palabra de quienes los desaparecieron, aparentemente Guerreros Unidos de consuno con Abarca y sus narcopolicías. ¿Nada puede el Estado contra ellos? ¿Son omnipotentes? ¿Lo van a ser para siempre? ¿El Estado hará uso de la represión contra la furia de las masas, pero dejará para despuecito someter a los criminales? ¿O no ha logrado un acuerdo aceptable con esos criminales, que es lo que buscaría hacer el nuevo gobernador de Guerrero, el señor Salvador Rogelio Ortega Martínez, gobernador sustituto de Guerrero, según dijo que era una de sus prioridades? ¿Es esto un estado de derecho?

Está claro que todo esto es profundamente perturbador. Se excava con tesón en busca de los 43, y se hallan fosas colmadas de restos mortales de anteriores asesinados. Pero éstos ya no importan: ya estaban, nadie los reclama. Sí, profundamente perturbador.

Si el Estado no pone orden en quienes protestan con actos ilegales porque están exhaustos de vivir entre criminales que los extorsionan y los matan, peor; si los somete, también peor.

Puede ser muy tarde para actuar en el marco de un vasto conjunto de instituciones putrefactas. Es hora de transformaciones profundas; pero la población no le cree a nadie, de modo que todos los caminos deben ser inaugurados.