Sociedad y Justicia
Ver día anteriorMartes 18 de noviembre de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Algunos son convincentes y generan adeptos, opinan especialistas en salud mental

En la cultura latina el esquizofrénico suele involucrar la religión en su delirio

Hay que distinguir entre una patología con alucinaciones y los verdaderos místicos

 
Periódico La Jornada
Martes 18 de noviembre de 2014, p. 33

Hablar, ver y recibir mensajes e instrucciones de la Virgen, de Dios, de profetas, de ángeles o del diablo; sentirse poseído por entidades demoniacas o tener la certeza de ser el anticristo, para algunos puede ser algo real, pero para especialistas en salud mental esas alucinaciones pueden ser síntoma de un delirio religioso.

A Aurora se le aparece la Virgen de Guadalupe. Ella le habla, le solicita cumplir algunos rituales y le da consejos para mejorar su vida personal. Aurora fue diagnosticada con esquizofrenia paranoide y está en tratamiento siquiátrico con antisicóticos.

Esteban dejó la medicación, porque dice que lo suyo no es una enfermedad. Él es un elegido, y narra a La Jornada que en más de una ocasión ha estado en presencia de Dios, quien le ha revelado su plan para la humanidad. Por ello buscó una entrevista con este medio, para que “los mexicanos conozcan el proyecto del Creador".

Llega con el mensaje engargolado y advierte que para alguien no acostumbrado a hablar con Dios, quizás éste no sea muy claro. Está en lo cierto, porque desde una perspectiva ajena a la suya, pareciera una mezcla de frases, aparentemente bíblicas, llenas de augurios y sin coherencia. Sin duda, díficiles de entender para el neófito en estos temas.

Arturo trajo un escrito a este diario en el que alerta sobre el advenimiento de un frío congelante a escala global y refiere que la epidemia del ébola no es gratuita: Dios, otra vez, no está conforme con lo que hace el hombre.

Esta persona no dejó ningún dato de contacto y es aventurado decir que se trata de un paciente siquiátrico, pero para los expertos consultados, lo más probable es que lo sea.

Raúl Escamilla Orozco, coordinador de la Clínica de Esquizofrenia del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, refiere que en la cultura mexicana y latina es común en pacientes esquizofrénicos que el delirio involucre a la religión.

En este caso, a la fe católica, por ser mayoritaria en el país, pero indica que dependiendo del entorno, se configura el padecimiento. Si el credo dominante fuera el islamismo, el delirio se relacionaría con aspectos, profetas o situaciones de esa religión y lo mismo ocurriría si predominara el hinduismo, el judaísmo o un credo cristiano evangélico.

Agrega que puede acompañarse de un componente místico, paranoide y haber una idea delirante de tipo mesiánico, de tener contacto con Dios y con los ángeles. En México es bastante común que se dé con la Virgen de Guadalupe. Estas personas creen que tienen una misión especial.

No necesariamente quien presente este tipo de delirio debe haber sido una persona excesivamente creyente o apegada a alguna religión, previo a la crisis o al brote sicótico. Es justamente ese aspecto el que llama la atención de familiares y buscan ayuda médica.

Destaca que se recomienda la hospitalización de los pacientes cuando hay riesgo físico, tanto para el enfermo como para los que le rodean.

Algunos pacientes pueden funcionar en sus comunidades o grupos religiosos, porque son muy valorados. Se piensa que son personas especiales que tienen algún don. El problema empieza cuando interfiere con su vida, sobre todo cuando la alucinación pide que hagan algún sacrificio que ponga en riesgo su integridad o la de otros. Pueden tener ayunos muy prolongados u ofrecer algún tipo de penitencia o castigo físico, explicó.

Por ser elegidos también pueden creer que poseen capacidades sobrehumanas y arriesgan su vida, porque esperan que nada les ocurra.

El doctor en investigación sicológica por la Universidad Iberoamericana José de Jesús Vargas Flores, comenta que quienes padecen este delirio no sólo pueden dañarse a sí mismos, sino también a los demás, y advierte que algunos pueden escuchar voces que, por ejemplo, aconsejan asesinar a determinadas personas, lo que puede derivar en tragedia.

El también profesor titular del área de sicología clinica en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) subraya que estas personas desafortunadamente no sólo se pueden refugiar en grupos religiosos, sino que pueden atraer seguidores, quienes los consideran iluminados.

Añade que, aunque no es la regla, ha habido casos en que forman sectas y orillan a sus seguidores a suicidios colectivos o a acciones terroristas.

Escamilla Orozco advierte que no se puede generalizar, que habría que evaluar de manera individual a estos líderes de sectas para dilucidar si alguno es un enfermo mental, si tiene un trastorno de personalidad, si tiene buenas intenciones o sólo busca el lucro.

Hugo Sánchez Castillo, académico de la Facultad de Psicolgía de la UNAM, explica que estas personas pueden verse reforzadas en sus pensamientos cuando se refugian en comunidades religiosas que los ven como elegidos. Dice que algunos son bastante convincentes y generan adeptos.

Señala que ello no ocurre cuando es evidente que su discurso carece de coherencia. La esquizofrenia es una realidad dividida, en la que se mezcla la realidad que vemos y la que ellos reportan, y para muchos de nosotros la lógica que ellos tienen puede ser muy extraña.

Escamilla Orozco comenta que una consecuencia de que se integren a grupos que los consideran iluminados y no enfermos mentales, es el retraso en la atención médica. Asegura que mientras más tarde reciban tratamiento especializado, peor será el pronóstico de recuperación.

Vargas Flores indica que hay que distinguir entre quienes tienen una patología mental con alucinaciones auditivas y/o visuales y quienes son verdaderamente místicos, como Francisco de Asís, una persona coherente que no tenía un pensamiento desordenado.

Los expertos de la UNAM resaltan que los tratamientos para esta patología deben ser siquiátricos y con medicamentos que disminuyan las alucinaciones, y coinciden en señalar que los sacerdotes no dudan en recomendar a los afectados recurrir a un especialista en salud mental.

El sacerdote católico Omar Sotelo comenta que a muchos párrocos les toca enfrentar situaciones en las cuales los fieles aseguran tener contacto directo con entidades divinas y, aunque es difícil recomendarles ayuda médica, se hace.

Sánchez Castillo dice que no todos los pacientes con superreligiosidad son esquizofrénicos. Algunos presentan esquiziotipia, trastorno esquizofreniforme con algún tipo de sicosis. Precisa que las alucinaciones religiosas pueden ser generadas por elevado estrés o ingesta de sustancias.