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Penultimátum

Obiang, el dictador

G

uinea Ecuatorial es uno de los países más pequeños de África, con apenas 28 mil kilómetros cuadrados de extensión y menos de 2 millones de habitantes. Fue hasta 1968 colonia española. Desde entonces se proclama como un Estado republicano, social y democrático. Sin embargo, es virtualmente propiedad de la familia que encabeza Teodoro Obiang, el dictador que rige los destinos del país desde 1979. Su hijo, Teodoro I, figura como vicepresidente y Ministro de Agricultura y Bosques. El gobierno de Francia lo procesó por lavado de dinero y tener una inmensas fortuna mal adquirida. Sus propiedades en París, valuadas en más de 10 millones de dólares, fueron confiscadas por las autoridades galas.

Todos los reportes de los organismos internacionales mencionan que el gobierno de Guinea Ecuatorial controla los medios de comunicación, no respeta los derechos fundamentales de las personas y existe el tráfico sexual de mujeres y niños, sujetos también a trabajos forzados. Además, Obiang es persona no grata en los países euro-peos, que hacen circo y maroma cuando por alguna celebración los visita el dictador. No el de España, cuya selección de futbol viajó a su antigua colonia a jugar un partido amistoso, lo que despertó protestas generalizadas. También Obiang dictó una conferencia sobre el español en África, en el Instituto Cervantes de Bruselas, lo que   condenaron organizaciones políticas, sociales y culturales.

Pero el dictador sigue en su puesto, sostenido por los intereses de las trasnacionales y los gobiernos que las representan, pues Guinea Ecuatorial es muy rica en recursos naturales, especialmente petróleo. Y prueba de su influencia y poder la acaba de dar Obiang al lograr la sede de la Copa África de futbol que se jugará entre el 17 de enero y el 8 de febrero próximos. Originalmente, el país sede era Marruecos, que pidió aplazar el campeonato hasta tener la seguridad de que no estaría en la justa deportiva un invitado nada grato: el ébola.

Los directivos del futbol africano no atendieron esta petición y descalificaron a Marruecos de la copa. Entonces apareció Obiang con sus contactos. Logró la sede y que el equipo local, que no calificó para el certamen, esté presente. Guinea Ecuatorial ya organizó la de 2012, construyendo para ello una ciudad deportiva y otras obras faraónicas. La de 2015 costará más de 40 millones de dólares.

Los grupos opositores al dictador han pedido a la población boicotear la copa. Alegan, entre otras cosas, que el país no cuenta con las mínimas seguridades sanitarias para evitar que se cuele el ébola. Y porque por medio del futbol se respaldará a  una dictadura que, pese a los ingresos que recibe del petróleo, tiene a la población con severas carencias.

Pero el interés económico-político se impondrá nuevamente.