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Desde el Otro Lado

Por fin, un respiro para millones de indocumentados

E

n 15 minutos el presidente Obama definió las líneas maestras de la orden ejecutiva que hará posible enmendar parcialmente el disfuncional sistema migratorio de Estados Unidos. Obama fue enfático al decir que hace año y medio el Senado aprobó una reforma migratoria con el concurso de demócratas, republicanos e independientes. No es perfecta, agregó, pero establece la ruta a seguir para corregir el disfuncional sistema migratorio del país. Han pasado 18 meses y los líderes republicanos de la Cámara de Representantes se han negado, ya no digamos a aprobarla, sino al menos ponerla a votación; en respuesta a esa situación y en cumplimiento de mi obligación, he decidido emitir una orden ejecutiva: primero, reforzar la vigilancia en la frontera para evitar el cruce de personas sin documentos; segundo, facilitar la estancia en el país de aquellos profesionistas y empresarios dispuestos a contribuir al crecimiento de nuestra economía, y tercero, resolver en forma responsable la situación de millones de personas indocumentadas.

Sin duda, este último es el asunto más importante y contencioso de su decisión. Se estima que más de 5 millones de personas indocumentadas podrán trabajar, pagar impuestos y salir a la calle sin el temor a ser deportadas. Era de esperarse la airada respuesta de quienes ven en esta decisión una violación a la Constitución y las leyes estdunidenses o la de quienes consideran que la decisión es insatisfactoria. A quienes acusaron al presidente de actuar ilegalmente, vale recordar que una orden similar había sido dictada por los presidentes Reagan, quien legalizó a 3 millones de indocumentados, y Bush padre, a millón y medio. Por ello, no debiera extrañar que él actuara de manera similar. Para quienes, con alguna razón, piensan que fue insuficiente, Obama dijo que se encontró una fórmula mediante la que se beneficiará al mayor número de indocumentados sin traspasar los límites de la legalidad. Haber traspasado esa línea hubiera puesto en peligro toda la orden ejecutiva. En los próximos días se conocerán sus características.

Falta saber cómo responderán quienes en su histeria ven en Obama la encarnación de Jorge III de Inglaterra. Por ahora 5 millones de indocumentados, buena parte mexicanos, podrán salir a la calle a buscar el sustento diario para sus familias sin correr el peligro de ser deportados y no volver a verlas.