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Casi dos años después de su publicación, aún no se ven sus efectos en la práctica, señala activista

Ley de víctimas, instrumento poco conocido que crea falsas expectativas a los afectados

Presentan libro que servirá de guía para entender el significado de ese marco jurídico

 
Periódico La Jornada
Viernes 28 de noviembre de 2014, p. 19

Después de casi dos años de su promulgación, la Ley General de Víctimas sigue siendo un instrumento jurídico poco conocido, lo que ha generado que muchas personas no sepan recurrir a él o tengan falsas expectativas sobre lo que pueden obtener de dicha norma.

Afirmó lo anterior Paulina Vega, una de las coordinadoras del libro Introducción a la Ley General de Víctimas: una herramienta para las víctimas y sus representantes, que se presentó la noche del pasado jueves en la Casa de la Solidaridad.

“Al acompañar a los afectados para que entendieran qué significa este marco jurídico, nos dimos cuenta de que ya aprobada la ley, por sus características propias y por no ser de ‘fácil digestión’, muchos no la conocen; por eso, esta es una guía para que las víctimas la entiendan”, indicó la integrante de la Federación Internacional de Derechos Humanos.

Una de las consecuencias de la falta de conocimiento de la norma, dijo, es que de alguna manera las víctimas se generan falsas expectativas de lo que significa tener una ley en la materia y un fondo para la reparación del daño.

Un año y nueve meses después de su promulgación, por desgracia aún no se ven los efectos de la ley en la práctica: no hay un registro nacional de víctimas y el fondo fiduciario para ellas no se ha ejercido. Eso causa mucha frustración, y entre más entiendan las posibilidades que tienen con la legislación y los caminos legales por usar, mejor podrán manejar sus expectativas.

Muchas víctimas, recalcó la especialista, pensaron que este fondo les permitiría mejorar la búsqueda de sus familiares, su demanda de justicia y verdad, pero dno es así. Existe la percepción de que la ley no cambió nada, lo cual entraña el riesgo de generar un gran desencanto con respecto a este instrumento.

La ley sí ha sufrido algunos cambios, pero creo que no hay involucramiento real de muchos grupos de víctimas en esas mejoras. Podemos identificar lo que no funciona, y este libro es una contribución para ayudarles en el ejercicio de sus derechos, puntualizó.