Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 7 de diciembre de 2014 Num: 1031

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Ningún país es mi país
Gustavo Ogarrio

Tu nombre en una
lata de refresco

Rodrigo Megchún Rivera

La polifonía pictórica
de Kandinsky

Germaine Gómez Haro

Educación
Takis Varvitsiotis

Leer

Columnas:
Bitácora bifronte
Jair Cortés
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
@JornadaSemanal
La Jornada Semanal

 

Luis Tovar
Twitter: @luistovars

Brevísima muestra de la Muestra

A estas alturas, la Muestra Internacional de la Cineteca ya cumplió la parte inicial de su recorrido, que incluye las instalaciones de la propia Cineteca así como el circuito universitario cinematográfico en el DF. Es ahora cuando la Muestra da inicio a un periplo que, por cierto, viene siendo de lo poco que le da sentido pleno al adjetivo “nacional” que la Cineteca ostenta. De Ida, así como de la coproducción Suecia/Francia/Dinamarca/Noruega Fuerza mayor, ya se dijo algo aquí, y de la mexicana Güeros se hablará más adelante, de modo que van aquí algunas palabras, necesariamente breves, sobre algunas otras cintas que también forman parte de la programación muestrera.

Teoría de los sentidos

A sus ochenta y cuatro años de edad, el virtualmente mítico Jean-Luc Godard sigue testimoniando que la frescura de una propuesta fílmica no depende necesariamente de la edad de quien la realiza. De dilatada y diversa filmografía, muchos elementos que han sido claras constantes godardianas desembocan ahora en Adiós al lenguaje (2014), en la cual no sólo se sirve con eficiencia de recursos tecnológicos como la tercera dimensión y una fotografía excelsa, sino lo que es mil veces más importante: incrementa, con dichos recursos, la carga significante del filme, cuyo punto de partida narrativo, engañosamente sencillo –el clásico boy meets girl, pero llevado a instancias muy lejanas del simplismo–, da la pauta para un recorrido icónico que paso a paso, delicadamente, desemboca en aquello que propone el título: tal vez haya que despedirse del lenguaje si éste no alcanza a definir eso que los sentidos, pero también los deseos y la memoria, perciben de un mundo que, como dice un célebre verso, suele ser ancho y ajeno.

Teoría del encanto y desencanto


Escena de Adiós al lenguaje

A Jim Jarmusch, figura indiscutible de un cine al que todavía sin empacho es posible seguir llamando indie, se le notan, y mucho, sus estudios y lectura de las literaturas inglesa y estadunidense, no por cierto en un transvase que, en caso de ser directo, tendría de literal lo mismo que de obvio y potencialmente soso, por innecesario. Lo de Jarmusch es asimilación de referentes, no por cierto sólo escriturales sino también plásticos, así como ulterior aplicación desde un punto de vista personalísimo. Lo anterior es evidente sobre todo en el tono y en la atmósfera de sus filmes –elementos definidos como “minimalistas” por ciertos minimalistas de la conceptualización–, pero igual se aprecia en la construcción del perfil de sus personajes; pocos, como el autor de Más extraño que el paraíso, Café y cigarros y Los límites del control, tan capaces para dotar a sus criaturas de un denso volumen de personalidad, pero sin que la explicitación de la misma implique histrionismos desatados ni tramas invadidas de pequeños actos redundantes. Todos esos elementos hablan, en la concisa filmografía del estadunidense, de una postura vital que por largos instantes pareciera precisamente lo contrario al vitalismo. Sólo los amantes sobreviven (2013) es depuradísima muestra de lo antedicho: vampiros pero con cerebro y sensibilidad –a diferencia de otros bebesangre fílmicos contemporáneos, planos y huecos–, los desencantados protagonistas de esta cinta de decadencias que se niegan a sí mismas se reivindican por medio de la belleza; extraña, casi del todo inasequible, como siempre en Jarmusch, pero belleza al fin, y que tal vez alcanza para reivindicar al género humano, al cual ellos no pertenecen pero sin el cual su existencia tendría menos sentido, o quizá ninguno.

Teoría del costumbrismo

A veces extraviada la ruta en metaforizaciones que de tan palmarias acaban pareciendo meros panfletos; otras veces con una insistencia realista en ciertos temas –la migración por motivos políticos en primer lugar– tozuda y machacona, pero no por ello más efectiva, a la filmografía cubana parecía estar olvidándosele que es en el drama costumbrista en donde siempre ha alcanzado sus cotas fílmico-narrativas más elevadas. Conducta (2014), escrita y dirigida por Ernesto Daranas, pedagogo de profesión luego convertido en cineasta, recupera en buena medida la capacidad del cine hecho en Cuba para reflejar su realidad más inmediata; en este caso, la de un niño obligado a responsabilidades que no le corresponde asumir aún, y la de una madura profesora que opone sapiencia y dignidad al pragmatismo, incluido el oficial; en suma, Conducta es un reflejo no simbólico, sino muy directo, de una sociedad definida por el conjunto de sus problemáticas cotidianas y su modo particular de resolverlas.