Opinión
Ver día anteriorLunes 8 de diciembre de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dinero

Pega devaluación a empresas con deudas en dólares

Los otros desaparecidos

Canadienses, por la nacionalización

Astillero

El país del Teletón (fallido)

Alexander, confirmado

Agustín, en Chiapas

Erika Kassandra y Liliana

Enrique Galván Ochoa
Julio Hernández López
Nosotros ya no somos los mismos

Propuesta de reconocimiento a Ayotzinapa... como a Lídice

Desde el Otro Lado

Resurgimiento del racismo

Ortiz Tejeda
Arturo Balderas Rodríguez
México SA

Oro negro en caída libre

¿Réquiem para el erario?

OCDE: economía anémica

Reporte Económico

PIB Y Sector Externo. Precierre 2014

Carlos Fernández-Vega
David Márquez Ayala
American Curios

No podemos respirar

Aprender a morir

¡Salud, bella Alaíde!

David Brooks
Hernán González G.
De Guantánamo a Uruguay
S

eis prisioneros de la base de Estados Unidos en Guantánamo, Cuba, considerados por aquel país reos de baja peligrosidad, llegaron la madrugada de ayer a Uruguay como parte de un acuerdo entre Washington y Montevideo. Se trata del mayor traslado de presos de esa cárcel ubicada en la isla desde 2009 y el primero realizado hacia América del Sur. A nivel latinoamericano, el hecho tiene sólo un precedente público, el envío a El Salvador, en 2012, de dos cautivos musulmanes chinos, quienes posteriormente abandonaron el país centroamericano.

El Correo Ilustrado

A legisladores sobre ley de movilidad

S

eñoras y señores diputados: soy una de las mexicanas que, a mis 63 años de edad, tengo un gran kilometraje andado por la avenida Reforma hasta el Zócalo; desde el Casco de Santo Tomás hasta el Zócalo; desde Tlatelolco hasta el Zócalo; en las ciudades de Monterrey, Guadalajara, San Luis Potosí, Puebla, Guerrero. Soy madre de dos hermosas personas; soy esposa de un desaparecido político desde la década de los 70; soy profesionista y afortunada con empleo, haciendo elástico lo más que puedo mi tiempo disponible.

Tlatlaya-Iguala: modelo necrófilo
F

ue el Estado. El operativo especial en 36 alcaldías de la Tierra Caliente, que abarcará espacios territoriales de Guerrero, Michoacán, Morelos y el estado de México, no podrá hacer desaparecer la responsabilidad del Estado mexicano en los hechos de Tlatlaya e Iguala. En ambos casos, agentes del Estado, en su carácter de servidores públicos, participaron de manera directa en la comisión de ejecuciones extrajudiciales y en la práctica de la tortura y la detención-desaparición forzada de 43 normalistas, lo que configuran crímenes contra la humanidad sancionados por el Estatuto de Roma, del que México es signatario desde 2005, por lo que dichos actos caen bajo la competencia de la Corte Penal Internacional (ONU, 1998).

Todos son Abarca
L

a fuerza de la efervescencia social y de la solidaridad internacional a raíz de la masacre de Iguala ya ha rebasado los acontecimientos tanto de 1968 como de 1994 en México. Ni el histórico movimiento estudiantil de los sesenta ni el gran levantamiento indígena de los noventa lograron en tan poco tiempo un vuelco tan fuerte en la conciencia y el empoderamiento social. Los nuevos tiempos de madurez ciudadana, comunicación digital y desmoronamiento imperial han facilitado el surgimiento de un movimiento nacional cuya flama difícilmente podrá ser apagada en el corto plazo.

Carlos Fazio
John M. Ackerman
Union Carbide: herencia venenosa
E

l mundo recuerda estos días que hace 30 años la ciudad de Bhopal, en la región central de India y con un millón de habitantes, fue cubierta por una nube tóxica que causó más de 20 mil muertes y centenas de miles severamente afectados en su salud. Todo sucedió como a la una de la madrugada del 3 de diciembre de 1984, cuando la población dormía. La nube tóxica estaba compuesta por 42 mil kilos de una sustancia química, el isocianato de metilo, que se escapó de una fábrica de plaguicidas de la trasnacional estadunidense Union Carbide. Aunque las autoridades habían asegurado que la fábrica era segura, se comprobó que no contaba con el personal técnico para efrentar emergencias, había corrosión de materiales y equipos, los sistemas de alerta eran insuficientes y no funcionaban adecuadamente.Todo ello facilitó la fuga de esos miles de kilos que, al entrar en contacto con el aire atmosférico, formaron diferentes compuestos gaseosos también muy tóxicos.

Naturaleza del horror
L

es hemos perdido respeto. Han dado pruebas de incompetencia, irresponsabilidad e inmoralidad. Pero sería un error considerar que todo es ceguera y torpeza en sus actos.

Iván Restrepo
Gustavo Esteva
Momento de definiciones
L

a fortaleza macroeconómica está flaqueando notoriamente. La inflación es mayor al rango superior establecido por la política monetaria, el peso se está depreciando de modo significativo, la deuda pública se incrementa, los ingresos del gobierno resentirán la severa caída del precio del petróleo. El gasto de consumo e inversión están en niveles muy bajos, la creación de empleo no satisface la oferta del mercado de trabajo, la informalidad persiste. Habrá una presión adicional sobre los precios por el reciente aumento de la gasolina y por la vía de los bienes y servicios importados.

Policías, para lo que sirven
R

ara vez nos enteramos, porque la rendición de cuentas de las autoridades es raquítica, pero se conoce que los cuerpos policiales mexicanos en sus distintos niveles y denominaciones se la pasan recibiendo talleres, capacitaciones, asesorías y entrenamientos por especialistas de diversos países colonialistas, como Estados Unidos, Francia o Israel; hace poco un alto mando extranjero fungió como asesor de nuestras policías, fichado en esa peña de contrainsurgencia en que se ha convertido Colombia.

León Bendesky
Hermann Bellinghausen
Toros
¡Xajay!
L

os toros de Xajay no fueron los toritos mansos mensos que aparecen en la mayoría de las corridas. Suaves los dos primeros, el cuarto y el quinto presentaron las dificultades de su encaste y desarrollaron sentido que desbordaba a los toreros: Aguilar y Rivera. La manía de pasar los toros con un pinchazo como rutina, impidió captar que los toros se iban pa arriba. Olvidaron los toreros –una vez más– que cargar la suerte es meterse en el terreno del toro y no perderlo dando pasitos entre pase y pase.

José Cueli