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La dependencia del gobierno de EU pretendió vincularlos a un proyecto contra la isla

Silvio Rodríguez defiende a raperos cubanos y manda a la Usaid al carajo

El asunto deja una enseñanza de manipulación e injerencia, afirmó el autor de Ojalá

Aldo Rodríguez Baquero, de Los Aldeanos, y Silvito El Libre Rodríguez, entre otros, fueron convocados para participar en programas disfrazados de culturales por la Agencia para el Desarrollo Internacional

 
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de diciembre de 2014, p. 8

La Habana.

El legendario trovador cubano Silvio Rodríguez, a quien se pretendió vincular, a sus espaldas, con un proyecto de una entidad del gobierno de Estados Unidos para infiltrar de manera secreta al movimiento del hip hop cubano a fin de socavar al gobierno de la isla, salió en defensa de los jóvenes raperos ligados a ese esfuerzo y los exhortó a aprender de lo ocurrido.

Artistas hip hop, entre los que estaban Aldo Rodríguez Baquero, líder de la banda Los Aldeanos, quien no tiene parentesco alguno con el trovador, y un hijo de éste último, Silvito El Libre Rodríguez, fueron convocados para participar durante dos años en proyectos disfrazados de actividades culturales pero que, en realidad, tenían el propósito de darles visibilidad para que sus fans luego desafiaran al gobierno cubano.

Las revelaciones de Ap sobre el insistente programa de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés) contra Cuba están llenas de anécdotas, pero sobre todo dejan una clara enseñanza de manipulación e injerencia, escribió Rodríguez en su blog Segunda Cita. Las truculencias reveladas por la Ap parecen haber comenzado hace cuatro o seis años atrás, con el concierto por la paz organizado por Juanes en La Habana, acto impulsado por el trovador y su colega Amaury Pérez, quienes pensaban que sería bueno para la causa de Cuba.

Lo más desconfiados tenían razón

A la luz de los hechos, ahora pudiera parecer que los más desconfiados tenían la razón y que los que defendíamos el concierto éramos ingenuos, agregó Rodríguez.

En septiembre de 2009, la estrella de rock Juanes promovió un concierto en la Plaza de la Revolución de La Habana y los contratistas de Usaid trataron de que Los Aldeanos tocaran allí para que el grupo adquiriera proyección internacional, mientras buscaban atizar el fuego contestatario de sus canciones antigubernamentales.

Juanes no accedió a subir al grupo al escenario durante el concierto, al que asistieron cientos de miles de personas, pero mencionó su nombre al final de la presentación y se sacó fotos con los miembros del grupo y con Silvito El Libre.

“El concierto Paz sin Fronteras fue diseñado exclusivamente para traer un día de paz y música a un gran auditorio de jóvenes, sin ninguna agenda política. Juanes y los otros artistas que lo organizaron no tenían conocimiento alguno o aprobaron cualquiera de las agendas que personas ajenas al concierto tuvieron”, dijo John Reilly, portavoz de Juanes el miércoles pasado.

El plan de infiltración y movilización en contra del gobierno cubano fue ideado por Creative Associates, contratista de la Usaid e incluyó la participación de un promotor musical serbio, como lo reveló The Associated Press en un reportaje de investigación la semana pasada.

Poco después del concierto, los contratistas de Usaid discutieron cómo usar al propio Silvio Rodríguez para proteger a los raperos y a su operación clandestina, cuando Aldo fue arrestado y una computadora de su propiedad, que podía contener información delicada sobre el programa de infiltración, cayó en manos de la policía.

Mientras los contratistas discutían qué hacer, un familiar de Aldo llamó al trovador para pedirle ayuda y Rodríguez, sin conocer el trasfondo de lo que ocurría, telefoneó a un funcionario del Ministerio de Cultura para que lo liberaran y le devolvieran su equipo.

Para los contratistas, ese fue un golpe de suerte.

Al menos en seis ocasiones, las autoridades cubanas detuvieron o interrogaron a personas que estaban involucradas en el programa. También les confiscaron equipos de computación que, en algunos casos, contenían información que puso en peligro a ciudadanos cubanos que no sabían que habían sido involucrados en una operación clandestina del gobierno estadunidense.

De 68 años, Rodríguez es uno de los más reconocidos compositores cubanos y sus canciones reflejan las aspiraciones, logros y desconciertos de la revolución cubana. Su voz acompañó a generaciones de latinoamericanos a lo largo de las décadas pasadas.

Rodríguez también criticó en su blog la forma injusta en que medios de prensa cubanos titularon la información de Ap, usando la expresión pagaron a raperos para subvertir a la revolución, cuando quedó claro en la investigación que ni Los Aldeanos ni otros músicos implicados estaban al tanto de esas intenciones secretas.

Tanto Aldo, amigo de mi hijo, como Silvio Liam, que cree en mí como yo en él, son espíritus rebeldes, sin posesiones materiales... ricos apenas de sus sueños, arropados por aplausos de muchachos más bien incomprendidos, a menudo abusados, hijos de desamparos e intemperies, expresó Rodríguez. Saben que en muchas cosas no pienso como ellos, aunque me empeñe en defender su derecho a pensar y a cantar como escojan. Como padre, y también como artista, espero que aprendan de lo que les sucede y lo aprovechen. Y váyase la Usaid al carajo.

Otros intentos

La Usaid también concibió otros esfuerzos orientados a socavar el gobierno cubano, incluyendo la creación de una red de mensajes de texto similar a Twitter, conocida como ZunZuneo, y una operación que envió a jóvenes inexpertos de Latinoamérica a Cuba como turistas con el fin de que reclutaran lo que llamaron una nueva generación de activistas.

Este programa también terminó perjudicando a la activa comunidad hip hop de la isla, cuyas líricas populares criticaban abiertamente al gobierno de Cuba como pocos lo han hecho desde que Fidel Castro llegó al poder en enero de 1959.

Algunos de los artistas, que los contratistas de Usaid trataron de promover, salieron del país o dejaron de presentarse por presión del gobierno cubano. Adicionalmente, uno de los festivales más populares de música independiente de la isla fue tomado por las autoridades luego que funcionarios descubrieran que había sido vinculado, sin su consentimiento, con los esfuerzos de Usaid.