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Identifican a los tres agresores, que mataron a 10 periodistas y dos oficiales de policía

Duelo en Francia por ataque al semanario satírico Charlie Hebdo

Irrumpen en la junta de evaluación; la revista tenía amenazas por publicar caricaturas de Mahoma

Nuestra mejor arma es la unidad, sostiene Hollande

Elevan nivel de alerta en sitios públicos

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Unas cien mil personas se manifestaron en toda Francia en repudio al atentado contra el semanario Charlie Hebdo en el que murieron 12 personas, entre ellas el director, Stéphane Charbonnier (Charb), y sus compañeros caricaturistas Cabu, Tignous y Wolinski. La imagen, en la ciudad de LyonFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 8 de enero de 2015, p. 28

París.

Hombres armados y encapuchados irrumpieron la mañana de este miércoles en la sede del semanario satírico Charlie Hebdo y mataron a tiros a 10 periodistas, entre ellos cuatro caricaturistas, así como a dos policías, en un atentado sin precedente en Francia en décadas y que parece ser una venganza contra la revista, que estaba amenazada por publicar caricaturas de Mahoma. En repudio al ataque, más de 100 mil personas se manifestaron en ciudades de todo el país.

Al grito de Alá es el más grande y Hemos vengado al profeta, al menos dos hombres armados con fusiles Kalashnikov irrumpieron en la redacción en plena junta editorial y abrieron fuego. Entre las víctimas hay varias figuras de la publicación, como el director Stéphane Charbonnier (Charb). En el acto también murieron su guardaespaldas y otro policía. Los atacantes hablaban un francés perfecto. Por la noche los tres hombres ya habían sido identificados como militantes de Al Qaeda en Yemen.

Los agresores apuntaron directamente a Charbonnier, además de causar heridas al menos a otras 11 personas, cuatro reportadas graves. Minutos después los hombres se dirigieron a un auto negro que los esperaba y le dispararon a otro agente de policía. El vocero del sindicato policial, Christophe Crepin, confirmó la muerte de los 10 periodistas y los dos agentes.

“¡Oigan! ¡Vengamos al profeta Mahoma! ¡Matamos a Charlie Hebdo!”, gritó uno de los hombres, captado desde un edificio cercano en un video que fue transmitido por la televisión francesa. Otras imágenes mostraron a dos agresores vestidos de negro que parecían disparar en la acera al llegar a un cruce. Entre los disparos se escuchó la proclama de Allah akbar (Alá es grande).

El presidente francés, François Hollande, decretó jornada de duelo nacional este jueves y tres días de luto, durante los cuales las banderas ondearán a media asta, al tiempo que unas 100 mil personas se manifestaron en ciudades de toda Francia en repudio a este atentado, cometido a las 11:30 de la mañana, cuando en el semanario se realizaba la junta de evaluación.

Nuestra mejor arma es la unidad. Nada puede dividirnos, nadie debe separarnos declaró Hollande. Subrayó que con este atentado Francia fue atacada en su corazón y en los valores de libertad y justicia que defiende. Calificó el ataque de cobarde y lo consideró un fusilamiento de extrema violencia.

El mandatario, que anunció el fortalecimiento de las fuerzas de seguridad, también tuvo palabras de reconocimiento para las familias de las víctimas que, dijo, son nuestros héroes. Hollande destacó que en el atentado murieron dibujantes de gran talento y cronistas valientes, quienes habían marcado por su influencia e insolencia a generaciones de franceses.

Francia elevó su nivel de alerta al máximo y reforzó la seguridad en casas de oración, tiendas, oficinas de medios de comunicación y medios de transporte. Los altos cargos del gobierno realizaban una reunión de emergencia. Las escuelas de la capital suspendieron clases.

La emoción fue inmensa en todo el país. En París, 35 mil personas acudieron a la céntrica plaza de la República, no lejos de la sede de Charlie Hebdo. Los manifestantes eran unos 15 mil en Rennes, entre 10 mil y 15 mil en Toulouse y unos 7 mil en Marsella, según las cifras policiales. Muchos portaban la leyenda: Yo soy Charlie y otros expresaban apoyo a la libertad de expresión.

La redacción del semanario, sorprendida en plena junta de la redacción, quedó diezmada. Cuatro caricaturistas, Charb, Cabu, Tignous y Wolinski, sumamente conocidos en Francia, figuran entre los muertos, además de los dos policías, uno de los cuales fue rematado cuando estaba herido.

La búsqueda de los presuntos islamitas era intensa al caer la noche en Francia, con miles de policías movilizados. Tras huir en dos coches, los atacantes desaparecieron en el este de París, rumbo a las afueras. Al cierre de esta edición se informó que el más joven de los sospechosos supuestamente se entregó a las autoridades.

La policía, que cuenta con la colaboración de la FBI, citó que los sospechosos son Said y Cherif Kuachi, hermanos franceses de entre 30 y 40 años, según diversas versiones, y Hamid Murad, de 18, también francés, según medios de prensa europeos.

Uno de los oficiales señaló que los individuos están vinculados con una organización terrorista yemení.

Los funcionarios hablaron en condición de anonimato, debido a que la investigación continúa. Cherif Kuachi fue condenado en 2008 por cargos de terrorismo por ayudar a combatientes en Irak y sentenciado a 18 meses de cárcel.

Este atentado, el más cruento cometido en Francia en decenios, hacía pensar en una venganza de islamitas radicales. Charlie Hebdo publicó en 2006 caricaturas del profeta Mahoma que provocaron condenas y protestas en países musulmanes. Pareciera que los agresores siguieron consignas del grupo Estado Islámico (EI) y la red Al Qaeda, por la lucha de Francia contra el yihadismo.

Si bien el Corán no prohíbe de manera explícita la representación gráfica de Mahoma, la interpretación de las enseñanzas del profeta musulmán que imperan en diversas ramas del islam, especialmente los sunitas, sí condenan las imágenes del profeta, aun cuando no se burlen de su figura.

Los autores del ataque contra la revista Charlie Hebdo hablaban francés perfectamente y aseguraron pertenecer a la organización Al Qaeda, afirmó la dibujante Corinne Rey, testigo del ataque, al diario L’Humanité. Rey se escondió debajo de su escritorio durante la agresión, que duró unos cinco minutos.