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Cotización en torno a 40 dólares provocará caída de ingresos del gobierno por 1.2 puntos del PIB

Desplome de petroprecios puede restrasar planes derivados de la reforma: Moody’s

La agencia señala que un peso más débil puede beneficiar la competitividad internacional del país

 
Periódico La Jornada
Viernes 16 de enero de 2015, p. 23

La caída en los precios del petróleo se convirtió en factor que puede retrasar proyectos de exploración derivados de la apertura del sector energético al sector privado, aseguró este jueves Moody’s Investors Service, firma calificadora de inversiones.

Un precio del petróleo de la mezcla mexicana de exportación en torno a 40 dólares a lo largo del año provocará una caída de ingresos para el gobierno federal por el equivalente a 1.2 puntos del producto interno bruto, alrededor de 200 mil millones de pesos, previó la firma calificadora.

El precio de la mezcla mexicana ronda actualmente 38 dólares. El lunes pasado, Goldman Sachs, un banco de inversiones, pronosticó que el West Texas Intermediate (WTI), de referencia para el crudo mexicano, cotizará los siguientes seis meses en torno a 39 dólares por barril. Actualmente, el WTI se negocia siete dólares arriba del mexicano.

La abrupta caída en los precios del petróleo tendrá un impacto limitado en la calificación de la deuda emitida por el gobierno mexicano, sostuvo Mauro Leos, vicepresidente de Moody’s.

La firma financiera califica la deuda emitida y respaldada por el gobierno mexicano como A3, dentro del llamado grado de inversión, lo que implica que la posibilidad de incumplimiento es prácticamente nula. Una de las garantías implícitas de las obligaciones del gobierno mexicano es el petróleo, actividad de la que el Estado obtiene un tercio de sus ingresos.

El gobierno mexicano se encuentra en buena posición para absorber choques derivados de la disminución en los precios del petróleo y la depreciación del peso, dijo Leos.

La caída en el precio de la mezcla mexicana, de alrededor de 50 por ciento en los últimos seis meses, resultará en una significativa reducción en el valor de las exportaciones petroleras, añadió. Sin embargo, un peso más débil puede beneficiar la competitividad internacional del país, reforzando la perspectiva de crecimiento de las exportaciones mexicanas, expuso.

En general, esperamos un incremento en las exportaciones manufactureras que sería más que suficiente para compensar las menores exportaciones petroleras; las exportaciones manufactureras también se verán beneficiadas por una mejoría en las perspectivas de crecimiento de Estados Unidos, aun si los proyectos petroleros se posponen, apuntó Mauro Leos.

Cuatro quintas partes de las exportaciones manufactureras de México, actividad que aporta poco menos de 20 por ciento del producto interno bruto, tienen por destino Estados Unidos.

Desde octubre pasado, el peso se ha depreciado 8.5 por ciento frente al dólar, principalmente por la caída en los precios del petróleo, añadió Leos. Sólo una quinta parte del total de la deuda pública de México está colocada en moneda extranjera, lo que reduce el impacto de la devaluación en la calificación, apuntó.

El efecto de los menores precios del crudo en la posición fiscal del gobierno será contenida, a pesar de que los ingresos petroleros representan un tercio de los ingresos totales de la administración federal, agregó. Si el precio se mantiene en 40 dólares a lo largo del año, la potencial disminución de ingresos sería de 1.2 por ciento del PIB. Recordó que las autoridades contrataron coberturas para proteger el gasto de una menor cotización.

Aun cuando algunos proyectos de exploración podrían ser pospuestos debido a los bajos precios, esos retrasos no comprometerán la actual calificación de la deuda mexicana. En todo caso, un avance más gradual sólo limitaría el potencial incremento de la calificación, apuntó.