17 de enero de 2015     Número 88

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

La poesía: resistencia desde la palabra

Irma Pineda Poetisa binnizá*


Foto: Álvaro Figueroa y Viviana Toranzo

Escribir poesía en los distintos idiomas originarios de México, más allá del desarrollo creativo individual o el abrazar una pasión personal, implica en la actualidad un compromiso con la cultura y una posición política frente al mundo.

Algunos, quizá muchos, miran el oficio de escribir poesía como un absurdo en tiempos tan violentos y en los que importa más el dinero que una vida humana. Pero creo que es precisamente ahora cuando más falta nos hace recuperar el verdadero sentido de la palabra que surge desde el pensamiento y las entrañas, porque tal vez sea el lenguaje, esa cualidad que nos distingue de las bestias, lo que nos permita devolvernos un poco de humanidad.

¿Y por qué escribir poesía en diidxazá, o en tsotsil o en wixárika? Escribimos en nuestro idioma porque la poesía es una trinchera, porque el lenguaje es un arma para la resistencia.

La poesía es una trinchera para defender nuestra cultura, porque para nadie es un secreto el intento sistemático del Estado para acabar con las lenguas y culturas indígenas de México, empezando por la agresión directa y las masacres de indígenas desde tiempos de la Colonia, y luego con políticas públicas postrevolucionarias, donde José Vasconcelos veía la poliglosia como un obstáculo para el desarrollo del país, así como la castellanización compulsiva y el paternalismo –esa lástima y superioridad disfrazada de buena voluntad- que efectuaron un etnocidio silencioso.

Pasamos por una educación bilingüe-bicultural, donde sólo se usó la lengua como tránsito para aprender el castellano, y nos tocó la convulsión del país con los movimientos armados como el encabezado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que logró que muchos recordaran la existencia de los pueblos indígenas y los derechos que corresponden a cada uno de éstos.

Llegaron las reformas constitucionales para aparentar el reconocimiento “oficial” de México como una nación pluricultural, sustentada en sus pueblos originarios; asistimos a la creación de leyes e instituciones, y nos cansamos de escuchar los discursos sobre la interculturalidad, una falacia en la que solamente nos toca a los indígenas esforzarnos por conocer la cultura del otro, porque tenemos que aprender de nuestra cultura y al mismo tiempo tenemos que sobrevivir en un mundo que nos sigue marginando y discriminando, pero no vemos ninguna preocupación de parte de “los otros” para conocer algo de las culturas indígenas.

Las formas de exclusión de la población indígena se han vuelto más sofisticadas; dentro de un aparente reconocimiento, sigue existiendo una terrible segregación y una gran simulación por parte del Estado y de la sociedad no indígena, ya que detrás de las instituciones y las leyes pro indígenas, lo que hay es letra muerta y falta de presupuestos que permitan el desarrollo real de acciones encaminadas a mejorar las condiciones de vida de los pobladores originarios y a lograr la equidad social.

Entonces, en un mundo desigual, es la poesía la que nos permite ese espacio de salvaguarda, al recoger la memoria de nuestros pueblos, al contener los conocimientos, los saberes, los elementos tradicionales, rituales, los sonidos, las palabras que nos han dado sentido y que gracias a la poesía podrán pasar a otras generaciones y otros espacios para darle continuidad a nuestras culturas en medio del constante bombardeo que por diversos medios se da para hacernos sentir que los indígenas y nuestras culturas no tenemos cabida en un mundo globalizado.

Es el lenguaje, el nuestro, el de cada uno de los pueblos originarios, el que usamos como arma para resistir, frente a la desmemoria, frente a la exclusión, frente a una modernidad violenta y avasallante; porque el lenguaje se mueve, transita por la boca, por la memoria, por los libros, por los discos y ahora por el internet, y gracias a ello se difunde nuestra cultura, viaja, vuela y brinca fronteras; así nos vamos encontrando con otros como nosotros, vamos tejiendo redes que nos hermanan para resistir de manera conjunta, hacemos que otros nos escuchen, que disfruten del sonido de nuestros idiomas, que nos lean, que nos co-noz-can.

La poesía en nuestras lenguas originarias ha permitido que nuestras culturas trastoquen fronteras geográficas e ideológicas, y que haya continuidad en el interior, ya que ahora es también herramienta didáctica para que las nuevas generaciones aprendan y reaprehendan el idioma de sus ancestros. Ha permitido abrir una ventana para que el mundo sepa de la enorme riqueza de cada pueblo originario que aún persiste en México.

La mayoría de quienes escribimos poesía en los idiomas indígenas somos bilingües, hemos tenido que serlo para habitar el mundo, así que podríamos crear solamente en castellano, pero escribimos en nuestros propios idiomas porque nuestro primer lenguaje define nuestro pensamiento y nuestro sentir, porque está en nuestra sangre, en nuestro hígado y también porque nos da la gana, porque así lo deseamos, porque decidimos asumir un compromiso político con la cultura que nos dio origen, porque queremos aportar algo para contribuir con la permanencia de nuestros idiomas y nuestros universos.

*Escritora binnizá, pertenece al Sistema Nacional de Creadores, sus poemarios y ensayos han sido
publicados por instancias como la SEP, DGCP, CDI, ELIAC y Pluralia. Su obra aparece en antologías de
América y Europa. Vive en Juchitán, Oaxaca; es profesora en la UPN (unidad 203-Istmo) y en la UNAM,
en el proyecto docente México Nación Multicultural.

Décimas a don julio scherer garcía,
in memoriam

Guillermo Velázquez B. Juglar de fiesta y quebranto

Para Verónica Espinosa

Discreto siempre, en penumbra,
ajeno a los reflectores,
azote de predadores
e intenso faro que alumbra.
Nunca chamán que se encumbra
sino paciente alcancía,
periodista en rebeldía
que tinta y verdad trasuda,
todo eso y más fue sin duda
DON JULIO SHERER GARCÍA.

Inteligente, preciso
como fino bisturí,
sereno, dueño de sí
y dignamente insumiso.
Frente al poder, un erizo
(aunque no lo parecía),
orfebre cuando escribía
¡con tan sobria brevedad!,
nos deja en triste orfandad
DON JULIO SHERER GARCÍA.

No por daga entre los dientes,
por irrefutable el dato
fue la piedra en el zapato
para muchos presidentes;
textos limpios, contundentes,
que su lucidez tejía
donde la verdad dolía
antes de hacerse hilo de oro.
Juntó firmeza y decoro
DON JULIO SHERER GARCÍA

Hizo de la adversidad
diamante, ópalo, zafiro,
y hasta su último suspiro
paladín de la verdad,
marcó mi tiempo, mi edad
y en mi voz de serranía,
en mi guitarra este día
con su poderosa fibra
en más de una cuerda vibra
DON JULIO SHERER GARCÍA.

Las lenguas indígenas en la radio

Los Guardavoces Radio


Guadavoces. IMER Radio Ciudadana 660 AM. Teuctli y Aleidys Ramos,
hablantes de lengua náhuatl. FOTOS: Los Guardavoces Radio

México es un país enorme, territorial y poblacionalmente hablando, con un pasado histórico, sustentado en sus pueblos originarios y con una gran composición pluricultural y plurilingüe. Esa gran diversidad cultural y lingüística nos hace ser una de las diez naciones con más lenguas indígenas y la tercera en América Latina con mayor número de hablantes.

Hay que señalar que en el país se hablan 68 lenguas indígenas que, a su vez, tienen 364 variantes lingüísticas que pertenecen a 11 familias lingüísticas, de acuerdo con el Catálogo de las lenguas indígenas nacionales, elaborado por el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) en 2008.

En este contexto, hay que recordar que en México hay cerca de 16 millones de personas que se reconocen como miembros de un pueblo indígena, de los cuales casi siete millones aún hablan su lengua materna y de éstos aproximadamente un millón de personas son monolingües.

Con esta población, que representa 14.86 por ciento del total de mexicanos de acuerdo con el Censo 2010, los problemas de atención se acentúan ante la gran dificultad de brindarles servicios públicos en sus propias lenguas. En realidad, la cantidad de ciudadanos que se reconocen como indígenas podría ser mayor, en virtud de que muchos de ellos no lo aceptan por miedo a la discriminación y exclusión.

Ante tal situación, los medios de comunicación son una excelente herramienta para difundir las lenguas indígenas y contribuir a su prestigio social, pero por desgracia no hay periódicos, revistas y estaciones televisión que publiquen o transmitan en lenguas originarias, salvo excepciones.

En el caso de la radio, uno de los medios de comunicación con más penetración, sólo el 1.9 por ciento de las radiodifusoras que hay en el país, incluidas comerciales y del Estado, transmiten contenidos en lenguas indígenas.

Sólo las 21 radiodifusoras de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), de las mil 67 que hay en el país, están dedicadas a este enorme grupo de la población. Los sistemas estatales de radio de estados con significativa población indígena, como Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Guerrero y Michoacán, así como algunas estaciones comerciales, transmiten esporádicamente mensajes o información en lenguas originarias.


Graciela Rivera Quiroz, hablante de lengua zapoteca.

Otro caso digno de destacar son las estaciones radiofónicas del Instituto Mexicano de la Radio (Imer), que en coproducción con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), encargado de fortalecer, preservar y desarrollar a las lenguas indígenas, transmiten todos los martes a las 20:00 horas el programa Los Guardavoces a través de Radio Ciudadana, en el 660 de AM.

Este proyecto se creó en 2010 ante la necesidad de espacios para las lenguas indígenas, es decir, hacerlas audibles no sólo para la enorme cantidad de población indígena que ahora habita en las grandes urbes, sino para que la sociedad mexicana en su conjunto las conozca, reconozca, valore y aprecie. No olvidemos que el Artículo Cuarto de la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas (LGDLPI) señala que las lenguas originarias son consideradas como lenguas nacionales, al igual que el español, y deben utilizarse en las oficinas públicas en cualquier trámite y en todos los ámbitos de la vida pública y privada y difundirse en los medios de comunicación.

De esta forma, Los Guardavoces difunde la gran diversidad lingüística y cultural de la nación mexicana, en un espacio radiofónico en el que las voces, la sabiduría y los conocimientos de los pueblos indígenas son escuchados.

La estructura del programa se conforma sustancialmente de entrevistas con académicos, lingüistas, antropólogos, investigadores, músicos, escritores, poetas, hablantes de lenguas y estudiantes, integrantes o no de comunidades indígenas, que dan a conocer sus trabajos en temas relacionados con derechos indígenas, interculturalidad, multiculturalidad y plurilingüismo, entre otros.

Los invitamos a que todos los martes a las 8:00 de la noche sintonicen Radio Ciudadana y escuchen este maravilloso programa, para que descubran una parte significativa y viva de nuestra cultura nacional.

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